Autor: Hernán Muriel Pérez
Una nueva campaña nacional de contra propaganda ha nacido. Su principal objetivo es, al parecer y como usualmente sucede en Colombia, sembrar miedo en los ciudadanos, alejarlos de un fin e inmovilizarlos mentalmente con estrategias de comunicación.
Desde hace varios días, con la complicidad de diferentes medios, se habla del paro nacional del 21 de noviembre bajo métricas y argumentos que no están en verdad muy relacionados con la movilización, que satanizan en general la protesta social con opiniones deslegitimadoras, o que, simplemente, únicamente mencionan mentiras.
Cuando este tipo de mensajes, compuestos casi siempre por fake news, son identificados por personas que conocen las jugadas oscuras de la manipulación, normalmente se hace evidente que quienes lo compartieron son víctimas que creen en ese mensaje y, finalmente, lo que hacen es reenviar y compartir en sus redes sociales ese contenido, en el intento de ‘ayudar a la humanidad’.
Pero, por otro lado, es más preocupante que, como ocurre en otras ocasiones, las personas identificadas de haber compartido el mensaje no son víctimas que se lo creyeron, sino autores intelectuales que quieren difundir la campaña contra propaganda.
A continuación se hablará de algunos casos en específico que son útiles para ejemplificar la creación y manutención de la campaña que se creó en contra del paro del 21 de noviembre.
Los actores partícipes de esta nube de información tienen un discurso deslegitimador contra la protesta social en general y, por ende, buscan escenas explícitas de manifestaciones que les sirvan para sustentar la idea en cuestión.
Séptimo Día
El programa televisivo del Canal Caracol recibió una gran cantidad de quejas y reclamos por su edición del domingo 17 de noviembre. Twitter, por ejemplo, fue una de las redes que las personas usaron para expresar sus inconformidades. Ocurre que, al ser este domingo el último fin de semana antes de ejecutarse el paro nacional del 21 de noviembre, el programa estuvo dirigido precisamente a la crítica de la protesta social.
Entre tantas cosas que se dicen en alrededor de 45 minutos que tarda el programa, diversos espectadores juzgan que la principal razón de ser de esta emisión fue satanizar la manifestación e inculcar temor en las personas para que no participaran del paro del #21N.
El tema se complica todavía más con el protagonismo de las víctimas entrevistadas en el programa, porque esto, a fin de cuentas, representa un punto de quiebre negativo y criminaliza, de manera general, el mero hecho de acaparar el espacio público en colectivo para protestar.
El representante estudiantil del Consejo Superior de la Universidad Nacional, Alejandro Palacio, que fue entrevistado y figuró como una fuente importante de Séptimo Día, afirmó que cuando lo grabaron él habló de temas profundamente delicados como los motivos de la protesta, la realidad de la educación en Colombia y la infiltración en las marchas de la que los manifestantes son víctimas. A pesar de que sus argumentos en torno a estos temas se alargaron alrededor de una hora, no salió ni una parte de ellos.
Insertar el tuit de Alejandro Palacio: https://twitter.com/AlejoPalacioRes/status/1196261595309051905
La narración a lo largo del programa cuantifica los desastres que dejan las protestas mencionadas y reitera que es el pueblo colombiano el que debe pagarlos. De igual forma, estas escenas se paralelizan con los testimonios de las personas que han sido víctimas en cada una de esas protestas. La narración del principio del programa, por ejemplo, reza lo siguiente:
“Ciudadanos vulnerables heridos por explosivos, piedras lanzadas desde universidades a vehículos donde viajaban familias, desmanes que cada vez están dejando más víctimas en la población. Un clamor ciudadano que ha llevado a plantear un debate en el país. ¿Se debe regular la protesta social en Colombia?”.
La pregunta inminente es: ¿a quién le sirve definitivamente la creación de este tipo de programas? Con el discurso preponderante usado en esta ocasión, ¿cuál es la clase o agrupación social que se beneficia?
El comercial del Gobierno
Un comercial de 30 segundos de la presidencia de la República insta a concluir que manifestarse es igual a destruir el país. Con imágenes de protestas sociales caóticas —donde es más que evidente la presencia del gas lacrimógeno que arroja el Esmad en estas reuniones— es obvio que este recurso, que nace del dinero de todos los colombianos, está intentando influir en la opinión pública alrededor de la protesta social.
