Por estos días en Colombia se viene presentando un fenómeno muy particular en los medios de comunicación: suenan cada día más las instituciones por sus diferentes decisiones, especialmente, las altas cortes, la Fiscalía y los entes de control.
Muchos hablan del respeto a la democracia, a las instituciones y la importancia de la separación de poderes; pero parece que esto solo aplica para el discurso, porque en el momento de una investigación o de algún procedimiento por un ente de control, la estrategia principal a la que están recurriendo los investigados es a campañas de desprestigio e irrespeto total a la institucionalidad del país.
Todo esto que está sucediendo hoy en el país con estas campañas de desprestigio en contra de las instituciones y con los ataques mediáticos a la institucionalidad, parece una estrategia tomada de El príncipe de Maquiavelo.
Al parecer, el ‘divide y vencerás’ que hoy están usando los políticos y las personas investigadas tiene un solo objeto: se están dedicando a crear cercos mediáticos y presión en la opinión pública, que se encargan de dividir entre los que están a favor y los que están en contra de las decisiones de las instituciones, para generar caos institucional. Es todo un desprestigio que lo único que hace es sostener unos intereses particulares de quienes se encuentran tras esta táctica. Y este es el caso de muchos de los políticos que hoy están precisamente siendo investigados o que tienen algún proceso en curso.
Dicha táctica no es solo mezquina, sino también populista y antidemocrática. Desacreditar uno de los poderes de una democracia en pro de un interés particular, es sacrificar la estabilidad institucional de un país por parte de unos abogados “leguleyos” y de unos personajes sin ética.
Pero esto no solo es cuestión de unos abogados y unos personajes oscuros. Esta estrategia tiene también el apoyo de los medios de comunicación: unos medios parcializados que no tienen ética periodística, sino que su interés es solo vender titulares amarillistas que ayudan a la desestabilización de nuestro sistema democrático.
Pero a todo esto la pregunta o las preguntas claves son ¿Estamos ante una estrategia para acabar con la separación de poderes? ¿Quieren algunos «poderosos» de Colombia secuestrar la democracia? ¿Creen algunos que los intereses de un partido o de un personaje son más importantes que el Estado Social de Derecho?
Foto cortesía de: El Tiempo – Matador