General Santoyo, ¿la gran manzana podrida?

Columnista:

Cristian Álvarez

Casi de agache pasó por los medios nacionales, la medida de prisión preventiva para el polémico general retirado de la Policía Mauricio Santoyo Velasco, encargado de la seguridad del expresidente Uribe durante su primer mandato.

La nueva orden de detención intramural en su contra tiene que ver con una investigación a su patrimonio, de más de 6300 millones de pesos que, en parte, sería producto de dineros que habría recibido de los desmovilizados grupos paramilitares cuando estuvo vinculado a la Policía entre 1999 y 2009.

“Por estos favores ilícitos, el general en retiro habría recibido en su momento más de 1.700 millones de pesos”, agregó la Fiscalía General de la Nación en una nota de prensa.

Sin embargo, Santoyo está detenido desde hace un año en una escuela de la Policía bogotana —cuando regresó al país procedente de Estados Unidos— gracias a una orden de captura expedida por un fiscal especializado de la unidad contra la violación de Derechos Humanos.

Esta orden contra Santoyo se da por los cargos de concierto para delinquir y la desaparición forzada de Claudia Monsalve y Ángel Quintero, dos integrantes de la organización ASFADES, desaparecidos en el Centro de Medellín el 6 octubre de 2000, cuando Santoyo era el comandante del GAULA de la Policía en esa ciudad.

La estrella en alza

Mauricio Santoyo Velasco es oriundo del municipio de San José de Pare en Boyacá y procede de una familia cuyo abolengo se conoce desde hace 2 siglos en la región. Tiene 61 años, es casado y es padre de tres hijos. Cursó junto a sus hermanos los estudios de oficial de la Policía Nacional en la Escuela General Santander, según relata el periódico El Tiempo.

El quinto hijo de don Alfonso Velasco —quien en su tiempo fue un respetado sargento y alcalde de varios pueblos— tuvo una meteórica carrera dentro de la Policía, gracias a su entrega y entereza moral.

Para julio de 1996 fue nombrado como comandante del recientemente inaugurado Grupo de Acción Unificada por la Libertad Personal GAULA de la Policía de Medellín. Durante su jefatura de esta unidad logró realizar más de 150 rescates exitosos, lo que le cosechó una gran fama de “super policía” que llamó la atención del, en ese entonces, gobernador de Antioquia Álvaro Uribe Vélez.

Lo que mal empieza…

A la par de los éxitos que se estaba labrando en la jefatura del GAULA, Santoyo empezó a verse involucrado en situaciones muy delicadas que vale la pena traer a mención.

En el primer caso, la Procuraduría probó que, desde diciembre de 1997 hasta 2001, el GAULA, bajo el mando de Santoyo, interceptó sin orden judicial 1808 líneas telefónicas.

Para poder ‘chuzar’ falsificaron órdenes y firmas de fiscales; los blancos de las chuzadas no eran solo criminales, sino también defensores de derechos humanos y quienes denunciaban delitos.

Desde esa época, según testimonios de mafiosos, comenzó la colaboración de Santoyo con ‘chuzadas’ para beneficio de los paramilitares y de la Oficina de Envigado.

Tras su salida del GAULA, en diciembre de 1999, pasó a ser el comandante del Cuerpo Élite Antiterrorista, entre el 2000 y el 2002.

El en ese entonces coronel Santoyo, se vio involucrado en la guerra entre “La Oficina” y “La Terraza” por el control de los negocios ilícitos de Medellín. Dicha confrontación hizo sentir su fragor con las bombas que estallaron en el Parque Lleras de El Poblado y en el Centro Comercial El Tesoro, en 2001.

En 2010, alias ‘El Tuso’ Sierra contó que: “el jefe máximo en Itagüí era el hermano de alias ‘Berna’, Hugo Murillo ‘Semilla’, que lo mataron cuando la guerra de la Terraza. Esa guerra es otro tema bien espinoso… de cómo se combatió la Terraza con la ayuda del Cuerpo Especial Antiterrorismo comandado por Mauricio Santoyo”.

Pero las denuncias no solo las hacen narcotraficantes como ‘El Tuso’  o ‘Macaco’, cuando Santoyo dirigió el Comando Élite Antiterrorista también se conocieron denuncias en su contra.

En una carta fechada en 2001 y dirigida al despacho del fiscal general, un agente subalterno denunció que el GAULA, bajo el mando de Santoyo, había colaborado con la Terraza y con paramilitares.

