La “cartelización” de los partidos políticos colombianos

Algunos de los que otrora eran opositores políticos, ahora están juntos en el gobierno y se defienden con la intensión de obtener burocracia gubernamental y parte de los beneficios el Estado.

Opina - Política

2019-07-30

La “cartelización” de los partidos políticos colombianos

Para comenzar es importante contextualizar algunas raíces respecto al origen de los partidos políticos, es de resaltar que los partidos políticos se han ido transformando en la medida que la era digital viene avanzando a pasos agigantados en el Siglo XXI, existe gran cantidad de autores que definen a los partidos políticos, pero entonces, ¿Qué es un partido político?

Según Duverge, “el nacimiento de los partidos está ligado, pues, al de los grupos parlamentarios y los comités electorales” (1994, p.16) basándose además y definiendo que la existencia histórica de los comités electorales han dado como resultado la extensión del sufragio universal como reconocimiento de nuevos sujetos para la participación electoral, en donde añade además que, “la adopción del sufragio universal trajo el crecimiento de los partidos socialistas a principios del siglo XX, en la mayoría de los países europeos, sin embargo este agrandamiento mecánico del sufragio no es el único factor del nacimiento de los comités electorales, el desarrollo del sentimiento de igualdad y la voluntad de la eliminación de las élites sociales tradicionales es otro factor, sin que el primero, no actuaria” (p.19).

Partiendo de esta conceptualización de Duverger, podemos evidenciar que la importancia del nacimiento de los partidos políticos va de la mano de la reivindicación de derechos civiles como es el sufragio universal, pero más allá de esto, se puede denotar la gran relevancia en el paradigma ideológico que hizo dar un giro a la sociedad diferenciando a los grupos políticos tradicionales con nuevas formas de pensamiento, como por ejemplo fue el crecimiento de los partidos socialistas, que muy probablemente no hubieran tenido esa acogida en la sociedad si no se hubieran trasformado y establecido como fuerza política con vocación de poder y gobernabilidad. 

En otro sentido, varios analistas a lo largo de la historia de la Ciencia Política han determinado que la Democracia representativa necesita de los partidos políticos para la organización de la sociedad y la estabilidad de un país. Bryce, a comienzos del siglo XX, decía que “los partidos son inevitables, no ha existido ningún país libre sin ellos, y nadie ha mostrado cómo podría funcionar el gobierno representativo sin ellos”.  

Schattschneider, a comienzos de la década de los cuarenta, resumió sucintamente la importancia de los partidos políticos al afirmar que “la democracia moderna es impensable salvo en términos de los partidos políticos” (Montero, Gunther y Linz, p.17).

Algunas décadas más tarde, acercándose al Siglo XXI, Stokes los definía como “endémicos a la democracia, una parte inevitable de la democracia”, concepto muy similar al de Bryce en los comienzos del siglo anterior.

Otra definición más acotada fue la que propuso Downs, en donde dice que los partidos son grupos que, simplemente, “buscan el control del aparato gubernamental en elecciones debidamente constituidas” (Medina, 2002, p.34) añadiendo que lo constituido debe enmarcarse en la legitimidad y la aprobación de las mayorías del pueblo deliberante y participativo. 

Sartori los define como“cualquier grupo político que se presente a las elecciones, y pueda hacerse un lugar a través de las elecciones, colocando a sus candidatos en cargos públicos” (Medina, 2002, p.35). 

Ware define que, “un partido político es una institución que busca influir en el Estado, generalmente tratando de ocupar posiciones en el gobierno y usualmente consiste en algo más que un interés en la sociedad y trata, en algún grado, de agregar intereses” (1996, p.5).  

Y para concluir esta contextualización teórica, es importante nombrar la teoría del partido de Robert Michels, de la escuela neomaquiavélica, donde se define al partido político como, “el instrumento para el mantenimiento o la ampliación del poder de algunos hombres sobre otros” (Panebianco, 1990, p. 16).

 

Partidos políticos colombianos

El sistema partidario colombiano está cada vez más enmarcado en la “cartelización” de los partidos políticos, este nuevo término se comienza a evidenciar como resultado de que, “los partidos y las prácticas de patronazgo o corrupción han contribuido a la deslegitimación de los partidos, al aumento de los sentimientos anti-partidistas entre los ciudadanos y a una insatisfacción generalizada con su actuación” (Montero, Gunther y Linz, p39).

