¿Qué es corrupción? la RAE presenta varias definiciones, entre ellas: “en las organizaciones, especialmente en las públicas, práctica consistente en la utilización de las funciones y medios de aquellas en provecho, económico o de otra índole, de sus gestores” en resumidas cuentas la corrupción en política consiste en beneficiarse de un cargo público para satisfacer necesidades o ambiciones personales.
La corrupción, en Colombia, es asumida como una práctica cultural, es decir, algo que hace parte del diario vivir de los ciudadanos. Esta se encuentra en los pequeños actos en los que ponemos los intereses personales por encima de los colectivos, así, corrupción es colarse en el sistema de transporte público, falsificar una excusa médica, inventarse un dolor de uña o sacar todos los días el lapicero de la empresa.
Está bien aceptar que somos corruptos no por naturaleza, sino por cultura; pues parafraseando a Vygotsky, el hombre finalmente se forma por las interacciones que se dan en el entorno social, en últimas es un producto social que se forja por las relaciones socioculturales y si en la cultura hay corrupción, pues el ser en desarrollo será un corrupto más.
El contexto de la consulta anticorrupción la situaba en el campo político, no en el cultural, pues una “consulta popular es un mecanismo de participación ciudadana mediante el cual se convoca al pueblo para que decida acerca de algún tema de vital importancia para la ciudadanía, que puede ser nacional, departamental, municipal, distrital o local. Este mecanismo está consagrado en el artículo 103 de la Constitución Política de Colombia y en la Ley 1757 de 2015”.
La consulta era un llamado para ejercer ciudadanía, para hacer sentir nuestra voz y dejar de decir por eso es que Colombia está como está. Sin embargo, menos de la tercera parte de los 36,4 ciudadanos habilitados para votar asistieron a las urnas.
Una de las razones por las que no se alcanzó el umbral sería el impedimento moral, pero ¿por qué? Sencillo, igualamos la corrupción cultural a la política, en este orden, la ciudadanía corrupta no puede votar para mitigar la acción corrupta de un ciudadano corrupto en un cargo público.
Por ejemplo, el sábado 25 de agosto Blu Jean de Blue Radio, por motivo de la consulta anticorrupción, realizó un programa llamado la auto-consulta —de la anticorrupción— en donde se ponía en evidencia los pequeños actos de corrupción que son cometidos a diario y que por ser pequeños pasan desapercibidos, dejando en evidencia que la corrupción es una cuestión cultural.
Otra razón sería la inexistencia de un certificado de votación, por ende los beneficios que ello supone para quienes acuden a las urnas, como: 10% de descuento en la matrícula universitaria y la expedición del pasaporte, medio día libre de trabajo remunerado o simplemente el hecho de tener el papelito ese que pa’ algo sirve.
Hay que destacar que la participación de los antioqueños jugaba un papel significativo para la jornada democrática, ya que el voto de los ciudadanos es crucial para el triunfo de candidatos en elecciones presidenciales. Queda claro que Antioquia sube candidatos y baja consultas. De los “4,7 millones de potenciales votantes —en el departamento—, solo se acercaron a votar 1,3 millones, aproximadamente” o sea, el 3,4% de los habitantes no ejercieron su derecho al voto.
Además, curiosamente Uribe dijo a través de su cuenta de Twitter que la consulta era para hacerlo declarar renta, interpretación que está muy alejada de la realidad. Declaración que además, redujo a la consulta a un capricho de la senadora y que en las palabras del senador raya en la ridiculez.
La sra López hace gastar 300 mil millones para que yo muestre la declaración de renta, ignora que he entregado las de toda mi vida, el Congreso tiene mi declaración de bienes y he cuidado con transparencia y austeridad los recursos del Estado
— Álvaro Uribe Vélez (@AlvaroUribeVel) August 26, 2018
La corrupción continuará, pues aunque la consulta hubiera alcanzado el umbral de los 12 millones de votos que la campaña #7VecesSí se había propuesto conseguir, el problema seguiría, porque la corrupción está en cada uno de los ciudadanos o personas que habitamos el territorio.
Para erradicar de raíz la corrupción en Colombia se necesita de una educación en valores y principios iniciada desde la familia, además de una pedagogía sobre buenas prácticas ciudadanas fomentada por las instituciones o entidades públicas o privadas y deslegitimar por completo la cultura del vivo, del avispado.
Adenda: Algunos puntos propuestos en la consulta tendrían vida gracias a que la votación que obtuvo fue superior a los 10’365.450 con los que Iván Duque se convirtió en el presidente de Colombia.
Debemos seguir trabajando para educar políticamente a la gente y educarlos para que dejen esa indiferencia e ignorancia que nos tiene sumidos en los mas profundos estándares de corrupción!!!