Para nadie es un secreto que desde el 2015 cuando se empezaron a destapar los informes, secretos y testimonios del desfalco de los XX Juegos Nacionales y IV Paranacionales que se desarrollarían a finales de ese año en el departamento del Tolima y Chocó, le generaron a Ibagué: Uno de los escándalos de corrupción más sonado de los últimos años.
“Todo lo revolcaron y así se quedó”. Es una de las muchas frases que aún rondan por las calles de la hermosa capital musical de Colombia: Ibagué. Lo que en un primer momento le generó alegría al departamento del Tolima y su capital de saber que serían sede de tan magno evento del deporte, le fue concluido con una corrupta historia, que a pesar de ya haber transcurrido cuatro años, sigue generando sentimientos de tristeza, desconfianza y rechazo social.
Situación la cual ya tiene hoy tras la rejas al recordado Luis H. Rodríguez exalcalde de Ibagué (2012-2015), Wilmer Manchola – Testaferro de Orlando Arciniegas, Amaury Blanquicet – de la empresa española Typsa y, desde luego, el mismo Arciniegas – exasesor de la Secretaría de Hacienda, entre otros.
El pasado 16 de enero, el Tolima amaneció con una noticia esperanzadora en la que se mencionaba una reunión de toda la bancada parlamentaria que traería a la mesa de diálogo puntos claves que han requerido los tolimenses, entre esos, el de los escenarios deportivos inconclusos, reunión que demostró efectivamente frutos, pues el pasado 19 de enero en el municipio de Fresno (Tolima) el señor presidente de la República, en su taller “Construyendo País” le dijo a Colombia y al Tolima:
«Hoy quiero decirle lo siguiente apreciado alcalde de Ibagué, hay que cumplir la formalidad legal y esto de los recursos que se habían asignado regresan al tesoro nacional y de inmediato se le devolverán a Ibagué , recursos que se habían entregado para que se realizaran, quiero decir hoy que el Gobierno Nacional va a comprometer $20 mil millones adicionales para que estas obras terminen«.
Y a lo que anexó: «Señor alcalde quiero decirle que hay que hacerle un reconocimiento al trabajo unificado de toda bancada tolimense para que esos recursos lleguen al departamento«.
Pero muchos nos preguntaremos si la decisión del señor Presidente en querer recuperar estos escenarios deportivos y revisar nuevamente la posibilidad de que Ibagué en el 2023 sea escenario de los próximos Juegos Deportivos Nacionales, la toma con la convicción de demostrarle al país y al Tolima que se debe cambiar la página por los flagelos oscuros que ha generado la corrupción o, por lo contrario, ¿demuestra un afán de poder marcar en cada uno de los territorios del país con la bandera del CD (Partido – Centro Democrático) en las próximas elecciones regionales del 27 de octubre? Porque a propósito, el partido Centro Democrático en el Tolima ha venido armando las canoas con el ánimo de lograr “pescar” la mayor cantidad de votos que permita lograr el pez más ambicioso de la Gobernación y un sin número de Alcaldías en el departamento.
Esperemos que efectivamente se logre poner en marcha la recuperación de estos escenarios deportivos bajo el concepto de Legalidad que tanto proclama el señor Presidente Duque y no con escondidas intenciones de conseguir resultados favorables en una campaña electoral que se aproxima. Tal vez con uno de los objetivos más importantes que considero personalmente de reestructurar estos escenarios es el de: Recuperar la confianza de los tolimenses y, en especial, la de los ibaguereños en la institucionalidad del Estado. Resultado que en el 2023 con la inauguración de los respectivos Juegos Deportivos Nacionales nos permita cantar con orgullo esas letras del Bunde Tolimense que dicen:
Baila, Baila, ¡Baila sus Bambucos mi Tolima!
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