La esclavitud: ¿Una elección? Pregúntele a Kanye West

Una polémica más, que se puede esperar de una persona como West que está acostumbrada a humillar e irrespetar a su semejante por el simple hecho de considerarse, sin título, una autoridad social.

 

Opina - Sociedad

2018-05-03

La esclavitud: ¿Una elección? Pregúntele a Kanye West

Una vez más el rapero estadounidense Kanye West la sacó del estadio con sus extraordinarias declaraciones. Esta vez lo hizo en entrevista con TMZ, un portal web de entretenimiento, al decir que: «Cuando escuchas acerca de la esclavitud durante 400 años. ¿400 años? Eso suena como una elección».

A simple vista la respuesta del rapero de 40 años suena como un comentario que propone una reflexión, trayendo a colación un momento histórico; que más que un problema de forma, expone un problema de fondo que indica la poca comprensión sobre uno de los fenómenos más trises de la humanidad: La esclavitud.

¿Quién elegiría ser tratado como un animal, ser sacado de sus tierras o despojado de sus tradiciones para convertirse en una mercancía o producto comerciable?

Lógicamente ninguna persona que cuente con sus cinco sentidos o que tenga una vida y unas costumbres que le dan sentido a la misma, lo haría.

La esclavitud nunca será una elección, en la medida en que suponga la vulneración de los derechos humanos y el desconocimiento de la humanidad de una persona. Se aprende a vivir con el problema, más no es una elección completamente libre, sino consensuada como un mecanismo de defensa para preservar la vida. En este caso la resistencia a través del silencio y el soporte de los vejámenes e injusticias fue la estrategia que utilizaron los africanos para sobrevivir en tierras ajenas.

En 1518, traídos en barcos negreros en calidad de prisioneros, centenares de secuestrados y esclavos africanos llegaron en condiciones inhumanas a Colombia, los cuales eran desembarcados en el puerto de Cartagena y desde allí eran distribuidos como mercancía por el resto del país y hacia otros países de América. La forma en la que arribaron los africanos a Colombia no fue exclusiva, de igual forma  llegaron, mucho antes, a otros lugares.

Si un esclavo intentaba escapar era azotado, torturado, encerrado en calabozos con grilletes atados a sus pies u obligado a aguantar hambre y sed. Todo esto se convertía en un condicionamiento de su conducta pasiva y permisiva a los abusos de los «amos». El miedo, en consecuencia, era el resultado de conductas represivas contra quien intentaba luchar por el reconocimiento de sus derechos. Ahora, ¿fue la esclavitud una elección?

A pesar de la deshumanización, sometimiento a largas jornadas laborales, trabajo agropecuario y minero forzado, vida plagada de enfermedades, servidumbre y relegación a ciudadanos de segunda clase, con la esclavitud hubo, además, un despojo de identidad, un atentado contra la cultura y un desconocimiento de la humanidad que representa una persona de tez negra.

Aunque, aparentemente, no exista la esclavización de una persona por cuestiones de etnia, las secuelas de la esclavitud se encuentran vivas en la sociedad, no solo colombiana sino mundial, a tal punto que el empoderamiento de la mujer afro o negra a través de rasgos particulares, ha propiciado que el cabello se convierta en una forma de resistencia para mantener unos rasgos de identidad que han tratado de ser borrados por el alisado o la keratina. El impulso de presentarse en televisión con una melena rebelde e indomable es el símbolo de esa lucha por el reconocimiento de una identidad oculta en medio de los estereotipos y códigos de belleza establecidos.

Todo llega a su debido tiempo. En Colombia la abolición de la esclavitud no fue posible hasta 1852, gracias al esfuerzo de líderes como Benkos Biohó que lucharon por rescatar a su pueblo del yugo esclavizador al que fueron sometidos los africanos por su color de piel y a la colectividad de sus hermanos que se unieron en pro de una causa común.

Permitir está muy lejos en ser sinónimo de elegir ser torturado, sometido a condiciones de vida indignas o a una vida llena de injusticias y precariedades. Hay cosas que permitimos más no que elegimos.

Decir que la esclavitud fue una elección es como decir que Jesús eligió la crucifixión. Decir que la esclavitud fue una elección es como decir que la violencia sexual también lo es. Decir que la esclavitud fue una elección es como decir que los judíos eligieron habitar los campos de concentración durante el holocausto Nazi o ser víctimas del genocidio. Decir que la esclavitud fue una elección es como decir que las víctimas de la Masacre de las Bananeras eligieron ser asesinadas.

Decir que la esclavitud fue una elección es como decir que John Lennon eligió morir por inspirar la paz a través de las letras de sus canciones. Decir que la esclavitud fue una elección es como decir que los venezolanos eligieron ver sus derechos humanos vulnerados por un régimen que a fuerza se reconoce como una dictadura. Decir que la esclavitud fue una elección es como decir que las víctimas Parkland eligieron que la segunda enmienda de los Estados Unidos hiciera posible la comercialización de un AK47.

Pese a que Kanye intentara remediar su metida de patas al decir en su cuenta de Twitter: «Sé por supuesto que los esclavos no fueron encadenados y embarcados porque así lo quisieran», nada justifica el hecho de relacionar la esclavitud con la posibilidad de elegir como si se hubiera tratado de una democracia.

 

Nota: Que los venezolanos hayan elegido a través de una acción popular a Nicolás Maduro como sucesor de Hugo Chávez, no significa que hayan elegido padecer la vulneración de sus derechos humanos.

 

 

Imagen cortesía de The National.

 

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Neffer Rivas
Periodista apasionada por las historias sobre la música, la memoria el arte urbano y la política, y lo que se cruce en mi camino. Me gustan los retos y el periodismo vive al borde de ellos.