Columnista:
Marlon Rivera
Resulta completamente indignante ver el video del suceso en el que los dos uniformados asesinan a Javier Ordoñez, que suplicando pedía que no le dieran más descargas eléctricas, palabras que no sirvieron de nada para detener la sevicia con la que actuaban los uniformados, hechos agravados con la golpiza que recibió en el CAI de Villa Luz.
De la misma manera, los videos de las brutales golpizas propiciadas por los policías a los manifestantes y los disparos irresponsables y con la misma sevicia, realizados por los uniformados. Esto indigna y genera impotencia, pues ya sabemos que el actuar de los policías no será sancionados por más que digan que las responsabilidades son individuales y ya haya órdenes de captura.
Al respecto, en las recientes declaraciones del actual coordinador para el COVID-19 ante la Presidencia el General de la Policía, Hoover Penilla, reitera en su discurso que el actuar de los uniformados responde a comportamientos individuales y nada fuera de la ley, pues «los policías no necesitamos que alguien nos ordene para hacer uso de las armas o elementos del servicio».
De esa manera: discursivamente, instaura un nuevo eufemismo para desligar de toda responsabilidad a la institución y en un intento de limpiar la imagen, que de por sí, una gran parte de la ciudadanía ya despreciaba: esas víctimas de sus abusos, robos, extorsiones; los que no gozamos de estatus privilegiado, de sus serenatas; los que han acudido a su ayuda y nunca han llegado, en fin.
El actuar de los miembros de la Policía Nacional no se puede justificar como comportamientos ajenos a la institución o casos aislados. Existe una violación reiterativa de los principios esenciales para el uso de la fuerza por parte de la Policía, la necesidad, racionalidad, proporcionalidad, legalidad y temporalidad, expuesto en la Resolución 02903 del 23 de junio de 2017 del Ministerio de Defensa, el Manual de Patrullaje Urbano de la Policía Nacional, entre otras normas.
Por su parte, en la Resolución 02903 se reglamenta el uso de la fuerza y el empleo de armas, municiones y dispositivos menos letales por la Policía Nacional, que deben «hacerlo de manera moderada y actuar en proporción a la gravedad de la amenaza y el objetivo legítimo que quiere lograr, escogiendo entre los medios eficaces aquellos que causen menor daño a la integridad de las personas y sus bienes».
El actuar de la Policía es contrario a la norma, esa misma en la que buscan justificar la sevicia de sus golpizas y disparos, por tanto, es difícil creerle a Hoover Penilla de que actuaron dentro del marco normativo. Los videos son contundentes, no hay policías defendiéndose, contrario a ello, se observan atacando con sevicia, disparando a quemaropa, cubriendo a civiles que también accionaron sus armas en contra de los manifestantes.
Siendo él (Penilla) nuevamente el que sale en defensa de los actos criminales de la Policía; razones por las cuales fue retirado de la Dirección de la Policía Metropolitana de Bogotá, por los abusos cometidos durante el 21, 22 y 23 de noviembre del 2019 en las manifestaciones del Paro Nacional.
En ese paro, también quedó registrado el actuar criminal y a la fecha no hay condenas ni sanciones disciplinarias por esos hechos. El caso de Dilan Cruz (aún envolatado) por el que el policía, Manuel Cubillos, asesino de Dilan, solo ha sido suspendido, pero sigue activo en la institución. Ello, muestra la lentitud de los procesos, del actuar de la Fiscalía y la judicatura en resolver y sancionar ejemplarmente una conducta que hoy cobró la vida de 13 personas e hirió a más de 400. Claro pueden ser muchos más.
Ahora bien, es conocido en el argot popular que el uso del uniforme engrandece a los sujetos que lo portan para que se comporten como quieran al identificarse como representantes de la autoridad estatal y aun más grave, al ser de conocimiento que los procesos judiciales en contra de estos suelen entorpecerse o archivarse por la inoperancia de los fiscales, la persecución y amenazas que realizan miembros de la fuerza pública o estructuras paramilitares (sobre todo las Águilas Negras o ¿águilas verdes?) para que los testigos o denunciantes abandonen la investigación.
El general Hoover Penilla con sus recientes declaraciones da rienda suelta a que los uniformados sigan actuando como se les dé la gana: sin Dios ni ley. Dicen: «respondemos por lo malo que hagamos, damos la cara» esa afirmación solo se la cree él.