De cierta manera este contenido no desinforma, no criminaliza en específico al paro del 21 de noviembre y, aparentemente, tiene una función social de un aporte pacífico para la construcción de los contextos colombianos.
Lo que sucede aquí es que la intención real es francamente otra. El video, que fue publicado justamente el día 17 de noviembre, días antes de la manifestación del 21, pretende criminalizar la protesta y dignificar el hecho de no apoyarla.
Es incorrecto que, a pesar de que la gran mayoría de las personas estén en contra de la gestión actual del Gobierno, tal y como lo demuestran algunas encuestas recientes, se use el dinero de los mismos colombianos para crear contenidos en contra de la protesta social dirigida hacia esa gestión gubernamental.
Un claro contenido que puede situarse dentro de la campaña de contra propaganda desarrollada en el presente texto.
Insertar tuit de la presidencia: https://twitter.com/infopresidencia/status/1196188261242331140
Las fake news de algunos
¿Será que los políticos y los personajes públicos acostumbran a compartir fake news en torno a lo que creen? Hay diversas ocasiones en las que se les ha visto actuar conforme a ello, y en el caso de su contrariedad con el paro del 21 de noviembre, compartieron algunas noticias falsas que los hizo pasar vergüenza a pesar de que es una acción verdaderamente preocupante y delicada, si tenemos en cuenta la campaña de contra propaganda en cuestión.
– María Fernanda Cabal habló de “terrorismo transnacional” y de guerrilleros de las Farc en Bolivia. Lo malo es que las personas de la foto que posteó en realidad eran youtubers famosos que muchas personas conocen. ¿Si nadie los conociera, ella igual habría compartido la foto o la hubiera borrado? Un caso en el que pueden caer muchos ofuscados.
– El Espectador se vio en la obligación de denunciar una noticia falsa que estaba rondando por redes. Lo peor es que ellos figuraban como autores de la nota. La intención de la persona que creó la fake news, obviamente, era deslegitimar el 21 de noviembre y desprestigiar el renombre del paro.
Por varios días circuló una supuesta cadena de WhatsApp de la Policía Nacional de Colombia que dejaba varias recomendaciones a las personas con respecto al 21 de noviembre, y afirmaba lo siguiente:
“No se sabe si el paro dure uno o más días, porque saldrán también campesinos e indígenas en varias regiones del país, y es posible que haya bloquedo de vías y se paralice el transporte de alimentos”.
La misma organización de la Policía desmintió el comunicado.
#FakeNews. Esta información que circula a través de WhatsApp NO ha sido divulgada por nosotros. Recuerde que toda información oficial la publicaremos a través de nuestras cuentas en redes sociales o página web. pic.twitter.com/f4RODe1fLZ
— Policía de Colombia (@PoliciaColombia) November 15, 2019
Adenda
La campaña contra propaganda del paro nacional se ve apoyada por insólitos hechos ocurridos en Colombia, así como la creación de la “Resistencia Civil Antidisturbios”, de la que hace parte el quemado político uribista Jaime Arturo Restrepo, alias El Patriota.
Este video, en donde un grupo de hombres hablan de ‘levantarse’ contra quienes decidan destruir la ciudad de Medellín el 21 de noviembre, se viralizó gracias a que muchas personas lo compartieron y aplaudieron el surgimiento de ideas como esa. En el video, El Patriota diría lo siguiente:
“(…)no vamos a tolerar que organizaciones criminales determinadas por intereses políticos de la izquierda vengan a sembrar la anarquía y destrucción en nuestra ciudad”.
Por razones legales, más tarde debieron aclarar que no van a intervenir en el trabajo de la Fuerza Pública y que su tarea únicamente se ceñirá a documentar y denunciar “posibles acciones vandálicas”.
Este hecho, por supuesto, también tenemos la tarea de agregarlo en la contra campaña de propaganda creada contra el paro nacional.
Desde cuando descubrí que Séptimo Día es un programa mercenario para manipular la verdad y editar las entrevistas para acomodarlas a sus propósitos, por higiene mental, me abstengo de verlo y, menos, difundirlo.