Pero teóricamente, ¿qué es un partido cartel? El partido cartel está “caracterizado por la interpenetración entre el partido y el Estado, y por un patrón de colusión interpartidista… Ya que este desarrollo se basa en la colusión y cooperación entre aparentes rivales, y en los acuerdos que necesariamente requieren del consentimiento y cooperación de todos, o casi todos los participantes relevantes” (Katz y Mair, 2004, p.27).

Ahora bien, quizá el mejor ejemplo del partido cartel puede ser el del caso italiano, que “con los principales partidos, incluyendo a los comunistas, comparten la gestión clientelar mientras supuestamente están en la oposición. Otros ejemplos claros incluyen el reparto de escaños y la rotación de la presidencia del Consejo Federal Suizo por parte de los cuatros partidos principales, el reparto de las alcaldías en Holanda y, en Norteamérica, el blindaje electoral fraudulento en muchas decisiones de reforma de distrititos a nivel estatal” (Katz y Mair, 2004, p.32).

Siendo esta una base teórica del “partido cartel”, el actual gobierno colombiano lo preside el partido Centro Democrático, pero tiene como fuerzas políticas aliadas y oficialistas a algunas de los otrora partidos opositores, como es el caso del Partido de la U, partido político del expresidente Santos, además del Partido Conservador, Partido Cambio Radical, Partidos confesionales (MIRA y Colombia Justa Libres) y una facción del partido Liberal.

Este es un gobierno conformado por un “partido cartel”, en donde algunos de los que otrora eran opositores políticos, ahora están juntos y se defienden con la intensión de obtener burocracia gubernamental y parte de los beneficios el Estado, tanto así que “en la medida en que los partidos cartel limitan la posibilidad de desacuerdos intra-organizativos, minimizan las consecuencias de la competición dentro del cartel y se protegen de las consecuencias de la insatisfacción electoral” (Katz y Mair, 2004, p.37).

Y aunque es de afirmar que los partidos cartel limitan la competición entre ellos, estos mismos se muestran incapaces de eliminar la oposición política de forma general, algo que es relevante para la democracia. 

Los partidos cartel generan, sin lugar a dudas, un rechazo general de la sociedad a los partidos políticos, pero este antipartidismo no supone una amenaza relevante para la estabilidad de la democracia. “Sin embargo, las implicaciones del anti-partidismo cultural son más perniciosas para la calidad de la democracia, puesto que están asociadas a la marginación de un sector de la sociedad de la participación activa en la vida política” (Montero, Gunther y Linz, p.44).

Ahora bien, el sistema partidario Colombiano en la actualidad está enmarcado en la tesis de un partido cartel y “en efecto, por tanto, operando como un cartel, intentando asegurar que no haya claros ganadores ni perdedores entre las alternativas establecidas y explotando el control del Estado para generar recursos a repartir entre ellos, los partidos cartel proveen, sin querer, las municiones de las que los nuevos activistas de la derecha se sirven en sus guerras” Katz y Mair, 2004, p.39). 

 

Referencias Bibliográficas

  • Abal Medina, J: “Elementos teóricos para el análisis contemporáneo de los partidos políticos: un reordenamiento del campo semántico”, en El Asedio a la política. Los partidos latinoamericanos en la era neoliberal, Homo Sapiens, Rosario, 2002.
  • Duverger, Maurice, Los partidos políticos, FCE.
  • Katz y Mair. “El partido Cartel” Zona Abierta. 108/109, 2004, pp. 9-42.
  • Panebianco, A. Modelos de partido, Alianza Universidad, Madrid, 1990. 

Introducción y Capitulo 1. 

  • Mainwaring, Scott y Mariano Torcal (2005) “La institucionalización de los sistemas de partidos y la teoría del sistema partidista después de la tercera ola democratizadora”, América Latina Hoy, núm. 41 (141-173).
  • Montero, J y Gunther, R. “Introducción: los estudios sobre los partidos políticos en Gunther, R. Montero, J y Linz, J. (Eds), Partidos políticos: viejos conceptos y nuevos retos. Editorial Trota. 2007.

 

( 1 ) Comentario

  1. Viejo, ¿»Intensión»? ¿En serio?
    Esto tiene que ser una broma.
    ¿Qué clase de gente publica aquí?, por Dios.
    Ni siquiera me han dado ganas de leer todo el texto.

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José David Lozano
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