Solo en Bogotá, desde el 23 de marzo hasta el 12 de agosto de este año se dieron apertura a 41 indagaciones preliminares a funcionarios adscritos a la Policía Metropolitana de Bogotá por las siguientes conductas: 9 por lesiones personales, 24 por abuso de autoridad por acto arbitrario e injusto, 6 por violencia sexual y 2 por homicidio, según la Inspección Delegada Especial (MEBOG), investigaciones suspendidas por el COVID-19 mediante la Resolución de la Policía 01908 del 31 de julio. En resumen, por el momento no habrá fallos y seguirán sumando y archivando investigaciones.
Nuevamente, Penilla, sale en defensa de una imagen institucional ya destruida, con su posición de que la Policía es intocable, incuestionable, como lo manifestó en noviembre de 2019 y ayer reiteró. ¿Acaso cuando los entes de control hagan su trabajo y sancionen ejemplarmente a los policías, las personas sigan protestando en su contra o, cuando se lleve a cabo una reforma a la Policía que no les guste, estos se alzarán en armas y se aliarán con el poder?
No es de todo descabellado, ahora tienen un idiota útil de presidente que por no perder apoyo de las Fuerzas Armadas y poder estatal estaría dispuesto a establecer nuevamente un Estado de sitio.
el defensor de la pandilla salvaje y cruel, fue y es un miembro de la policia, que debe de recibir emolumentos por su labor en defensa del orden establecido, y quien defiende un orden establecido es tan suversivo como quien lo ataca, quien lo ataca lucha por su derechos, y quien lo defiende es un traidor a la lucha revolucionaria la que resistenbcia digna del pueblo sufrido y aguntador y pone la cuota mas alta los muertos.
Somos una colonia gringa, duelale a quien le duela desde hace mas de 50 años, que pais soberano y libre permite 9 bases en su territorio de un ejercito extranjero, no se necesita ser muy inteligente para entenderlo, los ejercitos de cada nacion libre y soberana son constituidos para repeler otro ejercito que trate de invadirlo, los politicos colombianos han sido titeres de los ee.uu, esa es la razon fundamental por la cual libra la lucha en venezuela, y es un gran ejemplo para america latina y creo que lograra la segunda independencia, los ee.uu no han ganado ninguna guerra en el mundo, la unica guerr QUE HAN GANADO ES A TRAVEZ DE LA o:e:a onu, oficinas centrales donde el departamento de estado poseciona a sus titeres, esta a punto de cumplirse el sueño de simon bolivar, si venezuela se libera, los ee.uu perderan america. porque la gran colombia resurgira de las cenizas, ni hollywood con sus peliculas de propaganda la podran socavar.
Somos una colonia gringa, duelale a quien le duela desde hace mas de 50 años, que pais soberano y libre permite 9 bases en su territorio de un ejercito extranjero, no se necesita ser muy inteligente para entenderlo, los ejercitos de cada nacion libre y soberana son constituidos para repeler otro ejercito que trate de invadirlo, los politicos colombianos han sido titeres de los ee.uu, esa es la razon fundamental por la cual libra la lucha en venezuela, y es un gran ejemplo para america latina y creo que lograra la segunda independencia, los ee.uu no han ganado ninguna guerra en el mundo, la unica guerr QUE HAN GANADO ES A TRAVEZ DE LA o:e:a onu, oficinas centrales donde el departamento de estado poseciona a sus titeres, esta a punto de cumplirse el sueño de simon bolivar, si venezuela se libera, los ee.uu perderan america. porque la gran colombia resurgira de las cenizas, ni hollywood con sus peliculas de propaganda la podran socavar.
creo que estamos cayendo en otro extremo, la autoridad se cuestiona, pero se respeta y si no, tiene que hacerce respetar, tiene que existir un tratado social de derecho para que una sociedad funcione y si no vendra el caos, que es lo que muchos quieren.
Toda autoridad es cuestionable e irrespetable si la gente no la legitima. Su «hacerse respetar» es lo que ha legitimado golpes de estado, establecimiento de dictaduras, masacres y genocidios en muchos lugares del planeta, pues el uso de la fuerza siempre ha imperado para callar y doblegar a los que los contradicen.
El estado social de derecho que usted desea que exista, esta fundado en el respeto a la dignidad humana y el reconocimiento mínimo de derechos y garantías, esto no sucede en Colombia, por la hegemonía del poder político y militar que se encubre a si mismo y viola los derechos de los demás.