¿Es tan difícil ceder y darle un salario digno a los maestros?

Opina - Educación

2017-06-16

¿Es tan difícil ceder y darle un salario digno a los maestros?

Las quejas de los maestros son justas. Durante muchos años los maestros han sobrevivido y sacado adelante sus familias con salarios de hambre, enseñado a nuestros niños y jóvenes en aulas sin ventanas, en instalaciones educativas con mala o pésima infraestructura, y han recibido atención en salud de baja calidad; pero llego la hora de decir: ¡Basta!

Los ministros y altos dignatarios del Estado conocen el compromiso en términos de tiempo que requiere ser un buen maestro, porque muchos de ellos han tenido la oportunidad de serlo en diferentes instituciones educativas y universidades, como lo podemos corroborar en sus curriculum vitae, en donde en negrillas colocan las instituciones en las que han dictado cátedra o de las que han sido parte del cuerpo docente, saben lo difícil que se hace a veces compartir el conocimiento con los alumnos, las horas de trabajo para preparar las clases y calificar exámenes.

Conocer esa realidad debería hacerlos no solo más solidarios, sino también más conscientes sobre la realidad que ellos viven y afrontan.

Ser maestro no es fácil, y mucho menos en un país en donde deben enfrentarse al gobierno para que les pague un salario digno, a padres y madres porque no les gustan las notas de sus hijos o por haberles exigido mucho (por exigirles poco en general no se quejan), a políticos que buscan la manera de coaccionarlos para que pertenezcan a sus grupos y hagan proselitismo para ellos, a grupos armados que no están de acuerdo con sus comentarios y pensamientos, entre otros actores que de una u otra manera dificultan una profesión de por si ya difícil de ejercer.

Sí, es una carrera que se estudia y ejerce por vocación, pero eso no significa que quienes se dedican a ella, no quieran tener una vida digna y brindarle un futuro a sus familias.

A lo largo de mi vida he tenido la oportunidad de compartir en el aula de clases con maestros que me han entregado sus conocimientos y experiencia de la mejor manera, dejando en mi un sentimiento de gratitud, que hoy cuando los veo pedir al gobierno unos mejores salarios, aflora, y no puedo hacer algo diferente a ponerme de su parte y apoyarlos.

Nuestros maestros necesitan y requieren que se mejoren sus salarios, la infraestructura de las instituciones educativas y tener un mejor servicio de salud; ellos dedican su vida a formar el futuro de nuestro país, un futuro en el cual ellos juegan un papel muy importante.

Estos salarios que hoy reciben los obligan a tener que buscar en otras actividades recursos que su trabajo no les proporciona, disminuyendo el tiempo que comparten con sus familias, quitándoles la oportunidad de concentrarse en ser mejores docentes, profundizar sus conocimientos y actualizarse.

Imagen cortesía de: Zona Cero

Ahora comprendo a mis maestros cuando llegaban tristes o con malgenio a dictarnos clase, seguro venían de ver cuánto habían depositado en sus cuentas, o los había llamado algún cobrador para recordarles las cuentas atrasadas por pagar.

¿Es tan difícil para el gobierno gestionar los recursos para nuestros maestros?¿Ceder a pretensiones que no son para nada ilusas o desconsideradas con nuestros bolsillos? porque al fin y al cabo, de ahí es de donde se va a sacar el dinero para pagarles.

Veo al gobierno muy preocupado por el déficit fiscal, pero con pocos movimientos para prevenir y parar la corrupción, que como hemos observado ha permeado las esferas más altas del poder, y nos cuesta mucho más de lo que hoy exigen los docentes.

El gobierno cede con una sonrisa a los congresistas al aumentar sus honorarios, pero aprieta los dientes y vacía sus bolsillos para sentarse a negociar con nuestros maestros.

 

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Eduardo Alighieri
Escritor