Columnista:
Daniel Mauricio Sarmiento Hernández
Al momento de adentrarnos en cómo es la educación en Colombia, nos encontramos con un sistema educativo ineficiente y con un atraso temporal deplorable. ¿Por qué ocurre esto? Debido a la ineficiente atención con la educación pública que ha tenido el Estado, el cual se encarga de darle un pequeño presupuesto anual a las instituciones educativas públicas, y que, con este, logren costear una deuda que se tiene de hace más de 25 años.
En la Constitución de 1991, en el artículo 67, se encuentra consagrado lo siguiente: «La educación es un derecho de la persona y un servicio público que tiene una función social; con ella se busca el acceso al conocimiento, a la ciencia, a la técnica, y a los demás bienes y valores de la cultura». Muy bonito, ¿cierto? Ahora, cito la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en la cual se afirma lo siguiente: «Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental». Otra frase muy bonita, que conmovería a cualquiera por hacerla posible, ¿cierto? Bien, todas estas ideas y planteamientos son un derecho que cada Estado de los diferentes países del mundo debería de cumplir. Pero Colombia es la excepción, ¿por qué? Bueno, acompáñenme en esta travesía donde el derecho se consagra como un privilegio anterior a este.
Todo es muy lindo y agradable cuando se encuentra escrito en un papel y que cualquiera puede decir, pero a la hora de aplicar la praxis, esta, se queda corta. Un ejemplo de ella es la deuda nacional que se tiene con las entidades públicas que buscan brindarles a sus estudiantes la mejor atención posible, para que en su futuro puedan liderar y ser ejemplo de otros. Pero el Gobierno quiere evitar en lo posible una sociedad que sea capaz de tomar decisiones por sí misma y que no crea todo lo que le dicen, porque saben que el día que el pueblo tome las riendas de lo que siempre ha sido suyo, caerán.
Dicha deuda con las instituciones públicas asciende a un costo de unos 15 billones de pesos y que viene en ascenso desde 1992; en el momento en que se creó la Ley 30. Lo que buscaba la ley era ayudar con los mismos costos de las instituciones públicas, pero lastimosamente, y como casi todo en Colombia, quedó mal hecha. ¿Por qué? Esto se debe gracias a que nuestros gobernantes nunca pensaron que las instituciones podrían crecer, ya sea en número de profesores, estudiantes, carreras de pregrados o posgrados.
La corrupción, en un país tan hermoso, con un sinfín de formas de generar riquezas para todas las personas, pasa una cuenta de cobro anual, la cual es la ínfima suma de 50 billones de pesos. Es decir, casi el cuádruple de lo que hace más de 25 años las instituciones públicas vienen reclamando. Se imaginan que en vez de perder plata por gente que se encuentra atornillada al poder, que nos roba de frente y ni se inmutan, fuera invertida en la educación. Colombia sería uno de los mejores referentes en educación de calidad, para cualquier persona.
Miren, muchos de ustedes se podrán estar preguntando, bueno, si hay una gran crisis a nivel de la educación, por qué universidades como la Nacional, sale en los primeros puestos de los ranking mundiales en donde compiten con las mejores universidades del mundo y se convierte en un referente para el país. La realidad, es la siguiente: estas universidades tienen que pedir apoyo a entidades privadas, recibir fondos, a través de diferentes donaciones; inclusive, endeudarse con organismos internacionales —en el caso del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)— para lograr mantenerse, cosa que no debería ser así, pues para eso está el Estado, cuya obligación y deber es ayudar a las entidades públicas, que en este caso son las universidades.
La educación gratuita y de calidad es un derecho, por lo tanto, es un deber y obligación que nosotros como sociedad debamos exigirle al Estado mayor inversión y apoyo. Cómo puede ser posible que, desde hace años, el Ministerio de Defensa tiene un presupuesto muchísimo mayor que el de la educación; es increíble ver cómo invierten para la guerra en vez de formar personas para la sociedad.
En el Gobierno Duque se le ha proporcionado al Ministerio de Educación una de las inversiones más altas nunca vistas, esto es de aplaudir, pero les recuerdo que esto no sanará de la noche a la mañana la lucha inagotable, continua y dura que ha tenido que vivir y seguirá viviendo la educación pública.
La educación es un derecho inalienable, al igual que la vida misma, pero esta trasciende, y le da sentido a nuestras vidas, lo que somos y lo que queremos ser. Es gracias a ella que podemos abrirnos a un mundo casi que imposible de conocer al completo y que siempre nos deja con ansias de más.
La lucha aún no termina, debemos hacernos respetar y que el Gobierno nos oiga, ellos se encuentran en la obligación y en el deber de obrar en pro de la población. A poner a sonar bombones y trompetas, porque las calles son nuestras y ahí estaremos, exigiendo lo que siempre ha sido y será nuestro. Luchamos por una sola causa, que nos une a todos, porque esto no es solo nuestro presente, sino una lucha para las generaciones que nos van a anteceder, para que tengan por lo menos una educación digna, hacer cumplir a cabalidad el articulo 67 de la Constitución Política y hacer que la educación deje de ser un privilegio con el propósito de que se convierta en un derecho.
Fuentes:
Nota ciudadana. (2018, December 13). Vuelve y juega: la educación es un derecho, no un privilegio. Website: https://www.las2orillas.co/vuelve-y-juega-la-educacion-es-un-derecho-no-un-privilegio/
De Tierras, O. (2021, February 3). La Educación en Colombia ¿Un Derecho o un Privilegio? Website: https://blogs.elespectador.com/politica/con-los-pies-en-la-tierra/la-educacion-colombia-derecho-privilegio
República de Colombia. (n.d.). Website: https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2011/T-779-11.htm
Editorial La República S. A. S. (n.d.). Cómo será el presupuesto para el Ministerio de Defensa en 2020. Website: https://www.asuntoslegales.com.co/actualidad/como-sera-el-presupuesto-para-el-ministerio-de-defensa-en-2020-2899020
Ilustración cortesía de: New Yorker