Germán Vargas Lleras: aprenda modales

Opina - Política

2017-01-01

Germán Vargas Lleras: aprenda modales

El vicepresidente de la República de Colombia se hizo viral por agredir a uno de sus escoltas, el vídeo se conoció el pasado 23 de diciembre. Lo que pocos sabían es que Vargas Lleras es un grosero que pretende dominar a las personas como le da la gana.

El 6 de diciembre del presente año, la Empresa de Vivienda de Antioquia -VIVA- celebró sus 15 años en el Hotel Dann Carlton, y el invitado principal del evento era precisamente Germán Vargas Lleras, quien tardó en llegar al evento aproximadamente 1 hora y media.

La gente estaba desesperada, puesto que antes del acto protocolario, se realizó un foro, con invitados nacionales e internacionales, acerca de los programas de desarrollo y ciudades sostenibles emprendidos por diferentes empresas. Según el cronograma, el acto protocolario debería iniciar a las 5:30 de la tarde y el receso del refrigerio inició a las 5 p.m.

Hacia las 6 p.m., los asistentes, desesperados, preguntaban si ya había llegado el vicepresidente, los medios de comunicación lo esperaban a la entrada del auditorio junto con algunos diputados y personalidades de la política departamental, pero el invitado aún no llegaba. Eran las 6:35 de la tarde y Vargas Lleras hizo su arribo al auditorio, por la cocina, dejando a un lado el protocolo que le tenían preparado. Sin excusarse, comenzó el acto.

Luego de los himnos, la presentadora del evento cometió un pequeño error en la presentación de la mesa principal y dijo: “Señores asistentes, con ustedes, en la mesa principal, el Señor vicepresidente Germán Vargas Lleras…” y cuando ella iba a continuar nombrándolos, a sus espaldas estaba el señor Vargas, quien la quitó del atril desde donde estaba presentando el evento. Ella al verlo le dijo: “Apenas estoy presentando la mesa”, y él le respondió: “Yo voy a dar un saludito entonces, ya me paré y no me voy a sentar de nuevo”, y ella simplemente se retiró y le permitió su intervención.

No sé si fui el único que sintió pesar por la presentadora y a la vez rabia por la grosería de Vargas Lleras.

Comenzó su intervención para la que necesitaba un apoyo fotográfico, con el que pretendía demostrar que “las cosas sí se han hecho” porque según él “son las pruebas de que yo sí trabajo”. Pero el vídeo fotográfico falló y sus asistentes por mucho que corrieron a tratar de solucionar el problema, lo único que recibieron fue un grito de su jefe: “Siempre es lo mismo con ellos, dejen eso así, si no sirve, no mostremos nada” mientras los asistentes, seguían tratando de solucionar el impase pero él les decía mucho más fuerte: “Que dejen eso así y no mostremos nada”. Y continuó con su discurso sobre la construcción de las casas en Antioquia, las carreteras y bla, bla, bla…

Esa noche salí del evento con la decepción más grande, porque a pesar de que siempre he mantenido mi distancia con la política tradicional de este país, tenía una mejor imagen de Vargas Lleras, la misma que ese día se marchitó. “Vargas Lleras es un patán y un grosero”, decían quienes me acompañaban, y sólo se venía a mi mente el pensar en un presidente de ese talante.

Sólo pasaron dos semanas para que el señor vicepresidente transgrediera los límites de la grosería y la falta de modales que posee, y que los medios de comunicación maquillaron hasta en el especial de inocentes: Vargas Lleras le daba un coscorrón a su escolta y la opinión pública se reía…

En un show público, porque no se le puede llamar acto, Germán Vargas se disculpa con su escolta pero le recuerda que él como vicepresidente está para “escuchar a la gente”, es decir, se excusa en eso para justificar su actuación, sólo me pregunto: ¿Y si la señora en vez de ir a saludarlo quería agredirlo? Ahí sí, seguramente, el malo hubiera sido el escolta porque dejó pasar a la señora.

Me pongo en el lugar del guardaespaldas y muy seguramente renunciaría a mi cargo e interpondría una demanda contra mi exjefe por maltrato laboral y otros abusos cometidos por el señor Vargas Lleras a la vista de todos.

Qué vergüenza me da tener un vicepresidente sin modales, que pretende que por tener más poder que otros, puede tratarlos como le dé la gana. Un personaje de estos merece estar en un centro de educación o un laboratorio sicológico, donde le enseñen modales, tales como: ser puntual, reaccionar adecuadamente en todo momento, no agredir a los demás y sobretodo ser HUMILDE. Son actitudes básicas que le enseñan a uno en la casa desde pequeño.

Sólo queda una cosa por decir: los colombianos tenemos la posibilidad de castigar a personajes como éste, a través del voto. Ojalá que no nos dejemos engañar ni comprar por un tamal (o un pastel, como fui testigo) sino que tomemos la mejor decisión, a conciencia. No permitamos que Vargas Lleras y otros, sigan utilizando la violencia como método de esclavitud de quienes les sirven incondicionalmente y esperan un salario para alimentar a sus familias, mientras lo que reciben son gritos y golpes.

Stiven Jaramillo
Comunicador Social- Periodista de la Universidad Minuto de Dios- Bello. Apasionado por la literatura, la escritura, el periodismo político y deportivo.