Son virales, desafiantes y amenazantes las declaraciones del expresidente Álvaro Uribe. Me refiero a las del día 28 de abril del presente año en Anserma, Caldas, donde se fue lanza en ristre contra el profesorado, de manera irresponsable manifestó: “Los profesores lo único que le enseñan es a gritar y a insultar (…) Le retuercen el cerebro (…) Lo único que tienen los profesores es la fuerza de la calumnia”.
El mensaje es ofensivo contra el Magisterio colombiano y ha sido ampliamente rechazado por gran parte de los sectores sociales y particularmente Fecode, una de las mayores fuerzas sindicales de Colombia que aglutina cerca de 500.000 maestros en todo el territorio nacional.
Estas opiniones son malintencionadas, tendenciosas, están cargadas de odio macizo, sepultan la profesión del docente y anticipan las reformas lesivas que vendrán en el campo educativo, de llegar a la presidencia Álvaro Uribe en ropaje de Iván Duque.
Para nadie en su secreto la distancia que existe entre las posturas ideológicas del Magisterio colombiano y el Centro Democrático, pues son como el agua y el aceite. El Magisterio se la jugó toda por la paz en la última contienda electoral y sigue hoy apostándole aún más a ella. En cambio el uribismo y las fuerzas que aglutina se la juegan toda por la guerra; el Magisterio cree en la vida, la esperanza y el cambio social, mientras que el Centro Democrático apunta a la desesperanza, el odio y miedo.
El Magisterio sigue creyendo en la profundización de la democracia, la justicia social y el desarrollo humano. El ultra conservadurismo uribista, por su parte, solo piensa en el crecimiento económico que favorece las élites, fijar límites democráticos y mantener a como dé lugar el orden vigente.
Desconoce usted, señor Uribe, las durísimas condiciones en las que los docentes desarrollamos nuestra labor misional. Madrugamos, trasnochamos, muchas veces lejos de nuestras familias. Recorremos caminos, veredas, por trocha, a lomo de mula, en canoas o lanchas. Hacemos las veces de psicólogos, abogados, médicos o papás sustitutos con recursos y gestiones propias, alimentándolos de comida, amor y entusiasmo.
Brindamos cotidianamente conocimientos, verdad, ciencia, historia, raciocinio, criterio, valores, tolerancia para que construyan en libertad su proyecto de vida, en el cual adquieran las habilidades para enfrentar la realidad y sus avatares, bajo la guía del respeto, honradez y solidaridad y le aporten a la reconstrucción de la Nación, con los criterios del buen vivir, sanas costumbres, apostando a las construcciones colectivas que propugnen por una Colombia mejor, incluyente, humana, en paz y con justicia social.
Estamos convencidos como Mandela de que “la educación es el arma poderosa que podemos usar para cambiar el mundo”, abogamos por los principios pitagóricos de “educando al niño no tendremos que castigar al hombre”, al igual que Kant le proponemos a nuestros estudiantes “Sapere Aude” (atrévete a pensar), en el que el educando utiliza las capacidades de su pensamiento y lo forja libremente, repensando el mundo en el cual desarrollan su existencia, reexaminándolo, para no vivir en la inconsciencia y aceptar como dado medias verdades, sofismas y mentiras que de tanto repetirse, se convierten en verdades, fantasmas como el Castrochavismo, por ejemplo, o que los maestros enseñamos con calumnias, que sí hace parte de su proceder, más no de nuestro currículo.
Pedagógicamente hablando, propugnamos por una educación que enseña a pensar antes que a obedecer, impulsamos el desarrollo de las habilidades de pensamiento, el pluralismo y el respeto por la diferencia. El valor del disenso, el afianzamiento del pensamiento crítico vacuna contra mesianismos y dogmatismos, validamos la fuerza de los argumentos y no el argumento de la fuerza.
Por supuesto que nuestro quehacer es eminentemente político, denunciante de una oligarquía sin escrúpulos que ha sentado 114 presidentes en el solio de Nariño, de los cuales, usted lo fue en dos amargas ocasiones, manejando el Estado como patrimonio propio, tejiéndose así una Nación excluyente, donde pulula la pobreza, la falta de oportunidades y el no futuro.
En este contexto, nuestra acción pedagógica tiene que ser de compromiso, con teoría y práctica, en el escritorio y el territorio, con el consejo y el ejemplo, coherente dentro y fuera del aula (en las calles). Enseñamos a comprender el mundo y el contexto inmediato para darle significado y transformarlo en beneficio de las comunidades, levantando conciencias y seres humanos verdaderamente humanos, seres políticos actuantes.
En fin, estamos convencidos de que si fuésemos un país bien educado, nunca lo hubiésemos elegido a usted y a muchos de los presidentes que le antecedieron, ni mucho menos que el pueblo se enfrente al terrible dilema de elegir al menos malo: Duque o Vargas Lleras, que en cualquier escenario es volver a reelegirlo, entonces llegará una vez más, atraso, sangre, sudor y lágrimas.
Imagen cortesía de Colombia Informa.
A Uribe Vélez, se le volvió a salir el verdadero Uribe, lleno de odio visceral contra quienes no piensan ni actúan como él. Un hombre violento jamás entrará en razón porque su argumento es la fuerza y la violencia, no la fuerza de los argumentos. AHI ESTA EL INCENDIARIO Y POLARIZADOR DE COLOMBIA.
Uribe se apropia del derecho de pasar por encima del que le conviene ; en este caso los profesores que, abnegadamente, trabajan por humanizar la educación de la juventud colombiana.PROFESORES estamos solidariamente con FECODE.
NO MÁS ATROPELLOS !
La herida que desangra a Colombia es la corrupción. Si los amnesicos colombianos olvidaron el dolor de las masacres agenciadas por Uribe, Colombia se llorará nuevamante