Columnista:
Ed Ladino
En los últimos días, en las redes sociales se ha suscitado un debate acalorado entre quienes apoyan a Vicky Dávila y un creciente grupo de cuentas, cuyo odio visceral hacia la directora de Semana, se ha convertido en apoyo a la presentadora del canal RT, Inna Afinogenova. El argumento bajo el cual estas cuentas apoyan enérgicamente a la periodista rusa, se basa principalmente en que a su criterio, ella representa todo lo que Dávila no, imparcialidad, rigor periodístico y lo más importante, rechazo al establecimiento. Es tal el fervor que en menos de 24 horas el video publicado como respuesta de la periodista en su canal Ahí les va, a una publicación de Semana sobre los supuestos espías rusos, tuvo más de 150 000 vistas.
Si bien el canal ALV tiene videos que superan el millón de visitas, sus últimas publicaciones, donde han tratado temas más relevantes, han tenido un promedio de entre 200 000 y 300 000 vistas con varias semanas de haberse publicado. Esto puede deberse al papel que han jugado las «bodegas» colombianas y muchos tuiteros en replicar que «La gran Inna» peinó a Vicky Dávila. Pero ¿podemos llamar «rigor periodístico» al trabajo que hace Inna? Es rescatable de su canal que trata temas que los medios del establecimiento latinoamericano no tocan o si lo hacen, no presentan una perspectiva distinta a la que estamos acostumbrados, el mensaje de Inna siempre es el mismo: todo está mal, menos lo que tiene de alguna forma la marca del Kremlin. Sus videos se muestran muy benévolos a lo que apoya el régimen de Putin y trata de ridiculizar con prepotencia cada situación en que se haya cuestionado el papel de los rusos. Del mismo modo, excluye temas coyunturales como el envenenamiento del opositor ruso Alexei Navalny y la reciente reforma a la Constitución que le permitirá a Putin evadir la justicia y ser miembro del parlamento de por vida. Algo así como lo que hizo Pinochet en Chile.
Sin dejar de lado los claros vínculos de Putin con dictadores y violaciones de los derechos humanos bajo su régimen. Es importante traer a colación un caso de las llamadas fake news muy sonado mundialmente, pero que al parecer a los colombianos de las redes sociales no les importa. En 2016 la máquina de propaganda del régimen de Vladimir Putin utilizó la desaparición de una niña rusa-alemana a fin de difundir información falsa y perniciosa, cuyo objetivo fue afectar las políticas de migración que el Gobierno de Ángela Merkel acababa de iniciar para recibir a ciudadanos de países árabes como refugiados, utilizando un discurso xenofóbico. En el caso de Lisa F, se evidenció la forma en que actúan estos medios de propaganda rusa. Cuando Lisa, una joven rusa-alemana desapareció en Berlín por cerca de 30 horas, medios rusos como RT y Sputnik replicaron la información de que se trataba de una violación por parte de migrantes árabes y la idea de que el Gobierno alemán no estaba en la capacidad de responder a acciones como esta.
De esta manera, despertaron la indignación del público seguidor de estos medios, pues se dirigían a ellos en su propio idioma, lo que generó protestas de organizaciones de expats rusos; a las que las acompañaron grupos de extrema derecha en contra de la migración islámica, algunos miembros de la extrema izquierda y grupos neonazis. Incluso después de una exhaustiva investigación y la declaración de la misma Lisa, donde se aseguró que todo esto era falso, el objetivo de la propaganda rusa cumplió su objetivo. Es que es claro el mensaje de estos medios en Europa, tratar de presentar al establecimiento como en contra de la gran Rusia de Putin y presionar para que se levanten las sanciones contra la federación. Una de las principales motivaciones del ataque contra Merkel y el Gobierno federal fue su posición sobre la anexión de Crimea por parte del Kremlin.
La propaganda rusa ha sido efectiva para atacar a los gobiernos democráticos de la Unión Europea y a muchas de sus políticas exteriores, esto en gran medida al contar con el apoyo de los partidos de extrema derecha y extrema izquierda. En Alemania particularmente, les han abierto los micrófonos a políticos del partido Alternative für Deutschland (AFD) del mismo modo que a Die Linke (la izquierda).
Políticos y militantes de estos medios han sido primordiales para difundir entre los ciudadanos molestos con el establecimiento, las noticias que han elaborado los medios afiliados al Kremlin. El descontento de estos partidos con el gobierno Merkel ha sido fundamental para que casos como el de Lisa F y actualmente la propaganda anticovid se disperse rápidamente. Sin embargo, algo que es importante recalcar de esto es la pronta respuesta del Gobierno federal a esta amenaza y aún más, el hecho de que los alemanes comen menos cuento de las redes sociales. No obstante, en un país como Colombia en el que según cifras del propio MinTIC, existen más de 15 000 000 de usuarios, el consumo inconsciente de estas redes y la pobre respuesta y preparación del Gobierno ante el desarrollo tecnológico, es mayor la amenaza que puede surgir por parte de medios cuya agenda es clara. Es por eso por lo que me genera gran preocupación y en mi opinión debería ser un tema de más amplia discusión, el hecho de que Colombia le esté abriendo las puertas a medios como este, que anteriormente, han demostrado su efectividad al momento de afectar directamente a gobiernos opositores al régimen.
El camino hacia esta fábrica de trolls no está únicamente ligado a los medios de comunicación antes mencionados. Serias investigaciones hechas por una alianza internacional de medios europeos encontraron el rastro de este proyecto en San Petersburgo en una llamada «fábrica de trolls» conocida como Internet Research Agency o en español Agencia de Investigación del Internet (IRA). La identificación de estos trolls llegó gracias al análisis de más de 500 cuentas y cuya estrategia va desde publicar en varios idiomas, distintos temas de interés y con objetivos diversos, pero primordialmente buscan generar conflicto a través de sus interacciones en la red. Para conocer más sobre esta información los invito a visitar los enlaces adjuntos a esta columna. Saquen sus propias conclusiones.
Interesantisima mirada!
Quien me podrá devolver el tiempo que perdí leyendo esta sarta de idioteces de este culicagado? puta güeva a lo bien.