Gustavo Petro, la tercera vía

Los hombres que se han decidido no por estar en el poder, sino por estar en contra de él, hacen parte de la tercera vía.

Opina - Sociedad

2018-06-17

Gustavo Petro, la tercera vía

“El bipartidsmo ha sido incapaz de convivir con alternativas políticas distintas”.

Esto decía la profesora María Teresa Uribe De Hincapié en el año 1990, cuando le preguntaban por la constituyente que estaba por realizarse y, sigue siendo, una realidad de la estructura política colombiana.

Me encontré con esta cita, ya que andaba en el afán de buscar alguna fuente histórica que me diera la razón, a saber, ha existido una violencia más mala que otra. Para eso fui hasta el libro La Violencia en Colombia, el primer estudio de sociología en Latinoamérica que nació aquí en Bogotá en la Universidad Nacional.

Encontré allí que no era posible seguir en la misma lógica de varios escritores/as que le han hecho saber a una parte de Colombia, con sus columnas, que Álvaro Uribe Vélez ha sido de lo peor que le ha podido pasar al país y lo han hecho de manera magistral.

Sin embargo, el libro de la Violencia en Colombia, empieza con el relato desde el año 1930 y el arribo a la jefatura de Estado de Olaya Herrera, Liberal y narra cómo los liberales se empezaron a desquitar de todo el desprecio, la humillación y violencia que habían recibido de la hegemonía conservadora.

En ese momento, se ven truncadas mis intenciones de poder argumentar que ha sido más mala la violencia Conservadora, porque ha sido una violencia partidista, que la Liberal o de otras denominaciones; me doy cuenta que la violencia ha sido igual de descarnada y terriblemente brutal por ambos bandos. Lo único que se puede evidenciar es que la Venganza es la gran desgracia de la historia de Colombia y, que generación tras generación, nos ha imposibilitado construir nación.

En esa misma lógica, empecé a leer a Fernando González  y encontré que le decía las cosas a todo mundo y, que por lo tanto, iba a ser imposible cumplir mis objetivos maniqueos y también posibilitó una nueva lectura.

Según Fernando González, la independencia de Colombia no nace en 1810, sino en 1930, porque según él, ese día fuimos libres por primera vez de los “blancos” esos blancos conservadores que daban paso al mulato. Decía: “todo se reduce a la mezcla inevitable de las razas que poblaron a Colombia. ‘El triunfo liberal’ en 1931 fue una necesidad, tal como la caída de la fruta al madurar. No podía no haber sucedido. Nadie sino la vida tiene culpa de ello”.

Y en ese año se inaugura otra etapa de la historia colombiana. A partir de 1930 se vivió un periodo de la historia llamado la República Liberal que duró 16 años, hasta el 46, ya que en ese año el Partido Liberal se había dividido.  Y… ¿por qué se había dividido?

Como cosa rara en Colombia la convulsión social y las ganas de transformación política han sido reprimidas con violencia. Pero para el año de 1928 ocurre un cambio, una ruptura frente al accionar criminal de las órdenes conservadoras; ese año se desarrollaba una huelga por parte de unos trabajadores de una empresa llamada United Fruit Company, por las pésimas condiciones de trabajo que se les imponía y se tenía pensado negociar y discutir el pliego por parte del gobierno conservador de ese entonces el 5 de diciembre; pero resulta que en vez de diálogo les dieron plomo; de ese “mito” como nombran algunas personas de bien en este país, resultó la masacre de las bananeras.

Quien lideró el proceso jurídico y político fue Jorge Eliécer Gaitán y ahí es donde radica el quiebre y la ruptura en la historia política colombiana y la del Partido Liberal de cara a las elecciones del 46, que dieron paso al gobierno de Mariano Ospina Pérez y después al gobierno del 50 al 51 de Laureano Gómez Castro, el padre de Álvaro Gómez Hurtado, quien es citado constantemente en esta campaña por Gustavo Petro.

La historia nos enseña que en aquel entonces por la división en el Partido Liberal (justificada, no como en esta coyuntura), llegó al poder Mariano Ospina Pérez, conservador.  Y qué coincidencias de la vida… es en esos años que se vive en Colombia la primera Ola de violencia que relatan en el libro de la Violencia en Colombia que va desde el 1949 al 1953.

Una de las tantas cosas que quiero expresar es que a Humberto de la Calle le faltó un poco para convertirse en un hombre de la historia, no por estar en el poder, sino por estar en contra de él. Tuvo la oportunidad de representar los intereses de la nación como lo hizo Gaitán al separarse del Partido Liberal cuando ha debido hacerlo y, por el contrario, de la Calle no fue capaz. La única y radical diferencia es que en este caso él estaría en cuerpo ajeno, pero no estamos hablando de la otra campaña, sino que hubiera estado representado en Petro.

Para concluir, hay que decir que los hombres que se han decidido no por estar en el poder, sino por estar en contra de él hacen parte de la tercera vía. Esa es la vía que han tomado Gaitán, Jaime Pardo Leal, Bernardo Jaramillo Ossa, Luis Carlos Galán Y Carlos Pizarro, todos asesinados. También habría que honrar otros nombres, como el del señor de apellido Gómez Hurtado y Lara aunque su propio hijo lo deshonre al estar con la clase política que mató a su padre.

Entonces, no es momentos de dividirnos, aunque Fajardo lo haya hecho para su próxima candidatura sin pensar en el “país nacional” y sí en el “país político”, el país del que hacen parte sus amiguitos del GEA y demás… sino pensar en nación y sabemos quién la está representando.

¡Porque la nación no pueden ser las riñas históricas del país político! Ni mucho menos de familias ricas que ponen los problemas y los otros, el país nacional, los muertos. Es hora de que los que han puesto los muertos construyan la nación.

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Julián Stiven Velásquez