Reseñar lo bueno del Festival Petronio Álvarez es llover sobre mojado, es claro que la oferta gastronómica es maravillosa, las pañoletas, los turbantes, el maquillaje, las artesanías, los telares y las confecciones con telas fabricadas en los mismos telares, son una buena oportunidad de compra y por tanto también comercial para quienes exponen en el festival.
Recordamos que #TodosSomosPacífico y que por nuestras venas corre una mezcla de sangre que nos aporta lo mejor de los africanos, de nuestros ancestros indígenas, y de los españoles también. Sangre que se agita al ritmo de cununos y marimbas, currulaos con tambores, y música del pacífico con violines. Entre lo bueno también podemos destacar la organización, la logística para orientar a los visitantes, que necesitan desplazarse de un lugar a otro dentro del Coliseo del Pueblo. ¡Eso es lo Bueno!
Lo malo no son los costos de la comida que hay quienes consideran elevados. Los insumos, arroz, plátano, papa, pescado, camarones, langostinos, piangua y demás componentes, tienen altos costos en el mercado, y bueno, el conocimiento ancestral de quienes preparan deliciosos platos del pacífico, merece un pago justo. Lo que sí me parece exagerado es el precio de una botella de agua: 5 mil pesos. Creo que 3 mil les daría un excelente margen de ganancia, pero 5 mil es una cosa loca. Morí de sed entre las 5 y las 9 de la noche que regresé a mi casa porque no estuve dispuesta a pagar esa cifra por una botella de agua que en el supermercado no llega a los 2 mil pesos.
También estuvo mal diseñada la logística vial externa, afectando a los residentes de las unidades localizadas en los alrededores del Coliseo, quienes tuvieron muchas dificultades para ingresar sus vehículos a sus residencias. Este puente festivo no fue de descanso para quienes en ese sector del Coliseo residen, a las 8 de la mañana empiezan los ensayos del sonido, así que nada de dormir hasta tarde.
Lo feo, lo definitivamente insoportable, es la materia prima de nuestra sociedad colombiana que siempre busca sacar ventaja, acomodarse mejor que aquel que madrugó, que no respeta el espacio personal de las otras personas y que encima cree tener el derecho a hacerlo, generando frustración e impotencia en quienes intentan hacer las cosas bien.
Lo feo del Petronio es que la gente no respeta. La alegría se me fue pa’l carajo, cuando unas muchachitas con sus cabellos largos, sueltos y mal olientes, quienes llegaron 2 horas más tarde, se acomodaron delante de nosotras, poniendo sus pelos en nuestras caras, y ante el reclamo por su actitud, la respuesta fue simple: “Estábamos allá pero nos vinimos para acá porque queremos bailar”… y entonces “¿Van a bailar encima de nosotras?”… unos hombros encogidos fueron todo lo que obtuvimos por respuesta.
Tuve ganas de “mechonearla”, y dejar salir la furia que los “Sarmiento” llevamos por dentro, pero eso habría sido inútil, como ellas llegó un señor de no menos de 60 años, con su acompañante, y también se acomodó delante de nosotras, sin importarle invadir nuestro espacio personal.
Aunque se trate de un espectáculo masivo, nada justifica invadir el espacio personal de otras personas, la falta de respeto por los demás, hace que como sociedad seamos cada vez más inviables. Lo mejor fue retirarnos del lugar y decidir que al Petronio solo iremos a comer.
Me compartieron un audio de esos que circulan como cadena pero que dice verdades absolutas. “Se necesita materia prima para construir un país… sospecho que el problema no está en Samper, ni en Pastrana, ni en Uribe, ni Santos, el problema está en nosotros como pueblo, como materia prima de la sociedad, la viveza criolla es más valorada que el dólar”.
Decir mentiras, inventar excusas, ponerse de primero en la cola, es tan natural y se justifica con tal cinismo, que de esto a falsificar una firma, robarse un contrato y cometer los actos de corrupción que tanto censuramos en nuestros dirigentes, solo hay un paso.
Nos sentimos mejores porque levantamos la voz contra nuestros alcaldes, congresistas, presidentes, afirmamos que son “ratas”, y no somos conscientes de nuestras faltas ¿Acaso nosotros mismos seremos “ratas”?
Definitivamente somos “materia prima defectuosa”, y si no corregimos nuestros propios vicios no tendremos un mejor país, no estaremos en capacidad de elegir buenos dirigentes ni tomar las decisiones correctas para nosotros, mucho menos para esos hijos que mal educamos.
Como en el audio en cuestión, debemos empezar a buscar al culpable de los males de nuestro país, en el espejo del baño, y cuando veamos nuestro reflejo en él, preguntémonos qué tanto estamos haciendo por cambiar nuestra familia, nuestra sociedad y nuestro país. Miremos qué tan defectuosos somos y decidamos si queremos ser mejores.
Del festival del Pacífico Petronio 2017, Lo que veo más grave es la venta de bebidas alcohólicas sin registro sanitario. La venta ilegal a instancias del gobierno constituye un prevaricato. Es muy alto el riesgo de intoxicación masiva por el uso de alcohol propílico o por metanol. En caso de intoxicación debería responder por principio de subsidiaridad el gobierno municipal que permite su venta. Sugiero que se asesoren a los productores artesanales de bebidas alcohólicas para que normalicen o regularicen su producción o que cuenten con asesoría técnica. Valoren la experiencia de los productores vinícolas artesanales del municipio de la Unión.