Para comienzos del mes de mayo del 2015, el Gobierno nacional decidió suspender las fumigaciones aéreas con glifosato. Esa decisión la tomaron basándose en una clasificación que en su momento realizó la Organización Mundial de la Salud (OMS) por medio de la agencia para la investigación sobre el cáncer (IARC), en la que se elevó la categoría del glifosato a “probablemente cancerígeno para humanos”.
Para ese momento el Gobierno no decidió si la suspensión de las fumigaciones con glifosato también incluiría la suspensión del uso de este herbicida en la agricultura. Como el gobierno se demoró en pronunciarse al respecto, los agricultores y campesinos colombianos sentaron su voz de protesta y alertaron al gobierno acerca de lo perjudicial que sería suspender este herbicida, ya que si bien es cierto, es de los más dañinos que existen actualmente en el mercado, desafortunadamente es de los más usado en la agricultura colombiana.
Para definir qué es el glifosato, primero se debe entender que son los agroquímicos: son sustancias químicas producidas sintéticamente, las cuales buscan la eliminación de plagas o de cualquier organismo patogénico de un cultivo. Dentro de los agroquímicos se encuentran los fertilizantes, fungicidas, herbicidas, insecticidas y reguladores de crecimiento.
Los herbicidas son los productos químicos (sustancias químicas o mezclas de sustancias) que se utilizan para el control y eliminación de plantas indeseadas, malas hierbas o maleza. Los herbicidas se pueden clasificar en herbicida total, el cual puede eliminar cualquier tipo de plaga y planta, y el herbicida selectivo, el cual solo elimina la maleza. La clasificación de herbicidas selectivos o totales depende de su concentración y de su dosificación.
En el mercado colombiano actualmente hay más de 100 presentaciones diferentes de herbicidas, los cuales contienen glifosato. Recordemos que este fue un descubrimiento de la multinacional Monsanto en el año 1971, el cual se empezó a usar en el sector agropecuario para mediados de 1974 bajo el nombre de Roundup Ready.
Recuerdo que al consultarle al líder agrario César Pachón acerca del uso del glifosato en la agricultura, este me planteó que: “el uso del glifosato en la agricultura no se puede suspender de un día para otro, ya que Colombia es un país dependiente del uso de agroquímicos, y que debido a la falta de asistencia técnica no hay formación, ni indicación, ni orientación al respecto”.
Es entendible lo que plantea Pachón puesto que en Colombia los diferentes gobernantes nunca se han tomado la agricultura en serio, teniendo con que ser una potencia mundial en agricultura, pero como a nuestros gobernantes nunca les ha interesado el desarrollo económico de nuestro país a través de la agricultura, pues ya vemos, ahí está el resultado: una agricultura abandonada en el medio evo, arcaica y muy atrasada, que hoy en día lucha por subsistir y no ser exterminada por los tratados de libre comercio, ni por las importaciones de alimentos.
Para Pachón “si los campesinos tuviésemos capacitaciones y ayudas para el manejo integrado de malezas, y si el Ministerio de Agricultura hiciera asistencia técnica a todos los agricultores y campesinos, nos enseñarían a hacer un manejo integrado de malezas y a utilizar varias medidas para no hacer solamente un manejo químico, sino medidas diferentes y complementarias”.
El Ministerio de Agricultura ha sido en parte uno de los principales responsables del uso del glifosato en la agricultura de nuestro país, pues esta cartera sus ministros nunca se preocuparon por desarrollar una agricultura más ecológica, más limpia y natural.
El Ministerio de Agricultura debe impulsar la asistencia técnica en el postconflicto y abogar porque Colombia tenga una agricultura ecológica, dejando a un lado a los agroquímicos. Los cultivos en los cuales hay un mayor uso del herbicida glifosato en Colombia son: arroz, café, caña, papa, tomate, cítricos y cultivos frutales.
Para el vocero de la Asociación de Campesinos del Catatumbo, César Jerez “el Gobierno estaría violando los acuerdos que se lograron en el paro del Catatumbo y esto generará una nueva parálisis como la que ocurrió dos años atrás”.
La decisión del Consejo Nacional de Estupefacientes y del Gobierno Nacional de restablecer el uso terrestre y manual (de forma directa en la hoja) del glifosato en cultivos ilícitos, tales como el de coca y amapola, se dio luego de que dos semanas atrás, el pasado 23 de abril culminara la Asamblea General de la ONU acerca de la problemática a nivel mundial de las drogas. En esa Sesión Especial de la UNGASS se estableció el fracaso de los Estados en la lucha contra las drogas, como también la revisión y reestructuración que el Estado colombiano le debe hacer a la política de lucha contra las drogas.
Luego de la reunión de la UNGASS se creó una Coalición Nacional por una nueva política de drogas en Colombia, como lo describe el líder del Catatumbo César Jerez “un conjunto de actores de organizaciones de la sociedad civil nos hemos reunido con el propósito de conformar una coalición nacional a favor de reformas a la política de drogas en Colombia. Es el momento propicio para avanzar en la profundización de las reformas para alinear la política nacional en materia de drogas con las posiciones defendidas a nivel internacional, priorizando las obligaciones en derechos humanos, el desarrollo integral en los territorios y la construcción de paz”.
De este nuevo grupo de la sociedad civil se resalta la disposición que tienen para aportar a la creación de la nueva política de drogas, que el gobierno deberá tener lista para el año 2019, teniendo en cuanta que no se puede satanizar el uso de las drogas, tales como la marihuana, que tiene diversas propiedades y que sirve para diferentes tratamientos médicos.
Recordemos que el pasado 21 de diciembre de 2015 el gobierno colombiano firmó el decreto que reglamenta y regula la siembra, la producción y la exportación del cannabis para efectos netamente científicos y medicinales. Con este decreto se legalizan los productos derivados de la marihuana tales como: pomadas a base de marihuana y aceites, entre otros.
Aunque la decisión del Consejo Nacional de Estupefacientes de retomar la aspersión con glifosato en cultivos ilícitos no será con avionetas, sino de manera terrestre, manual, este tipo de agroquímicos son perjudiciales para la salud, pues como bien lo informó hace un año la Organización Mundial de la Salud (OMS), el glifosato pasó a la categoría de “altamente cancerígeno para humanos”.
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