Odontólogo de profesión y actual director ejecutivo de la Asociación de Empresas Sociales de Antioquia (AESA), Luis Alberto Martínez aspira por primera vez a la Cámara de Representantes por el Partido Liberal.
Ha dedicado su vida profesional al sector de la salud, desempeñándose como presidente de varias organizaciones y como gerente de los hospitales de los municipios de Betulia, Andes y Betania. Actualmente, es el Coordinador de la Mesa Antioquia por la Transformación del Sistema de Salud y vocero de la Mesa Nacional por el derecho a la salud, Seccional Antioquia.
Daisy Villalba (DV): Usted tiene una gran experiencia en el sector salud, ¿En qué lo beneficia este bagaje en su aspiración política?
Luis Alberto Martínez (LAM): A mí me tocó vivir lo que fue el Sistema Nacional de Salud (Anterior a la Ley 100), fui gerente en varios municipios en pleno conflicto, y he estado apoyando varios movimientos y protestas con muchos compañeros. Toda esa lucha, conocer los municipios y vivir la guerra nos ha servido mucho para plantear nuestras propuestas y comenzar este camino desde que tomamos la decisión en noviembre.
(DV): ¿Por qué dar el paso a la Cámara después de estar al frente de estos procesos y agremiaciones?
(LAM): Yo he ido muchísimas veces al Congreso tratando de hacer un lobby técnico y político, diciéndole al Senador o al Representante: ‘mire este artículo que está proponiendo nos va a dificultar más la atención, nos va a disminuir más la capacidad para avanzar en la garantía del derecho’ y también les decimos ‘venga meta este artículo, yo creo que nos conviene a todos’. De toda esta labor alguna cosa ha surtido efecto, pero las agremiaciones siempre estamos en la barrera, diciéndole desde lejos al que está allá.
Yo tengo 52 años y cuando uno cumple 50 empieza a mirar hacia atrás y hacía adelante y a preguntarse qué país estamos dejando. Yo hasta llegue a pensar en salirme del sector, porque es un sector muy contaminado por la corrupción, pero ese no es el camino, el camino es transformar el sistema de salud colombiano en uno que sí garantice el goce efectivo del derecho.
(DV): A usted le hicieron propuesta tres partidos: el Polo, ASI y el Partido Liberal, ¿por qué decide irse por el último?
(LAM): Primero porque este país está muy polarizado y eso es algo muy dañino, entonces si nos íbamos por el Polo corríamos ese riesgo. La izquierda en este país no avanza en consensos que los fortalezcan y al interior del Polo hay muchas divisiones. Además, hay un amigo al que aprecio mucho dentro del Polo que también se propuso para la Cámara de Representantes, Jorge Gómez, quien para mí ha sido el mejor diputado de los últimos años, y mal haría yo en ir a disputarle esos votos. Donde yo no me hubiera metido en esto hubiera votado por él.
De la ASI me llamaron, pero es muy difícil en un partido pequeño incluso lograr el umbral. Entonces me puse a pensar con mi familia y amigos que si íbamos a hacer este ejercicio era para ganar y hay más probabilidades de llegar con un partido tradicional. Igualmente, los principios liberales van muy acordes con la vida que yo he vivido.
(DV): Pero el Partido Liberal está pasando por una etapa de desprestigio.
(LAM): Sí, hay muchos liberales que han hecho quedar mal al partido y me da vergüenza y lo asumo, pero me identifico más con sus posiciones de equidad, de la lucha por los derechos y las reformas que históricamente ha propuesto el Partido Liberal.
(DV): ¿Cuál es la lectura que tiene del sistema de salud actual?
(LAM): Por un lado, tenemos un sistema muy desordenado, atomizamos recursos por todo el territorio nacional y hay múltiples ordenadores del gasto: gerentes de hospitales públicos y privados, gerentes de EPS, auditores, etc., gente que con una firma puede encaminar recursos, es una cadena comercial muy extensa y difícil de controlar.
Además, es un sistema basado en la competencia y los servicios de salud actuales no se organizan según las necesidades sino según si dan ganancia o no. Aquí en Medellín tenemos un drama y es que se han ido cerrando los servicios materno infantil. Por ejemplo, la Clínica León XII ya no atiende partos porque no es rentable, porque las tarifas no alcanzan a sufragar los costos y no dejan margen para inversión tecnológica o para cualificar el talento humano.
(DV): Si para nadie es un misterio la crisis de la salud, ¿por qué no hay cambios en el sistema?
