Dicen los entendidos que los votantes casi nunca usan la razón, sólo el corazón y los sentimientos, y que el pueblo norteamericano llegó tarde a cobrar la crisis del 2008, de la cual se acusa a los políticos por beneficiar sólo a un pequeño sector de ellos -a ciertas transnacionales y al outsourcing- , por sacar las empresas de su territorio y llevarlas a países con mano de obra barata. También votaron contra la continuación de Tratados Comerciales considerados dañinos para su economía. En resumen, votaron por Trump en contra de la globalización y del neoliberalismo desbordado y regresaron al proteccionismo nacionalista, dizque para favorecer a su pueblo.
Todo Estado es autónomo para escoger su propio modelo de desarrollo según sus necesidades y conveniencias. El hecho de que países abyectos a las metrópolis renuncien a su soberanía no priva a Estados Unidos de su ejercicio.
México y muchos otros países se quejan porque USA se va a llevar las empresas maquiladoras o si las deja allí sería a cambio de altísimos aranceles que las volverán no competitivas. Es la consecuencia de seguir los consejos de los explotadores del mundo, de ser lacayos, dependientes, arrodillados, de la ausencia de creatividad o adopción de modelos propios, adecuados a las necesidades reales de los países poco desarrollados.
Comparando la personalidad de Trump con la de Álvaro Uribe se encuentran ciertos parecidos: groseros, anticomunistas, impositivos, tercos, neofascistas, sectarios, pero mientras Trump se inclina por la protección de sus compatriotas, Uribe fue un arrodillado donador al amo gringo de espacios para sus bases militares, dadivoso con las multinacionales a las cuales les regaló nuestras mejores empresas productivas y valiosos recursos naturales.
Saludable que Trump no se confabule con el Estado Islámico, como sí lo hizo Obama, y contribuya a derrotar su terrorismo bárbaro y anárquico, pero no sus creencias religiosas, como tampoco vamos a permitirle que nos imponga las suyas.
Algo muy preocupante para la humanidad es la posición de este gobierno frente al medio ambiente y al calentamiento global. Seguirá llenando la atmósfera de CO2, sin preocuparse por mitigar el calentamiento, pues ni siquiera cree que exista. No se promoverán las fuentes alternativas de energía y continuará la explotación excesiva de combustibles fósiles, incluyendo el destructor fracking.Este señor desconocerá todos los acuerdos en la ONU relacionados con la protección del planeta.
Tanto Estados Unidos como Europa se desarrollaron a costillas de las materias primas y de la plusvalía barata de Asia, Africa y América Latina y ahora niegan la entrada y masacran a los migrantes de este tercer mundo que acuden hacia allí en busca de asilo y trabajo. ¡Muy egoístas e ingratos estos micos del norte!
La era Trump nos puede servir para acumular experiencias económicas, políticas y sociales, para que iniciemos ya la construcción de un nuevo país para todos con un modelo independiente de desarrollo, para que entendamos que a la burguesía no le basta con el poder económico y requiere también del político, y que ya no quiere dejar este en manos de pequeños y medianos oligarcas; por eso Trump ha escogido un selecto grupo de multimillonarios para su gabinete y los cargos de mayor importancia.