En el artículo Los primeros meses de Iván Duque, el gobierno jamás soñado, se afirmó que haber elegido a un inexperto de presidente como Iván Duque, le saldría caro a Colombia, y como están las cosas hoy, el resto del continente también va a sufrir los estragos de la crisis y el conflicto armado interno.
El gobierno Duque atraviesa una crisis de la cual busca afanosamente recuperarse, ante el avance del movimiento de ciudadanías libres, estudiantiles y de víctimas de la violencia que sigue azotando al país con un líder social asesinado cada día.
Las expresiones de descontento e indignación vienen aumentando su capacidad de presión, convocatoria y movilización en defensa de la educación pública, reclamando mayor presupuesto para ante el estado de insolvencia económica, marchas y plantones contra el fiscal Nestor Humberto Martínez, denunciándolo por corrupto, conflicto de intereses y encubridor del grupo económico AVAL, del empresario Luis Carlos Sarmiento Angulo, en los casos de sobornos y delitos como pagos ilícitos de Odebrecht que implica a varios expresidentes, para la empresa brasilera quedarse con millonarios contratos.
La seguidilla de altos funcionarios del Estado condenados, acusados y sospechosos de violar las normas del código penal, tipificados como Delitos contra la administración pública y contra al eficaz y recta impartición de justicia; el peculado, la concusión, el cohecho, el prevaricato, el tráfico de influencias, el enriquecimiento ilícito, el prevaricato, encubrimiento-favorecimiento, el soborno, el falso testimonio, la amenaza a testigos es tan extensa que ha tocado todas las ramas del poder público sin excepción, como las altas Cortes y Tribunales de Justicia, al legislativo (congresistas), las FF.AA y de policía y hasta a la Fiscalía, un órgano judicial que era visto como una de las últimas esperanzas de resistencia ética y democrática de la sociedad.
La crisis que atraviesa este gobierno se evidencia en el franco proceso de desprestigio y pérdida acelerada de legitimidad que caracteriza los regímenes oligárquicos que han gobernado al país, pero que en solo cinco meses de haber llegado al poder se profundiza, a pesar de las vanas promesas de una improbable lucha contra la impunidad, de cero tolerancia con los violentos, y de recuperar la seguridad democrática con nuevas redes de participación cívica para obtener información
Sin embargo, en medio de esta debacle, se produce un reencauche de Iván Duque y la extrema derecha que conforma su alianza de gobierno, aprovechando el ambiente de rechazo e indignación general que provocó el aleve atentado del ELN con un carro bomba que mató 20 cadetes de la Escuela General Santander en Bogotá, el pasado 17 de enero, y que ha precipitado al país a una mayor confrontación y polarización.
Que el ELN
En tal sentido, aprovechó el atentado para recupera parte de la legitimidad perdida producto del desgaste general, desde los gobiernos de uribe, incluido el de Santos. Pero
Aprovechan, también, el atentado para tensionar
Olvidando que cuando se firman tratados y acuerdos internacionales en el marco del derecho internacional público, es el Estado quien se obliga y por ende el presidente quien los cumple a nombre del Estado.
Finalmente, hacen llamados al gobierno venezolano, contra el cual conspiran diariamente con sus aliados de derecha en la región, para que se alindere a su política de lucha contra el terrorismo empaquetada en la Casa Blanca, lo cual no sería nada más ni nada menos que rendirse al grupo de países abyectos de Lima, hecho a la medida de Colombia para acorralar más a Venezuela,
La derecha colombiana quiere hacer su carambola a tres bandas: asestar un golpe mortal al ELN con exigencias diplomáticas absurdas, recuperar la legitimidad perdida confiada en que el movimiento social está desmoralizado y desmovilizado, y atacar Venezuela y Cuba siguiendo la cábala que le orienta la Casa Blanca. Si la hace no es un inexperto, sino un profesional.
Excelente artículo.
Estamos en una situacion agudizante tanto politica, social y económicamente.