La gran marcha: Revolucionarios de Facebook

Opina - Sociedad

2017-06-19

La gran marcha: Revolucionarios de Facebook

Los motivos para manifestar indignación en Colombia y levantar la voz, están a la orden del día. Marchar hace parte de nuestro quehacer cotidiano, podríamos quizá decir que es uno de nuestros deportes nacionales, ya que básicamente cada semana ocurren hechos que ameritan el más fuerte de los rechazos y el pronunciamiento y la movilización de las masas, que de forma fervorosa salgan a las calles en procura y defensa de sus derechos.

Las movilizaciones adornan el paisaje nacional frecuentemente con causas más que justas y necesarias: Un sistema de educación precario, atropellos a los profesores, corrupción en campañas presidenciales, desidia en el Pacífico, niños muriendo de desnutrición en La Guajira, el proceso de paz truncado, Medellín sofocado por problemas ambientales, Bogotá sin metro, un país desordenado, extraviado, dividido y sin rumbo fijo.

Estas y muchas otras razones son el pan de cada día de los colombianos, que expresamos vehementemente nuestro rechazo y exigimos con templanza la garantía de nuestros derechos por aproximados: «5 minutos de histeria colectiva virtual». Tiempo que tarda la opinión pública en perder interés en esa noticia que ya no genera el mismo rating, que ya no mueve las pasiones y no acapara la atención de la masa, dando vuelta a sus lentes y cámaras hacia la próxima reyerta, la próxima indignación y la próxima «gran marcha«.

Indicación que con total obediencia seguimos los ciudadanos, quienes rápidamente olvidamos y emprendemos la siguiente lucha en la agenda que nos plantea RCN y Caracol.

En La Insoportable levedad del ser el autor Milan Khundera  hace alusión en uno de sus capítulos a la gran marcha, a la que se refiere como: «ese hermoso camino hacia adelante, hacia la fraternidad, la igualdad, la justicia, la felicidad y aún más allá, a través de todos los obstáculos«. Esa gran marcha que pareciéramos y que tal vez creemos emprender los colombianos cada vez que revolucionamos las redes y «rompemos el Twitter» reclamando un mejor país, con mejores condiciones sociales para todos, donde nadie muere de hambre y todos tenemos condiciones mínimas para desarrollar nuestro ser en el existir.

Sin embargo, mucho se aleja aquel concepto de Khundera de nuestras efímeras revoluciones, considerando que aquellas reales implican cambios bruscos y significativos en el ámbito social, económico o moral de una sociedad, lo que difícilmente se alcanza detrás de un teclado, o en la calle durante unas pocas horas, sin la firmeza para continuar hasta el final y la convicción necesaria para no desistir.

Una verdadera revolución, una auténtica gran marcha implica una travesía perenne que no termina hasta alcanzar el soñado que es perseguido por el conglomerado social, pero nuestras «pataletas» de 5 minutos más cortas que las de un niño berrinchudo, que se adaptan al querer de los medios de comunicación, no alcanzan más que para conseguir una paletica que nos calme el llanto, cuando el gobierno saca la chequera para apaciguar las aguas embravecidas del colectivo que rápidamente sede ante el persuasivo poder del dinero. Sin dejar de lado el muy útil beneficio de vender periódicos y marcar rating, además de sumarnos uno que otro seguidor en twitter.

Imagen cortesía de: Notiagen – WordPress.com

Tomémonos unas cuantas píldoras para la memoria:

1. La polémica en Medellín por el medio ambiente no duró más que unas semanas y luego se desvaneció junto con la vista de las montañas de nuestra hermosa ciudad. Hoy nos seguimos ahogando, aunque el asunto ya no es «tendencia».

2. El presidente Santos se vio envuelto en un escándalo de corrupción por dineros turbios ingresados a su campaña del año 2014 (Odebrecht), razón más que suficiente para que un gobernante renuncie y el pueblo enardecido salga a las calles hasta que el corrupto abandone el cargo, pero en nuestra gran marcha se discutió el tema unas semanas, algunos memes en Facebook y adiós.

3. Después de años de compartir publicaciones con el #LaGuajiraTeNecesita, los niños siguen muriendo por desnutrición en el departamento, la única diferencia es que ya nos dejó de importar.

4. Hasta hace unas semanas todos éramos Pacífico y ardíamos de indignación por la situación de Buenaventura y Chocó, hoy aún no hay acueducto ni hospital en el Chocó, solo que el huracán de redes se diluyó en medio del asunto «Belén de Bajirá».

No os confundáis, es más que valioso y significativo visibilizar nuestras tragedias a través de la red social, pero estas patéticas luchas de 5 minutos que deshonran a sus víctimas, no son esa Gran Marcha que los revolucionarios de Facebook creemos estar caminando.

Es necesario emprender de una vez por todas esa Gran Marcha por una nueva Colombia, una marcha en la que todas esas causas aisladas se conviertan en un solo objetivo de país que no abandonemos hasta ver realizado, una marcha en la que comprendamos como los cardúmenes de peces que al estar separados somos frágiles, débiles y estamos expuestos, y que solo a través del movimiento sincronizado del grupo, tendremos alguna posibilidad de sobrevivir, una en la que no desistamos, en la que no renunciemos. El momento es ahora, los motivos sobran, nos corresponde entonces iniciar a marchar.

«¿Hasta cuándo? Hasta siempre.

¿Hasta dónde? Hasta la victoria.

Y si es preciso, hasta la muerte.»

 

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Alex Florez Hernandez
Concejal de Medellín por el movimiento Independientes (2020-2023). Exrepresentante de los Estudiantes de Colombia ante el Consejo Nacional de Educación Superior CESU. Empeliculado con la Paz, comprometido con la política, apasionado por el Derecho y fiel creyente de la educación como motor de transformación.