Con cientos de muertos en la que se denomina ‘la fosa común urbana más grande del mundo’. Así comenzó la paz de Uribe en Medellín, cuando a un mes de su posesión como presidente, autorizó la Operación Orión, en la que las Fuerzas Militares penetraron cada rincón de la Comuna 13 para retomar el control de un territorio en el que operaban las milicias urbanas de las Farc, el ELN y los Comandos Armados del Pueblo. Así que sí, con una toma militar comenzó la que para Uribe es el ejemplo más claro de paz.
Durante los días que duró la Operación (16 al 19 de octubre de 2002), los habitantes de Belencito Corazón, 20 de Julio, El Salado, Nuevos Conquistadores y Las Independencias II, no podían salir de sus casas, mientras efectivos del Ejército, Policía, CTI, Fiscalía y DAS, hacían las pesquisas y capturaban a 355 personas, de las que fueron judicializadas 82, de acuerdo al informe del CINEP y condenadas solamente 2. Pero lo que representaría Orión es la clara imagen de las implicaciones de la paz de la que habla Uribe.
De acuerdo al Centro de Memoria Histórica, las acciones contra la población civil como “asesinatos selectivos, amenazas, masacres, enfrentamientos, órdenes de desalojo y detenciones arbitrarias hicieron parte de los métodos de terror empleados por todos los actores armados”, provocando el desplazamiento de miles de personas y consolidando el dominio de los paramilitares sobre un territorio estratégico. Quienes, sea dicho de paso, apoyaron con trabajo de inteligencia y acompañaron a las fuerzas del Estado durante las operaciones. Ver informe
La responsabilidad del gobierno a cabeza del señor Uribe mucho tiene que ver con lo que hoy tanto nos indigna y es la impotencia de no recibir actos de verdad y reparación. Y que sea esa misma impotencia la que nos sacuda el cuerpo cuando se leen trinos tan desafortunados, pero que en medio de lo turbio del conflicto, ya no sorprendan –aunque sí mucho indignen.
Y es que catalogar en redes la operación como el inicio de su estrategia de paz, con el fin de que sus coterráneos lo recibieran con aplausos y cariño como el libertador que dice ser, es una forma de esquivar el temor que al parecer le produce responder como se debe al llamado del Tribunal Superior de Medellín, que es finalmente la única parte donde interesa escuchar sobre su presunta inocencia.
Es que al señor Uribe le cuesta tanto no tener la razón y bajarse del pedestal de salvador, que es capaz de camuflar una operación militar del Estado para favorecer al establecimiento del Bloque Cacique Nutibara como el sinónimo terrenal de la paz. Ni le parece descabellado recorrer las calles que él mismo ayudó a llenar de balas y sangre; y el descaro le da para tanto, que con una mano siembra el miedo y la violencia, y con la otra tapa los desmanes de su codicia.
Pero independiente de la indignación que pudo despertar en muchos ciudadanos y organizaciones de víctimas, lo rescatable de todo es que a través de ese mensaje, el señor Uribe nos deja muy claro lo que significa para él la paz y lo que representa para su partido retomar la ‘seguridad’ en una ciudad. Porque los muertos y desaparecidos que vendrían con otra Operación Orión, son solo el pago necesario dentro de la política del todo se vale.
Ojala el senador, que dice estar tan preocupado por la ciudad, venga y de una manito en la búsqueda de restos en La Escombrera, a ver si con su ayuda es más fácil reconocer los verdaderos cimientos de la Seguridad Democrática en medio de los desechos de construcción. Y que por ahí derecho nos convenza de su famosa teoría en la que la mejor forma de alcanzar la paz es poniendo más muertos.
Lo raro, es que pese a tanta investigación, (que incluye al tribunal Superior) y tantas ganas de encontrar hasta la mínima evidencia de la culpabilidad de Alvaro Uribe, y pese a que para el 11 de Septiembre ya llevaban casi 6.000 metros cúbicos removidos, (El Everest tiene menos de 9.000 metros de altura) y pese a que la fiscalia general de la nación quiere a como de lugar encontrar como frenar a Alvaro Uribe. lo único que han encontrado es ropa (por Dios es un basurero) y documentos de identidad, que no pertenecen a ninguno de los supuestos desaparecidos. casi 100 cuerpos que aseguraban están enterrados ahí y en mas de 2 meses no a aparecido nada???
http://www.elcolombiano.com/ aun-no-hallan-restos-humanos-en-excavaciones-de-la-escombrera-EE2699017
http://www.elcolombiano.com/antioquia/fiscalia-confirmo-que-no-se-han-hallado-restos-humanos-en-la-escombrera-HG2697292
Don Gabriel, sabrá ud disculparme, pero no esta bien comparar 9.000 m de altura con 6.000 metros cúbicos, de otro lado, decir que no encuentran a nadie en una fosa es una cosa, que no hubo desaparecidos es otra muy distinta…. es probable que quienes estén buscando solo simulen hacerlo.
Conozco la diferencia, pero si usted es medianamente lógico entenderá que solo di un marco de referencia en cuanto a dimensión. nada mas…
Ahora… El elemento importante es que lo único con lo que se cuenta para determinar si hubo o no desaparecidos es con lo que dicen los familiares de esas personas…
yo vivía en San Javier en el momento de la operación Orion, y la verdad ni fue tan HORRIBLE como la pintan, ni es cierto que se metieran a casas al azar ni que se llevaran a pobres e inocentes angelitos.
Sin embargo si he tenido que escuchar como ASEGURAN, JURAN Y PERJURAN. que fueron cientos los desaparecidos, y eso NO ES CIERTO (le recuerdo yo vivía ahí)… la verdad también se comentaban que no estaban desaparecidos, que simplemente frente a la operación Orion, se fueron para el monte con sus amigos de las FARC.
y ya que lo pone bajo los términos de que de pronto no están buscando y solo simulan… de pronto fueron abducidos… no cree?
Podrán decir que solo se remplazo un grupo ilegal por otro, pero lo cierto es que los meses que continué viviendo en ese sector después de Orion, ya no me cobraban para poder entrar a mi casa si llegaba en la madrugada (y trabajaba como mesero en un bar en El Poblado) los atracos a los colectivos y a las tiendas se redujeron, y las balaceras también….