Y en el 2000, la propia banda “La Terraza”, le envió una misiva al entonces presidente Andrés Pastrana en la que decía: “Santoyo (fue) el encargado de ejecutar el secuestro y desaparición de Jairo Bedoya, miembro de la Organización Indígena de Antioquia”. Y agregaba que a Santoyo: “a principios del año, nuestro grupo le hizo entrega de un carro Volkswagen Golf morado con material explosivo para que se anotara un positivo”.

Las grandes ligas

Tras hacer “parte” de la campaña política de Álvaro Uribe a la Presidencia, Santoyo se convirtió en su jefe de seguridad una vez obtenido el triunfo electoral.

De acuerdo con la acusación o Statement of facts emanada por la Corte del condado de Alexandría en Virginia, Estados Unidos, el coronel Santoyo entre el 31 de octubre de 2001 y el 28 de noviembre de 2008 (cuando ya fungía como general y encargado de la seguridad de Uribe) “suministró apoyo y recursos materiales a las Autodefensas Unidas de Colombia”.

En esas épocas, Santoyo hacía chuzadas ilegales para recoger información y ayudarles a las AUC “en la comisión de actos terroristas y de narcotráfico”, según la Corte de Alexandría. También, de acuerdo al documento, les informaba a miembros de las AUC sobre las interceptaciones que las autoridades les hacían a ellos

Aparte de estos graves hechos, según las investigaciones en Colombia, se presume que Santoyo también tuvo participación en la desviación de la investigación del crimen del humorista Jaime Garzón Forero, y en el plan de asesinato de los investigadores del CINEP, Elsa Alvarado y Mario Calderón, tal como reseña RCN Radio.

A esto se suma el testimonio de Salvatore Mancuso, quien señaló que Santoyo le ayudaba con las chuzadas: “Hicimos un trabajo de interceptaciones como las de Ronald Ruíz (de las FARC) y las de alias ‘Byron’ (del ELN), pero son solo dos ejemplos porque con Santoyo se trabajó en muchos casos más”. Y ‘Gordolindo’ también narró que le pagaron a Santoyo 500 millones de pesos por advertirles de dos operativos de la DEA para capturarlo a él y a alias ‘Don Berna’.

De acuerdo con la Revista Semana, “La llave Uribe-Santoyo llegó a ser tan poderosa que blindó al coronel contra los organismos de control y la Justicia”.

La Procuraduría lo destituyó en 2003 por el tema de las chuzadas en el GAULA, pero Santoyo terminó ganando dicho proceso gracias a un insólito fallo del Consejo de Estado de 2006. A su vez, la Fiscalía le cerró la investigación, mientras a sus compañeros de equipo los condenaba. Y el Congreso, a pesar de la polémica, avaló su ascenso a general en 2007.

“Secreto de confesión”

Finalmente, en 2012, el general retirado Mauricio Santoyo se entregó ante las autoridades de los Estados Unidos que lo requerían por delitos relacionados con el narcotráfico y vínculos con grupos paramilitares. Tras la contundente evidencia, decidió aceptar cargos. Por ello, el exjefe de seguridad en el primer mandato del presidente Álvaro Uribe Vélez fue sentenciado a 13 años de prisión.

Sin embargo, tras la firma de un acuerdo de colaboración con las autoridades de los Estados Unidos, el oficial en retiro logró una rebaja de pena de siete años y ocho meses de cárcel. En dicho acuerdo, Santoyo se comprometió a entregar información sobre otros militares que tendrían vínculos con estas organizaciones ilegales. El 11 de marzo de 2019 cumplió su condena en Estados Unidos y fue deportado a Colombia.

¿Qué contó Santoyo en las Cortes gringas para que le rebajaran la condena? ¿A quién echó al agua en su aciaga hora? ¿Se vendrán más entregas, investigaciones y/o extradiciones por sus testimonios? Solo cabe esperar.

Mientras que se le acumulan varios procesos, Santoyo espera sin ningún interés su llamado a la JEP, que lo obliga a comparecer, dado su fuero. Así es el ocaso de la carrera de un hombre que apareció en los agradecimientos de la biografía de Álvaro Uribe, pero en una clara metáfora de cómo “le paga el diablo a quien bien le sirve”, terminó siendo borrado de ellos tras caer su buena estrella. En la reedición del libro, su nombre fue borrado.