Columnista:
Óscar Iván Muñoz Giraldo
La pandemia que actualmente se lleva todos los titulares en el mundo, ya sea por el número de contagios, por las cifras de muertes, por la posible cura para el virus SARS-CoV2, causante de la COVID-19; también lo hace por las políticas implementadas por los diferentes mandatarios con el objeto de superar la crisis que ha generado el coronavirus. Dichas políticas pasan por extender en el tiempo las medidas de aislamiento preventivo y el desmonte gradual para algunos sectores de la economía, por destinar recursos para varios sectores y poblaciones con el objeto de mitigar la crisis, y así se van generando y tramitando las medidas en medio de discursos sobre la vida o la economía, en la que es tal vez la primera pandemia en la era de la globalización y de las telecomunicaciones.
Pero en la medida en que no se ha podido encontrar una vacuna para controlar el virus y la única opción de contención del mismo ha sido el confinamiento, varios sectores de la sociedad han intentado poner la discusión sobre qué pasará si no se logra encontrar una solución en el corto plazo; y esta discusión se lleva a lo que han denominado el falso dilema entre la vida y la economía.
Aunque el Gobierno colombiano ha dicho no estar inmerso en ese dilema, varias de sus acciones han demostrado lo contrario, iniciando por los decretos con fuerza de ley, pues hasta el mismo decreto que determina el Estado de Emergencia, en su nombre comienza planteando que en primer lugar es para proteger la economía, luego lo social y en tercer lugar lo ecológico, es decir, el Decreto 417 del 17 de marzo y el Decreto 637 del 6 de mayo de 2020, “por el cual se declara un Estado de Emergencia Económica, Social y Ecológica en todo el territorio Nacional”.
Además, varias de las acciones que ha tomado de manera retardada obedecieron a proteger ciertos sectores de la economía para favorecer a los grandes empresarios del Consejo Gremial Nacional que, a la final, terminaron siendo los determinadores de las políticas de gobierno; es así, como el cierre de los aeropuertos y las fronteras se realizó después de la presión social y mediática ejercida por la opinión pública, y la decisión de adoptar el aislamiento preventivo obligatorio[1] se dio en gran medida por las acciones que venían ejerciendo los alcaldes en sus jurisdicciones, como la de cerrar fronteras o los simulacros y toques de queda que se adelantaban en algunos municipios y departamentos del país, lo que conllevó a que sectores de la economía presionaran para que estas medidas no se aplicaran y se expidiera el decreto en el que el Gobierno le recordaba a los mandatarios que este tenía la prelación en el orden público[2], tal y como lo informó la cadena radial del primer cuñado de la nación, en la que quedó evidenciado que la ANDI, Fenalco, El Grupo Éxito y, otros sectores del comercio, pedían que no se decretaran los toques de queda, esto después de una reunión sostenida con la vicepresidenta[3].
Igual episodio sucedió ante la inminente llegada de la fecha del 13 de abril, en la que se terminaba el tiempo determinado del aislamiento preventivo, ya que nuevamente los gremios económicos presionaban para el levantamiento de la medida, con el argumento de que la economía colapsaría porque no se podía mantener una cuarentena indefinida, por eso la propuesta era la “cuarentena inteligente”, la misma que fue rechazada por la opinión pública sobre el argumento y la experiencia que hay en otros países con este tipo de medida y la capacidad de la red hospitalaria en el país y un posible colapso si se tomaba una medida como esta, ahí de nuevo la presión social le ganó el pulso al gremio empresarial, lo que conllevó a una prórroga por parte del Gobierno, buscando aplanar la curva para poder implementar medidas de este tipo y que no signifiquen un alto costo político para este.
Pero no solo con esos decretos o acciones el Gobierno ha demostrado su interés por salvar la economía, no toda la economía, sino especialmente, la economía de mercado, recordemos el Decreto 444 de 2020 que traslada recursos de los fondos territoriales de los pensionados para salvar a los bancos; el Decreto 492 de 2020 que recoge los excedentes y dividendos de Findeter y el Fondo Nacional del Ahorro – FNA, para aportarlos al Fondo Nacional de Garantías – FNG, o el reciente Decreto 558 de 2020 que traslada los pensionados de los fondos privados para Colpensiones, sin que los primeros afecten sus ingresos por haber usufructuado los ahorros de los pensionados, pero sí le trasladan la problemática al fondo público de pensiones.
