Hace 1 semana larga surgió desde la campaña de la Colombia Humana la advertencia de un posible fraude electoral en los entonces futuros comicios del 27 de Mayo de 2018. El centro de la denuncia radicaba en la no realización de la auditoría externa del software de conteo de la Registraduría, la inasistencia de un órgano externo para la revisión del código madre de la programación ponía de manifiesto una grave irregularidad que no fue corregida a tiempo a pesar de esta alerta y de la carta enviada con suficiente tiempo de antelación por el procurador general Carrillo.
Conocemos el tono de descrédito utilizado por los medios de comunicación tradicionales (que responden a intereses económicos y políticos), que ante una denuncia de tal calibre en otro país expresarían solidaridad y prenderían alarmas ante esta amenaza a el proceso que define los destinos de la nación; por el contrario desacreditaron de plano de información por la procedencia de la denuncia.
De esta manera, en un ambiente de aparente seguridad y garantía, se llevaron a cabo las elecciones que dieron por vencedor a Iván Duque del Centro Democrático con casi un 40% de la votación, seguido en segundo lugar con una considerable diferencia por Gustavo Petro y Sergio Fajardo en tercera posición (no pasa a segunda vuelta) con 25 y 23% respectivamente.
Con el reconocimiento de los resultados consolidados con gran celeridad por la Registraduría, concluyó la primera vuelta presidencial, dejando a Duque y Petro en segunda vuelta.
Dos días después del conteo se hace tendencia en redes el numeral #FraudeElectroral, donde cientos de ciudadanos empiezan a subir imágenes de los formularios E-14 que dan cuenta de aparentes irregularidades en lo registrado por los jurados de votación. Se aprecian enmendaduras convirtiendo números escritos en otros más altos por la añadidura de trazos, tachaduras, anteposición de números para aumentar el total de votos de un candidato y aún el uso de las líneas para eliminar espacios en blanco que terminaron convertidas en dígitos numéricos.
Hasta el momento, al conocerse la oleada de registros alterados no se ha obtenido ninguna respuesta creíble del ya cuestionado registrador Juan Carlos Galindo, de quien debemos traer a colación, fungió como abogado del partido de la parapolítica Alas Equipo Colombia antes de desempeñarse como registrador.
Además, debemos recordar las irregularidades manifestadas por Ariel Ávila de la Fundación Reconciliación y Paz posteriores a las elecciones parlamentarias, que daban cuenta del similar fenómeno de aparición y desaparición de votos de diversos candidatos que utilizaron aleatoriamente para hacer su estudio.
Días atrás se puso de manifiesto desde el mismo CNE el empadronamiento de los votantes que participaron en las consultas interpartidistas para elegir candidato a la presidencia de las colectividades de “derecha” e “izquierda”. Esto significado en que se creó un registro que permite saber quién votó en la consulta de derecha en la que venció Duque o la contraparte en la que resultó electo Gustavo Petro, vulnerando así, el derecho fundamental al voto secreto.
Para añadir, llama la atención el extraño “error” de la no inclusión del nuevo logo de la campaña Petro Presidente en el tarjetón.
A estos antecedentes sumemos las denuncias del senador Armando Benedetti que dieron cuenta de la aparente inserción irregular en el Atlántico de 4000 jurados de votación en los listados enviados por las empresas para manipular los resultados. Esto resulta alarmante si se piensa en el posible alcance de este fenómeno a nivel nacional de llegar a haber sistematicidad en esta práctica en todas las regiones.
Todo lo antes mencionado, da cuenta de un proceso electoral fraudulento o, por lo menos, sin garantías claras de transparencia, aparentemente la Registraduría ha garantizado por omisión o acción la presencia de condiciones y/o mecanismos para el fraude.
Al retomar las denuncias ciudadanas actuales, en las que se ven las aparentes anomalías en los registros, pueden atarse algunos cabos en una mente suspicaz:
- Al revisar los registros enmendados casi siempre favorecen al candidato Ivan Duque (algunos parecen tener arreglo a favor de Vargas), en los cálculos gruesos incluso parece ser que los vencedores reales de la contienda serían Sergio Fajardo y Gustavo Petro, pero eso está por definirse, si llega a darse un proceso de reconteo.
- La irregularidad en la escogencia de jurados parece ser determinante, la escogencia pudo haber estado ligada al empadronamiento hecho en las consultas interpartidistas, al conocer quién votó por quien, puede hacerse un cruce de los datos con los listados enviados por empresas y eliminar o desequilibrar la balanza poniendo más jurados que hayan votado a favor de una consulta o de otra, en este caso podríamos hilar fino y decir que esto pudo haber tenido peso a favor de la campaña Duque.
Por ahora, la ciudadanía viva exige investigación y respuestas inmediatas, la veeduría popular responde en defensa de la democracia para esclarecer unas elecciones que definirán el futuro de nuestra nación.
Señor registrador Galindo, CNE y organismos de control esperamos su pronta y veraz respuesta.
Imagen cortesía de Semana.com
Si hubo fraude. A las 8 A M, algunas actas estaban medio llenas. Un lapicero especial fue utilizado y en el momento de votar, cuando uno insistía en utilizar el propio, procedían a cambiarle el voto por uno diferente.