Autor: Muldder Criollo
Recurrir a menjurjes y medicinas para eliminar toxinas innecesarias para el funcionamiento del organismo es un hábito que debe implementarse en el desarrollo de la política; una purga de vez en cuando, no le cae nada mal a nadie, puede incomodar, pero la sensación de purificación, lo vale todo.
Este proceso, beneficioso para nuestra salud, también lo es para la del país. Nos ahorraríamos muchos problemas, y evitaríamos tener que atacar mayores y peores problemas a futuro.
Cargamos con el lastre de nuestros ancestros, y sin querer, esta sociedad se aferra al pasado, mantiene lo peor de sí. Pocos grupos políticos se han mantenido en el poder desde el inicio, nadie les ha quitado el sueño, y aquellos que lo intentaron, pasaron a mejor vida.
Tristemente continuamos con el mismo yugo que nos impide avanzar, como si el progreso fuese el enemigo que siempre han querido derrotar, y hoy vemos las consecuencias de sus decisiones por doquier.
La situación no se va a arreglar si se pretende seguir en la parte baja de la pirámide social actual. Se están formando nuevas generaciones. Por un lado están los que lucharán por preservar las prácticas dañinas del establecimiento colombiano.
Por el otro, están los que buscarán cambios de fondo. Una nueva política social. Dentro de algunos años, la esperanza en una verdadera purga se verá materializada. Es cuestión de tiempo y paciencia.
Las semillas necesitan de tiempo para crecer, para formarse, y de nosotros depende alimentarla, nutrirla, para que los frutos sean provechosos y prósperos Debemos protegerla y cuidarla, porque dentro de poco, será ella la encargada de buscar que las cosas mejoren en nuestro país.
Nada dura para siempre, pero es claro que los cambios no llegarán solos, hay que provocarlos, hay que buscarlos, no hay otra forma. Y si los ciudadanos están esperando a un líder para que venga y los lleve a cabo, lo más seguro es que todo quede en nada. Nadie llegará si la misma sociedad no se empodera de su propio bienestar.
Ya bastante experiencia se tiene de esperar y esperar, y que nada se haga realidad. Se debe hacer una limpieza general de dirigentes, y no solo desde el voto se puede lograr. Un cambio como individuos y como comunidades es imperativo, de lo contrario, sería un acto fallido.
De la manera como estemos formando a nuestros hijos, así será la sociedad en unas cuantas décadas, así que es una labor de gran importancia la que hoy estamos haciendo. No debemos encasillarnos en formar más borregos y máquinas, como se hace desde las escuelas y universidades.
Nosotros desde nuestros hogares, debemos formar personas críticas, que analicen y piensen por sí solas. No desde la óptica de una sociedad colmena, sino desde una que busque el progreso y el avance sin exclusiones.
No en beneficio del más fuerte, como actualmente sucede, sino en beneficio de todos. La purga es un llamado, es una idea, es un plan.
Llevará tiempo perfeccionarla, requerirá de sacrificios y mucho compromiso, pero es esto o es seguir igual.
Foto cortesía: El Heraldo