Hoy en día con el crecimiento acelerado de Internet, la información viaja a todos los lugares del mundo por muchos medios de comunicación, en los cuales, millones de personas son informadas en solo unos segundos, dejando atrás la forma de comunicar y de informar las noticias presencialmente.
Por esta razón, miles de medios de comunicación hacen parte de esta gran red, como lo es la web. Así que, la información presentada en estos sitios, en ocasiones, no es tomada con seriedad por falta de fuentes oficiales, ampliación y, por ende, antecedentes de estas noticias; asimismo, se pierde la credibilidad y la responsabilidad que se deberían tener en cada uno de estos espacios periodísticos. Entonces, hay un tema que poco a poco daña el oficio de informar a la sociedad, este problema es denominado las fake news.
Estas noticias falsas son el pan de cada día en los Social Media; entre las más destacadas están las redes sociales (Facebook, Instagram, Twitter, etc.), las páginas web, blogs y plataformas de mensajería instantánea como WhatsApp. Se ha creado una mancha que está en constante crecimiento, que está destruyendo de a poco al periodismo y a sus profesionales.
Este tipo de noticias han servido para atacar a políticos y figuras públicas en general, haciendo que la gente cambie su pensamiento sobre esas personas o algunas veces sus propias ideologías, religiones u opiniones.
Pero, no solo en las noticias tienen relevancia estos mensajes, pues a la hora de cambiar una idea sobre un tema, estas se centran en desinformar mostrando por medio de mentiras cosas negativas de dicho asunto.
Aun así, no todo está mal en los medios informativos: habremos algunos que intentamos desmentir e informar de la mejor manera, haciendo que los periodistas que intervienen en la creación de contenido sean profesionales con un código ético intachable, donde esté en relevancia su verdad, independencia e imparcialidad.
Ahora bien, cada uno fuera del trabajo de periodista está en la obligación de no compartir dichas noticias llenas de rumores, mal intencionadas y con faltas de contexto, debido a que son muy peligrosas para la sociedad, por el hecho de que solo ayudan a crear una bola de nieve en contra de las pocas cosas buenas que existen en la humanidad.
Sin embargo, vivimos en un país demócrata y su principal característica es la participación de la ciudadanía. Pero, la gran acción para que haya una verdadera actividad democrática entre todas las personas es que debemos tener en cuenta qué es lo que en realidad nos importa como ciudadanos, y qué buscamos los periodistas como mediadores entre el Gobierno y la sociedad. Siendo así nosotros los pioneros de la información y, de esta manera, ayudar al pueblo para que no caiga en la manipulación, la propaganda y la falsa información que rueda por la red.
Por consiguiente, la desinformación de un determinado interés público, influye en la toma de decisiones que pueda llegar a tener una sociedad, como en la propia realidad de sus hogares, trabajos, entre otras cosas que hacen diariamente; asimismo este problema puede ser uno de los elementos principales por el cual puede llegar a retrasarse el desarrollo de un país o el mismo planeta.
En pocas palabras, estamos tan distraídos con muchos asuntos de la cotidianidad que no vemos la diferencia entre la información de calidad y la información basura.
‘’Porque hasta los vídeos se pueden manipular sin que se note, ya que nuestro cerebro está configurado para filtrar la información que recibimos haciendo énfasis en lo que concuerda con ideas preconcebidas e ignorando lo que contradice nuestras creencias’’ (Sanz, 2018).
A causa de esto, se une otro asunto importante: encontrar el autor original de las cadenas que pueden inducir a la violencia o tratar de desinformar con fines concretos. Es casi imposible seguir el rastro de un enlace entre varias personas y llegar hasta su creador.
El consejo que da Alejandro De Luca, desarrollador web, escritor, es el siguiente:
‘’Determine cuál es la fuente de la noticia. Es decir, chequear la fuente si tiene o tendría algún tipo de interés en difundir cierta noticia falsa. Este interés, puede ser simple amarillismo para atraer visitas a su sitio web y ganar dinero con publicidad o puede haber una marcada intencionalidad’’.
En segundo lugar, el autor aconseja ‘’diferenciar el tipo de fuente. No es lo mismo Wikipedia, que un diario de prestigio mundial, que un diario local’’; y para terminar, ‘’hay que entender que algunos medios tienen una línea editorial determinada. O sea, una opinión formada sobre las cosas. En esos casos no hay que confundirlas con fake news, pero sí estar atentos a que parte de lo que nos están contando es una noticia y otra parte, opinión’’.
En conclusión, una solución a esta problemática son los periodistas que actúan con ética profesional y a favor del desarrollo de la humanidad; entonces nuestro principal papel en la sociedad consiste en investigar y descubrir temas de interés público, donde estos lleguen a ser comparados con casos anteriores o similares.
También es necesario ordenar la información, según sea su importancia, para pasarla a un lenguaje que sea entendible, dependiendo del tipo de público al cual va dirigida, para que así finalmente sea publicada, esperando que esta tenga un impacto positivo en las personas.
Es importante aclarar que las ‘’Fake news’’ no solo se dan en el periodismo, sino que se han convertido en un caos social. En este link puede ampliar un poco su información acerca de las fake news en la actualidad.
Foto cortesía de: Telemundo