Golpe al tablero

La pérdida del poder político en resguardos estratégicos como Caldas, Antioquia y la costa norte, golpean al Centro Democrático y profundizan las afectaciones de un Gobierno Nacional altamente accidentado.

Opina - Política

2019-10-30

Golpe al tablero

Autor: Julio Roso

 

Llegaba otra jornada electoral. Aun con el miedo y las resacas de los resultados del plebiscito y las elecciones presidenciales del 2018, Colombia era convocada a las urnas para elegir los mandatarios regionales y locales. Sin embargo, por esta vez, la noche de las elecciones no dejó ese sabor a derrota que se hizo costumbre.

Aun cuando en la costa caribe, el Valle del Cauca y Cundinamarca, continuaron en manos de clanes políticos dominantes, los resultados de las elecciones obligarán a cambios profundos en las principales capitales del país y algunos departamentos que generalmente votan por partidos tradicionales. La expansión de partidos alternativos e independientes los deja como los grandes ganadores de las elecciones del pasado domingo.

Los resultados de las elecciones en Bogotá, Cali, Manizales, Florencia, San José de Cúcuta, Medellín, Santa Marta y los departamentos de Caldas, Boyacá, Magdalena y Antioquia, son la muestra de la modificación del mapa político colombiano y el crecimiento de propuestas más cercanas al centro que a los extremos políticos.

Los derrotados de este proceso electoral son las encuestadoras y el partido de gobierno. Aunque las primeras, contradicen esta afirmación sustentadas en el margen de error y resultados de sondeos que no publicaron, lo cierto es que el desfase en los resultados en Medellín y Bogotá y su apuesta política por candidatos, que más que subyacente empieza a mostrarse latente, dejan mal paradas a las empresas dedicadas a los sondeos electorales; tanto así, que hoy el debate se enfoca en la necesidad de regularizarlas, posibilidad decretada en el punto 5 del Artículo 265 de la Constitución Política de Colombia.

El segundo perdedor, es el partido de gobierno, no obstante, el aumento de alcaldías ganadas, que pasó de 57 a 120, y de gobernaciones, aumentaron de 1 a 4, celebrados por los senadores Paloma Valencia y Ernesto Macías, lo cierto es que la pérdida del poder político en resguardos estratégicos como Caldas, Antioquia y la costa norte, golpean al Centro Democrático y profundizan las afectaciones de un Gobierno Nacional altamente accidentado.

Esta modificación del espectro político puede ser causado por tres hechos:

1. El cansancio de varias capas de la población con el Statu Quo, que mantienen las condiciones que cierran el espacio político, los niveles de pobreza y obstaculizan, cuando no niegan, las posibilidades de cambio y emergencias alternativas al poder.

2. El Gobierno del Presidente Duque, en 15 meses de gestión, continúa sin despegar, y el año de aprendizaje, con el que algunos medios de comunicación y políticos justificaron la lentitud de la administración nacional, ha originado un malestar, creciente, en la población colombiana, lo que cambió la opción de voto de varios colombianos del partido de gobierno y afines a las opciones opuestas e independientes. Los votantes castigaron la lentitud, casi la ausencia de movimiento, del gobierno nacional.

3. Los “primivotantes”, término acuñado por varios analistas políticos, modificaron el campo electoral, incrementando no solo el censo electoral y su materialización en votos, sino con su apoyo a iniciativas políticas lejanas a lo tradicional.

La juventud colombiana rompe con el abstencionismo al que históricamente se les ha relacionado, y se convierten en determinante en la contiende electoral. Parece que la afirmación de Ariel Ávila está cada vez más cerca de cumplirse, los jóvenes decidirán los próximos presidentes en esta tercera década el Siglo XXI.

Las consecuencias de estos resultados y los giros de gobierno consecuentes, traen consigo una modificación del tablero político en el país, que, enmarcado en una profunda crisis de gobierno, alterará las relaciones de poder entre centro / regiones y ramas del poder público.

Es que, si antes los partidos de oposición e independientes plantaban cara a los actos administrativos e iniciativas legislativas del gobierno nacional, este rebalance electoral que modifica, profundamente, las relaciones de poder, puede profundizar la crisis, con un gobierno que ha demostrado ser incapaz de reconocerla, manejarla y superarla.

Para terminar, dos preguntas: ¿acaso una buena administración de gobierno de las propuestas alternativas e independientes, triunfadoras en la pasada contienda electoral, podrá influir en un cambio político en la población colombiana?

Y, más importante para la coyuntura actual, ¿Uribe, en vista de la responsabilidad del Gobierno Nacional y su controversial administración, abandonará al presidente Duque en su gestión como presidente? El tiempo responderá a estos interrogantes.

 

 

Foto cortesía de: El Tiempo

 

 

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Julio Roso
Estudiante comunicación social y periodismo, con interés en estudios políticos y análisis de coyuntura.