Lo importante para este Gobierno es proteger la economía, pero la economía de mercado del Consejo Gremial Nacional, no la economía política que debiera entregar soluciones efectivas a los 5,7 millones de trabajadores informales y 3 millones de desempleados, además de la población con una pobreza multidimensional del 19,6 %. Sin embargo, también es necesario mirar los datos del sistema de salud que hoy solo cuenta con un presupuesto de 31,1 billones de pesos para su funcionamiento, por eso es que la dicotomía no debe ser si la economía o la vida, deben ser ambas, pues sin vida no hay economía, pero sin economía y, con estas altas cifras de desempleo y trabajo informal, además de pobreza, se pone en riesgo la vida, ya que unos altos índices de pobreza, miseria y desempleo, se suman a la generación de situaciones de inseguridad o vandalismo de quienes no puedan acceder a bienes de consumo básico y que igualmente vean amenazada su subsistencia, máxime si las medidas del Gobierno no les llegan, ya sea por incapacidad operativa o por la corrupción.
Por eso, la solución a esta problemática no debe estar centrada en entregar soluciones solo a la economía de mercado, o de manera pírrica a la economía política con la que han entregado migajas a los colombianos con el Ingreso Solidario o a las pequeñas y medianas empresas que solo pueden acceder a préstamos del sector bancario porque los recursos destinados fueron entregados a los grandes empresarios. Para este Gobierno y el Consejo Gremial, no es la vida, ni la salud, esa que está en juego a diario por el personal que está en primera línea atendiendo la pandemia, tampoco es el fortalecimiento del sistema de salud para afrontar el pico de la crisis o la compra de reactivos para detectar el virus o igualmente el número suficiente de muestras y la prontitud en la entrega del resultado de las mismas para detectar los contagios a tiempo.
Esto implica que hay que mirar globalmente la solución, pues es más Estado, ¡estúpidos! Ese que genera garantías para que haya más salud pública, esa que está en riesgo y el colapso de la misma se lleva por delante la vida y la economía, es ese conjunto de políticas para proteger a todos los grupos poblacionales y los sectores de la economía que de ser necesarios y de manera asistencial deben llegar a los grupos más pobres de la población, ese que debe entregar beneficios a los que están en situación de pobreza, a los desempleados y los informales que hoy no tienen cómo conseguir el diario. Pero un Estado fuerte que en esta coyuntura no tramite las demandas ni use su aparataje como en época de normalidad, pues si antes no funcionaba adecuadamente, menos lo va a hacer para la crisis actual. Es dejar de pensar que todo lo público se corrompe y que en lo privado solo hay intereses. Es la oportunidad de construir un aparataje para que el Estado pueda llegar real y efectivamente a todos los sectores de la población, y que esto pueda decir que esta vez sí llegaron las ayudas que habían prometido y se implementaron las medidas que se habían decretado.
[1] Decreto 457 del 22 de marzo de 2020.
[2] Decreto 418 del 18 de marzo de 2020.
[3] https://www.bluradio.com/economia/comerciantes-piden-mandatarios-locales-reconsiderar-medida-de-toque-de-queda-245080-ie435
Fotografía: Camilo Moreno.
Profe, ¡que bueno leerte por acá!
La historicidad nos ayuda a entender el camino que usa el presidente y sus aúlicos para seguir el detrimento del erario. Todo tiene su lado positivo: se queda al descubierto el accionar desde la clase rancia politiquera de este país cómo es que se esquilma el Estado. Y se espera que, por fin, la gente se quite ese bendaje de los ojos y deje la pereza y la indiferencia para escoger mejor a sus dirigentes. Gracias,
Excelente artículo. Es importante profundizar, es decir, hacer seguimiento al desarrollo del el estado actual de excepción.
Qué bien