Una vez firmados los acuerdos de La Habana, el Centro Democrático y muchos de sus amigos se quedaron sin el jefe de campaña ideal: uno que no cobra y que es capaz de organizar a la sociedad en torno a una causa de manera muy efectiva. Hoy, con mucho cinismo y aprovechando la coyuntura, buscan abanderar la lucha contra la corrupción, creyéndonos tontos y haciéndonos pensar, que quienes fueron parte del problema, hoy tienen conmovido el corazón.
La corrupción no es un tema de hoy, ni exclusivo del Gobierno de Juan Manuel Santos, al que por supuesto no busco defender. Este es un problema de siempre que estuvo opacado por la guerra y por unos señores que robaban con armas, ponían bombas, amarraban personas como animales en la selva y mataban sin misericordia a muchos de los colombianos más pobres.
El foco siempre estuvo puesto sobre guerrillas y paramilitares, mientras muchos de los que hoy abanderan la marcha del cinismo del primero de abril se robaban el país a manos llenas en alianza con congresistas, políticos en las regiones y contratistas que financian sus campañas.
Acordemonos que durante el Gobierno de Uribe estallaron escándalos como el de la parapolítica que dejó sin muchos socios a Uribe en el Congreso; Agro Ingreso Seguro en el que se robaron la plata de los campesinos; el desfalco de la DIAN; se empezó REFICAR del que hoy sabemos más; se negociaba con Marcelo Odebrecht en la Casa de Nariño, e incluso, se mataba gente y se hacían pasar por delincuentes.
Qué decir del otro promotor de la “cruzada anticorrupción”, nuestro ex procurador Alejandro Ordóñez, hoy destituido por reelegirse comprando con cargos y prebendas funcionarios públicos de otras ramas. O que tal Fernando Londoño, hoy director del Centro Democrático, quien fue sancionado por la procuraduría por mentiroso y señalado por ECOPETROL de adueñarse de unas acciones de Invercolsa sin tener derecho a hacerlo.
La lista es interminable, y podría escribir muchos más casos y de muchas más honorables personas que hoy están indignadas con la corrupción en Colombia. Es una lista enorme de gente con prontuario que hoy solamente busca adueñarse de una causa solamente en el discurso y para castigar al Presidente, porque siempre que han tenido la posibilidad de gobernar han hecho lo mismo.
Es maravilloso que el Centro Democrático haya decidido empezar a encontrar unas causas más justas que la guerra a costa de los más pobres como bandera electoral. Sin embargo, no tiene presentación que sean ellos, corresponsables de este mar de corrupción, los que hoy pretendan liderar un marcha en rechazo a este flagelo. Si de verdad quieren ayudar, que empiecen a contar cómo muchos de sus socios se robaron este país.