Empecemos el NO consumo de medios masivos de comunicación

Este saboteo económico es de mucha paciencia, pero vuelvo y repito, sirve más que las campañitas en Twitter.

Opina - Medios

2020-02-09

Empecemos el NO consumo de medios masivos de comunicación

Columnista: Mauricio Ceballos

 

Tras las declaraciones de la nueva ministra de la política en Colombia —que antes fue la ministra del trabajo y recuérdese bien, dejó al país con cifras de dos dígitos en materia de desempleo y quien antes además, fue la secretaria del innombrable— en una entrevista con Juan Roberto Vargas, en la que por cierto a éste se le notaba el miedo al preguntarle por una solución para los contratos basura y la informalidad del empleo, es bastante claro que para esta señora como para la gran mayoría de los servidores públicos de este país, les importa cinco lo público y sobre todo, la gente.

Porque no puede ser que alguien que haya sido la responsable de la cartera del trabajo, favorezca y tan descaradamente a los patronos en Colombia. Póngase a pensar estimado lector, ¿cuánto dinero se ahorra un empleador público o privado, cuando simplemente se deshace de sus obligaciones para con los trabajadores y empieza a pagar a los empleados por horas? ¿Cómo se frotarán las manos los especuladores bursátiles cuando toda esa plata que antes servía para pagarle a un empleado pueda ser invertida en los mercados accionarios?

Con qué descaro y desparpajo en el segundo país más desigual de américa latina, una funcionaria dice así, sin sonrojarse siquiera y sin consecuencias políticas y sociales por supuesto, semejante afrenta a los nuevos profesionales que solo esperan una oportunidad de estabilidad, para ser parte de una sociedad consumista y excluyente.

Que falta de empatía, de tacto, pero sobre todo de sensibilidad ante la realidad nacional. Es que uno no termina de sorprenderse con este gobierno que cree estar gobernando en el país de las maravillas; o quizá sí, de las maravillas de funcionarios que tienen los ricos a su servicio.

Pero yo me pregunto, ¿hasta cuándo el pueblo colombiano aguanta? ¿Qué nos tiene que pasar para que se nos rompa el cántaro? ¿Por qué esperar hasta marzo para reactivar el paro nacional? ¿Qué le pasa a este país de dormidos y de muertos que ni se indigna con estos sin vergüenzas que dizque nos gobiernan? Ojalá que estas preguntas hagan eco en quienes como usted las lean y empecemos siquiera por pensar en indignarnos.

No puede ser que nos hayan metido una reforma tributaria en vacaciones y ni siquiera se esté protestando por ello.

No puede ser que quienes hablan de las “bendiciones” de los fondos privados de pensiones, se hayan pensionado con el régimen de prima media.

No puede ser que el gobierno haga exactamente lo contrario del rimbombante título que le pone a sus proyectos de reforma.

Volviendo a personajes como la ministra y exsecretaria de señor tenebroso, ojalá tanto a ella como a los congresistas, ministros y funcionarios del Gobierno, les pagaran por horas, y tuvieran que cotizar como independientes para que vieran cómo nos toca a la gran mayoría de colombianos. Y no es resentimiento como podría pensar cualquier defensor del establecimiento. No. Es simple equidad. Palabra cuyo significado parecieran no conocer los servidores públicos que se sirven de lo público.

No puede ser estimado lector, que tengamos unos medios de comunicación vendidos al Gobierno de turno, difundiendo verdades a medias que terminan siendo mentiras y que su intención de polarizar la opinión pública, termine prevaleciendo al deber de informar objetivamente.

Y es que el viernes 7 de febrero, a los oyentes de la cadena Bluradio, en el programa Voz Populi, les estaban preguntando si le creían o no, a lo dicho desde Venezuela por la excongresista Aída Merlano, contribuyendo a reforzar los imaginarios que más de un desinformado tiene del vecino país y de todo lo que tenga que ver con él.

Me parece que como colombianos, tenemos el deber de indignarnos y resistir. Pero no con marchas pues está visto que eso a este gobierno no le importa. ¿Pues que más dan unos cuantos muertos y heridos? No.

Creo que la forma de resistencia debe trascender esas manifestaciones ciudadanas en las calles. Podemos hacerlo sin necesidad de que nos manden el ESMAD y de una forma más sencilla, pero más efectiva. Y es, mediante el no consumo de productos y servicios. Eso es lo único que en verdad les duele.

Propongo empezar por el no consumo de medios masivos de comunicación. Hagamos una campaña en la que por un día, no veamos por ejemplo el canal RCN. Creo sinceramente, que esto es más provechoso que estar peleando en redes sociales entre petristas, anti petristas pero tibios, lopistas pero no peñalosistas, uribistas con el resto del mundo y un largo etc.

Este saboteo económico es de mucha paciencia, pero vuelvo y repito, sirve más que las campañitas en Twitter de seguirse los moralmente “buenos” que realmente para nada inciden en nuestra ya preocupante situación como país.

No quiero posar de apocalíptico pero hay que hacer algo. Porque lo que se viene, no es nada halagüeño. Acabarán con Colpensiones, reformarán las leyes laborales y ya ni a las cesantías se tendrá derecho. Acuérdense de la famosa ley 50 de 1990, que acabó con muchas de las prestaciones laborales.

Por ello, hay que indignarse como primer paso para hacer que las cosas cambien.

 

Fotografías cortesía de Caracol y RCN.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Mauricio Ceballos
Mauro Ceballos Montoya (Junnio), es abogado, comunicador social-periodista, amante de la literatura, la música, la radio y los animales. persona sensible, buen amigo, alegre y optimista. le gusta hacer las cosas bien y por eso es algo perfeccionista. no le gustan las injusticias y trata de no quedarse callado, aunque a veces es difícil. tiene la costumbre de malpensar, porque dice que así está más consciente de su realidad. por último, quiere compartir con usted, este pequeño escrito que en mucho o en parte, lo condensa todo: Puro humano. Soy juez y parte, fiscal y defensor, luz y oscuridad, ángel y demonio, egoísta y altruísta, tímido y despierto, soy la duda y la razón, lo ideal y lo absurdo, creyente y necio, trasparente y mentiroso. Soy la contradicción perfecta, humanidad pura.