Columnista:
Diego Dorado Collazos
Pero esta conexión inmediata y directa con la mafia no es la única asociación que podemos tener con dicho término. También está Plaza Sésamo, Alf, Los Muppets y hasta el mismísimo Chucky (no, no el expresidente).
Si hacemos una mezcla de lo anterior, el resultado es una amalgama de humor, mafia, infantilismo, maquiavelismo y violencia. Nada mal para colarse en la imagen del poder de la Casa de Nariño…
La RAE define títere de la siguiente forma:
- m. Muñeco que se mueve por medio de hilos u otro procedimiento.
- m. Persona que se deja manejar.
Al respecto, me intriga sobre la segunda definición una pregunta: A ciencia cierta, ¿quién o quiénes son los títeres en Colombia?… Memes tenemos muchos al respecto, todos apuntando a una sola cabeza, la de Duque.
Sí, la mayoría concuerda en que el presidente es una especie de marioneta manejada por poderes más grandes que él, por fuerzas con intereses propios que lo han sentado en el trono presidencial para favorecer a los mismos.
Los argumentos para cimentar la idea anterior, reposan en las muchas columnas y artículos de medios independientes, nuevos y algunos tradicionales que aún abogan por la excelencia del ejercicio periodístico.
Pero volviendo a la segunda definición de la RAE, creo rotundamente que aquí los títeres reales venimos siendo nosotros, toda la ciudadanía colombiana.
Claro, hagamos un abordaje a las perlas más recientes de la marionetizada Presidencia:
La primera: el periodismo destapó una truculenta red de compra de votos para la campaña Presidencial de Iván Duque, es decir, gran parte de los votos que lo hacen presidente son comprados.
Recientemente se gastó una platica (y por reciente, me refiero en plena pandemia) en unas camionetas y tanquetas, poniendo por encima lujos innecesarios a las reales necesidades del pueblo colombiano.
Nombró al hijo de un paramilitar como coordinador de Víctimas, en un descarado movimiento que dibuja la refundación de nuestra patria a manos de sus victimarios.
Adicionalmente, hace pocos días se confirmó la intención de las fuerzas oscuras que manejan los hilos, de sacar a un corrupto exministro de Agricultura de la cárcel, todo con el fin de continuar el ciclo y montar en poderes a súbditos en conveniencia.
El listado puede seguir con más exabruptos, pero hasta aquí, ya sentí una tira de nailon en la espalda. Más allá de que sea Duque quien esté al control de unas sucias cuerdas, las repercusiones de las maniobras del mismo afectarán siempre a todos los colombianos. Son los estratos más bajos, la ciudadanía de a pie a quien realmente están manejando a su antojo.
Todo el trabajo de esta población termina activando los piñones de esa maquinaria que se convierte en verdugo de su propio país. Al final de cuentas, el presidente es y seguirá siéndolo, con su sueldo, con su pedazo en la “historia” nacional, con las falsas sonrisas que pueda lanzar, pero es la sociedad colombiana la que se resquebraja, la que aún no ha podido deshacerse de las manos de sus verdugos que, a pesar de moribunda, la siguen matando por pedazos cada vez que se puede, año tras años.
Aquí el títere es el engañado, quien vota cada cuatro años en contra de sí mismo sin darse cuenta.
Lapidaro, el títere es quie vota en contra de si mismo cda dos o cuatro años!