Columnista:
Johnatan Cabria
A finales del año 2020 se dio el lanzamiento, en español, de A promised land , en nuestro idioma Una tierra prometida, el libro de memorias del expresidente Barack Obama, quien fue electo como el primer jefe de Estado negro de los Estados Unidos en toda su historia. El libro relata gran parte de su vida y de cómo fue construyendo sus ideas políticas desde la infancia hasta los días finales de su primer mandato presidencial.
El libro en un primer momento relata en tono nostálgico los pormenores del pequeño Barack, quien poco a poco, gracias al trabajo de su madre como consultora de empresas que desarrollaban proyectos en países del tercer mundo, desarrolló una precoz conciencia social que sería determinante en el momento de decidirse a competir por la presidencia de su país.
En el segundo momento del libro nos encontramos con un Obama más pragmático. En esta parte relata cómo transcurrieron sus estudios universitarios y cómo, a través de lo que aprendió en su infancia combinada con sus estudios, construyó una visión de país única cuyos propios compañeros tachaban de idealista, pues pretendía que EE. UU. asumiera los errores que había cometido a lo largo de su historia y tomara las riendas a fin de liderar a la humanidad hacia un mundo mejor. Sin duda, toda una cruzada épica e idealista típica de la imaginación de los jóvenes.
Luego de terminar la universidad y dedicarse por unos pocos años al trabajo comunitario en las barriadas de Chicago es cuando Obama descubre su vocación política y hace su debut en la política estatal. Una vez logra un cargo en la política estatal Obama cuenta de manera sincera cómo se volvió un político más del montón, sujeto a intereses particulares, presiones de sus compañeros y demás vicios típicos de los políticos profesionales. En esta etapa el lector empieza a darse cuenta de que por muchos ideales que pueda tener alguien, existen fuerzas poderosas que obligan a los hombres a transitar senderos oscuros.
Tras muchas altas y bajas, luego de mucho esfuerzo, enormes recorridos en auto durante sus campañas y numerosos discursos, mientras se desempeñaba como congresista, Obama entró en la órbita de la opinión pública como un hombre destinado a hacer historia.
Luego de una agitada campaña logra hacerse con la Presidencia. El primer reto que tiene que afrontar es la crisis económica mundial; ocasionada por el colapso de las hipotecas suprime. Esta crisis no solo era un reto por el enorme esfuerzo que se realizó para que el capitalismo no colapsara, sino que era también difícil, porque tenía que funcionar como mediador entre dos sectores sociales dispares que se encontraban en conflicto; como eran la clase adinerada que dirigía Wall Street y los estadounidenses de a pie.
Con el objetivo de evitar el colapso de la economía, el Gobierno norteamericano tuvo que aprobar un enorme programa de rescate para los bancos y fondos de inversión que inyectó millones de dólares de los contribuyentes en este sector; al hacerlo recibió ataques por parte de los votantes quienes, al ver sus empleos y ahorros desaparecidos, querían ver tras las rejas a los banqueros.
Al tiempo que recibía dichos ataques, recibió críticas por parte de los banqueros debido a las regulaciones que estaba tratando de implementar. A lo largo del libro, el expresidente, se detiene a contar numerosos sucesos por los que tomar una decisión política necesariamente iba a beneficiar a un sector sobre otro y su trabajo, según cuenta, era decidir cuál sería la mejor opción a largo plazo; dejando como lección que no es posible complacer a todos los sectores al tiempo porque se corre el riesgo de no satisfacer a ninguno.
Barack Obama se hizo elegir pretendiendo una ideología centrista que, según sus expectativas, superaría el bipartidismo de su país; pero al final de su primer mandato, a pesar de sus logros, recibió golpes de todos los bandos.
Una lección importante que nos deja este libro es que los problemas políticos actuales no pueden ser vistos como realidades duales como izquierda y derecha o blanco y negro, sino que dichos problemas deben ser entendidos desde múltiples perspectivas con el fin de lograr dimensionar adecuadamente su alcance.
Una tierra prometida es, sin duda, un libro muy bien escrito que le brindará a los lectores horas de placer; pero sobre todo les brindará la posibilidad de encontrar lecciones que le permitan tener una perspectiva amplia de la política mundial moderna. Una perspectiva que desafíe las visiones simplistas en las que nos presentan la realidad como dos caminos que no se tocan nunca.