¿La Alcaldía de Medellín se burla de la cultura?

Opina - Cultura

2017-06-15

¿La Alcaldía de Medellín se burla de la cultura?

Desde siempre nos han enseñado que la confianza se gana, se trabaja por ella. Y cuando se quiebra la confianza, es muy difícil dar vuelta atrás. La visión y el apoyo a la cultura en la ciudad por parte de la Alcaldía de Medellín, en cabeza de Federico Gutiérrez, es una burla total y una fractura a la confianza entre el sector audiovisual y cinematográfico de la ciudad, que sufre una de las peores mofas y la mayor incertidumbre frente a lo que se ha gestado y lo que se viene.

En campaña (Ver video), el actual alcalde firmó el compromiso: “Creemos en Medellín como la meca del cine en Latinoamérica” aprovechando el boom que se estaba dando en la administración anterior con la aprobación del Acuerdo 022 de 2015 en el que se establecía la política pública audiovisual y cinematográfica para la ciudad. Un compromiso firmado que abanderaba entre otros puntos importantes, la consolidación de la Comisión Fílmica de Medellín.  (Ver compromiso firmado)

Hoy la Comisión no sólo no está funcionando,  sino que ha convertido  la ciudad en el ridículo mayor dentro del  gremio nacional. Se parte de la buena voluntad de quien quiere gobernar para luego descubrir que no hay intención de apoyar.

La Subsecretaría de Turismo, en cabeza de Juliana Cardona, es la encargada de liderar el proceso de Comisión Fílmica y después de año y medio no hay claridad del gasto presupuestal o de cómo se va a cumplir la promesa del señor Alcalde.

El informe presentado en la Comisión Accidental del pasado 1 de junio fue un informe de datos de la administración pasada, verdades a medias y mucha vaguedad en la información, que es lo mismo que el sector audiovisual ha recibido hasta ahora.

Y el principal punto que es la reglamentación de la política pública sigue sin tiempos, planeación o respuesta alguna.

Uno de los sectores artísticos que más se ha consolidado en el país en esta última década es el cinematográfico, que ha beneficiado dinámicas económicas  de diferentes áreas. Medellín estaba viviendo un momento de alto impacto, con mucho por consolidar, pero con esa sensación de estar dejando huella. Pero hoy los productores prefieren irse a rodar sus proyectos a otras ciudades porque la falta de seriedad de Comisión Fílmica los espantó.

La producción local está como un cucarrón dándose topes en todas las dependencias tratando que le den respuesta sobre apoyos, permisos o simplemente una negativa clara. La falta de voluntad política para consolidar este proceso cinematográfico para la ciudad es sólo otro síntoma de que Federico Gutiérrez tiene la cultura de Medellín en cuidados intensivos.

Porque si por Subsecretaría de Turismo llueve, por Secretaría de Cultura es tormenta. Por los Consejos de Literatura, Música, Plástica y un largo etcétera se escuchan voces, gritos de inconformidad, de poca transparencia y ausencia de recursos para hacer.

¿Por qué la Secretaría de Cultura no fue merecedora de algún sobrado del superávit que vive la ciudad? ¿por qué, dicen las voces oficiales, esta dependencia tiene su presupuesto y no necesita más? ¿por qué esas voces afirman que la estrategia es abrir la base de a quienes hay que apoyar? Una posición válida, dejar de apoyar a los mismos para darle a otros la oportunidad de hacer cultura para la ciudad, pero ¿quiénes son esos otros? ¿Con qué criterios se van a asignar? ¿Por qué desconocer el trabajo de instituciones con tradición de 10, 15, 20 años y más?

Imagen cortesía de: Zoom en Línea

Preguntas sin respuesta porque la jefe de despacho, Amalia Londoño, está de vacaciones- de nuevo.- O por lo menos esa es la réplica cada vez que se intenta contactarla o se cita al Consejo Municipal de Cultura CMCu.

Desde hace varias administraciones el sector cultural no sufría de algo que se ha vuelto lugar común de discusiones: voluntad política. La actual alcaldía se ha impregnado de una apatía a todo lo que tiene que ver con cultura y quienes han manifestado su inconformidad, ahora son tratados como opositores y caen en “desgracia” a los ojos de quienes gobiernan.

A pesar de las múltiples voces y los debidos procesos políticamente correctos que se llevan a cabo, nada pasa. Porque mientras las cartas, solicitudes, peticiones, etc. que se envían al despacho del Alcalde no estén en una persecución online en vivo, para que el helicóptero tenga algo que hacer, no habrá eco de lo que se está viviendo.

La confianza que se ha ido desmoronando no crea opositores, sino voces de preocupación. El problema es un mandatario que le interesan solo los likes en redes y muy poco afianzar lazos con la ciudadanía que gobierna.

 

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Andrés Murillo
Comunicador Social - Periodista, con estudios en dirección cinematográfica. Docente investigador en distintas universidades, apasionado y devorador de cine.