Nos encontramos en marzo, pero durante épocas de carnaval, pensé que se trataba de un rebusque esta comparsa que desde diciembre se viene preparando en cada esquina de la ciudad; y es que en Barranquilla el número de personas que se están dedicando a limpiar vidrios de carros en los semáforos ha aumentado, a pesar de que existe un rechazo social por parte de los conductores de automóviles.
En los semáforos los limpia-vidrios dan un servicio sin que nadie lo pida, y quieren cobrar a la fuerza por él, aunque algunos ya son conocidos por los conductores como es mi caso, que uno termina siendo cliente por frecuentar las mismas rutas casi todos los días de la semana. De ahí nació, mi curiosidad por este trabajo, sí trabajo, porque así lo denominan estas personas que diariamente se exponen a los rayos del sol y exponen su vida en las calles, a sabiendas de que un carro los pueda atropellar.
Posiblemente la popularidad de esta forma de ganarse la vida radica en la poca inversión que se requiere para iniciar este tipo de negocio, y que además no se necesita ningún tipo de preparación, para empezar a conseguir el sustento diario. Una botellita de plástico, agua, una esponja y un trapo, perseverancia, tolerancia al intenso sol y una sobre dosis de paciencia, es todo lo que gastara en este productivo proyecto.
Las características de los limpia-vidrios puede variar, muchos son afables, he intentan hacer ver su labor como un intercambio de servicio por limosna. Otros en cambio, aunque se les diga que no limpien los vidrios del carro actúan de manera violenta cuando no se les regala dinero, además estas personas al ubicarse en las cebras generan trancones y crean una percepción de seguridad negativa para la ciudad.
La edad de las personas que salen a las calles a trabajar en las esquinas puede variar, entre los 10 y 30 años, su sexo también ya que en algunas esquinas de la ciudad empiezan a llegar cada día más mujeres de diferentes edades atraídas por los beneficios de este trabajo.
Los limpia-vidrios para que el día sea más o menos rentable deben hacer contacto con más de 300 vehículos diarios, de estos si 80 (26%) le pagan una moneda de 500 pesos, obtendrían un ingreso de 40.000 pesos ese día, lo cual sería un día bueno. Para los Limpia vidrios todos los días es incierta la cantidad de dinero que se llevarán a casa.
El trabajo de limpia-vidrios, como la moneda, tiene dos caras. Por un lado, queda en evidencia la situación de vulnerabilidad en que, por sobre todo, niños y adolescentes se encuentran, pero, por el otro, en ocasiones los conductores son blanco de una situación que puede llegar a ser violenta al no querer que le limpien su vidrio.
En la ciudad aún no existe un censo que determine cuántas personas se dedican a este oficio, o alguna investigación relevante acerca del tema, pero como ciudadana me preocupan los factores que han permitido que este oficio no formal se incremente y cada vez sea más notorio.
Desde instituciones públicas y privadas sería bueno generar alternativas como generación de ingresos, programas sociales y capacitaciones para mitigar la informalidad que se está viviendo en cada esquina de la Barranquilla.