Autor: Alexander Quiñones Moncaleano
Los colombianos han escuchado el nombre del brigadier general Diego Luis Villegas Muñoz en varias oportunidades, las dos últimas han sido controversiales y muy mediáticas. No obstante, el general Villegas Muñoz tiene un amplio dossier que la prensa nacional ha documentado y hecho público.
El Espectador tiene un artículo que da muy buena cuenta de su travesía en la vida castrense que se llama: ‘El expediente del general Diego Villegas’. En ese artículo, uno de los diarios más leídos del país señala que este general está siendo investigado por ejecución extrajudicial. Un crimen que en el país se conoce por el eufemismo de ‘falsos positivos’.
Como lo contó ampliamente el 4 de mayo de 2019 el diario, la Fiscalía 107 Especializada Contra Violaciones a los Derechos Humanos envió una resolución a la unidad de fiscales delegados ante la Corte Suprema, en la cual le solicitó que “se continúe con la actuación en contra del indiciado” ahora que es general.
La cuestión es tan seria para el fiscal que lleva el caso que en diciembre de 2016 expidió una orden de captura para lograr imputarlo. No obstante, el general Villegas jamás fue detenido y en enero de 2017 comenzó su curso de ascenso a general en la Escuela Superior de Guerra, luego se acogió a la JEP y la orden quedó en veremos.
La muerte que compromete al general Villegas es la de Ómer Alcides Villada. “Se [dio] muerte a una persona de deficiencias mentales”, señala la Fiscalía en su documento, conocido por El Espectador. Ocurrió en marzo de 2008 en la vereda Palmitas, de Montebello (Antioquia).
“Se paga recompensa a una persona que no conoce la región, ni a la víctima, ni dio información al Ejército Nacional para realizar la operación militar”, anotó la Fiscalía en el documento, en el cual se remitieron también “otras actuaciones que corresponden a la manera como se daban las bajas en el batallón Pedro Nel Ospina (Antioquia) de la Cuarta Brigada del Ejército”, mientras Villegas fue su comandante. Desde febrero de 2018 el caso está quieto.
Ante la ejecución extrajudicial de Dimar Torres, el nombre del General Diego Luis Villegas Muñoz volvió a sonar pues salió a dar la cara al país por el Ejército Nacional ante el macabro hecho en el que Dimar Torres fue torturado, emasculado, violado y posteriormente asesinado.
Se supo también que a Dimar Torres, un desmovilizado del otrora grupo guerrillero de las Farc Ep, lo iban a desaparecer como han hecho recurrentemente las fuerzas armadas. Sin embargo, la comunidad del Catatumbo se organizó e hizo público el vejamen a que había sido sometido el ciudadano Dimar Torres.
Las voces de apoyo a Villegas por parte de la sociedad civil no se demoraron mucho en aparecer, mientras se señalaba al Gobierno Nacional porque criticó duramente a Villegas por sus palabras en público, a propósito de este caso, en el que aceptaba la responsabilidad del cabo y del Ejército que cometiera el asesinato en persona protegida.
Pero todavía el nombre del brigadier general Diego Muñoz no deja de sonar. La semana pasada, la revista Semana reveló unos audios en los que se escucha a Villegas proferir unas palabras que dan escalofríos.
Los ciudadanos deben estar muy vigilantes con la conducta de sus Fuerzas Armadas, pues en ello se juega la vida de millones de colombianos. Sobre manera de los más humildes y vulnerables.
Ya sabemos que las cifras de muertes por ejecuciones extrajuiciales/falsos positivos a manos del Ejércitos son infames y que sobrepasan las 10 mil vidas humanas truncadas como si no tuvieran ningún valor para la institución, solo el que les confiere permisos, dinero y cifras con las cuales redactar informes.
No es un secreto que no son casos aislados como ha querido mostrar la prensa, u ovejas negras que dañan a la institución, sino una política de Estado a raíz de la cual se han asesinado, sin pudor alguno, a miles de personas para mostrar cifras y resultados ante una supuesta guerra contra las drogas y el terrorismo, que al parecer tiene otras motivaciones bien distintas.
Las palabras de Villegas revelan que el Ejército tiene como objetivo primordial mostrar resultados sin importar la transparencia ni la vida de los ciudadanos de este Estado inviable.
En el audio publicado por Semana el general dice sin siquiera temblarle un poco la voz que:
«El Ejército de hablar inglés, de los protocolos, de los DDHH se acabó, acá lo que toca es dar bajas y si nos toca aliarnos con los Pelusos nos vamos a aliar, ya hablamos con ellos, si toca sicariar, sicariamos y si el problema es de plata pues plata hay para eso».
Quedan muchas preguntas en el aire. No obstante, la primera que me viene a la cabeza es: ¿qué va a pasar con este general de la República? ¿Va a ser otro caso más de indignación y sus palabras y conductas quedarán sin un castigo más allá de la sanción social que ya ha recibido de manera contundente por parte de la ciudadanía informada?
Las palabras no solo son escabrosas e infames, sino que se llevan por delante a miles de vidas humanas.
Esto deja claro que al Ejército no le importan los derechos humanos y civiles, y que tienen como propósito pasar por encima de la sociedad civil si con ello puede mostrar cifras.
Al parecer, la vida para la actividad castrense se resume en eso: cifras, números e informes y resultados. Ojalá podamos salir de la horrible noche.
Mientras el Centro Democrático sea el partido de gobierno no pasará nada. Que triste