Las Américas desde la democracia
& la diversidad sexual
¡Porque la democracia exige igualdad!
Falta poco para que se lleve a cabo el evento más grande a nivel latinoamericano del movimiento LGBTI, que tendrá lugar en la ciudad de Bogotá. Este IV Encuentro de Liderazgos Políticos reunirá a 404 activistas políticos de 33 países de la región, los cuales compartirán durante 3 días, profundizarán y trabajarán sobre la igualdad en la democracia y el avance en materia de respeto en la región.
El Instituto Nacional Demócrata (NDI), es una organización sin fines de lucro, sin tintes partidistas ni gubernamentales, que apoya las instituciones y prácticas democráticas en todas las regiones del mundo desde hace más de tres décadas, con el propósito de construir participación ciudadana desde el fortalecimiento de organizaciones políticas y cívicas, las cuales salvaguarden las elecciones y fortalecen dicha participación.
En América Latina existen barreras legales discriminatorias, las cuales van de la mano con normas sociales y de género tradicionales, que impiden que las personas de los sectores LGBTI accedan a servicios determinados y obtengan empleo de una manera fácil; por esto, es difícil que logren involucrarse en la vida política.
Por otra parte, las personas LGBTI son blancos de violencia física-psicológica. Si bien en los contextos pueden diferir estas amenazas, esta violencia, de forma continua y naturalizada, hace que este sector poblacional no goce ni alcance de manera plena sus derechos de forma completa como ciudadanos.
Los marcos legales dirigidos a las comunidades LGBTI también cuentan con implicaciones más amplias para el desarrollo y la democracia. Las leyes que restringen y que son aprobadas sobre las personas y sus actividades, por tener inclinaciones sexuales, o la mal llamada “propaganda homosexual”, han sido utilizadas por gobiernos de todo el mundo para silenciar las voces de la igualdad y los derechos.
Es por esto que el NDI trabaja para aumentar la participación y acción política de la población LGBTI.
Esto hace que las comunidades desarrollen las capacidades necesarias para organizarse, para abandonar la marginación social y económica y lograr mayores niveles de igualdad.
Con esto, además, se crea un contexto más real y se transforman las percepciones que se tienen sobre las personas LGBTI, lo cual permite derribar las barreras sociales, formales e informales que afectan o excluyen a esta población.
Es necesario que dejemos a un lado todos los estereotipos; estos dañan y marginan a cada individuo que, a fin de cuentas, es una persona igual, con derechos ciudadanos y sociales.
Foto cortesía de: El Tiempo