(LAM): El sistema de salud no cambia porque hay unas élites a las que les va divinamente y al otro lado, los que sufrimos el sistema: los usuarios, los pacientes, los médicos, los promotores, los enfermeros y hasta la academia, no hemos sido capaces de organizarnos para transformar esta realidad y ese es el reto que yo quiero asumir.
(DV): ¿Hacia dónde se encamina su propuesta?
(LAM): La salud en Colombia tiene un enfoque curativo y eso lo que hace es que se vulnere la condición humana, porque hay que esperar a que el individuo, el niño o la señora sufran algo para poder atenderlo y cuando lo atienden comienzan las barreras de acceso. Por eso proponemos una salud digna para todos, que haya cuidado integral de la población, atención territorial y que se protejan los recursos, así como avanzar en una política integral de los empleados de la salud, donde podamos pagarles de manera adecuada, capacitarlos permanentemente e incentivarlos para que ocupen plazas en áreas dispersas donde no hay una oferta de salud adecuada.
(DV): Una de sus propuestas es la reforma a la Ley 617 y la Ley 715, ¿en qué consisten estas Leyes?
(LAM): Desafortunadamente nuestro país no es autónomo e inciden muchas políticas de afuera. Con las solicitudes de la banca multilateral para que los países latinoamericanos adelgazaran el Estado se dio paso a la tercerización. De ahí sale la Ley 617 que les dice a los municipios cuál es el tope de gastos de funcionamiento, por eso hay despidos masivos en el sector y se crean las EPS, que comienzan a manejar los recursos del sistema, y el que tiene la plata tiene las condiciones. De ahí proviene la semilla de la corrupción.
Por su parte, la Ley 715 y el Acto Legislativo 01 de 2001 definen cuáles son los recursos y cuáles son las competencias que rigen a nivel nacional, departamental y municipal, y establecen la fórmula para la distribución de los recursos. Entonces, por ejemplo, en el año 2000 por cada 100 pesos que se recogían se mandaba 50% a los territorios, con el cambio de esa fórmula el año pasado de cada 100 pesos apenas se trasladó el 28%.
Estas dos leyes hacen que por un lado se disminuyan las transferencias que llegan a los territorios y por el otro, que los pocos recursos que hay se les entreguen a las EPS. Por eso hay que modificarlas, primero para recuperar el Estado y segundo para atacar el meollo del asunto que son los recursos, y hacer un sistema más transparente.
(DV): Usted habla sobre la corrupción que hay en el sector ¿Cómo se puede combatir?
(LAM): En la actualidad no adecuamos el servicio a la necesidad de los territorios y se da libertad a la aplicación de recursos, por eso se cierran servicios que son poco rentables. ¿Cómo lo combatimos? Hay que recuperar tres ciencias básicas que se perdieron en nuestro sistema: 1. La demografía: saber cuántos niños hay, cuántas mujeres en edad fértil, cuántos adultos mayores, así identificamos sus necesidades; 2 La epidemiología: saber de qué se enferman y de qué se mueren en un territorio; y 3. La salud pública: cuáles son los determinantes socio económicos que hay, qué tanta agua tiene una comunidad, cuál es el acceso a los servicios de saneamiento, qué tanta seguridad alimentaria.
Así organizamos un sistema acorde a las necesidades y así se aplican mejores los recursos, teniendo equipos básicos de salud que intervengan en los territorios que estén apoyados por talentos más especializados y por unidades médicas más cercanas para evitar traslados de pacientes. Y así hay mayor control en el gasto.
(DV): ¿Cuáles son esas acciones urgentes para que el sistema no colapse?
(LAM): En el corto plazo lo mínimo que hay que hacer es nivelar al régimen contributivo con el subsidiado para que reciban los mismos recursos; y en el mediano plazo hay que reglamentar la Ley estatutaria de salud. Muchas organizaciones del sector nos unimos y le entregamos un documento a los candidatos a la Presidencia para que la incorporen a su programa de gobierno, donde se hace una lectura de lo que ha pasado con la Ley 100 y se exponen 10 puntos esenciales para transformar al sistema.
(DV): Hablemos sobre el candidato de su partido Humberto de la Calle ¿Qué piensa sobre él y su vicepresidenta Clara López? ¿Por qué cree que se ve tan relegado en las encuestas?
(LAM): A mi Humberto de la Calle me parece un hombre muy completo, toda su trayectoria política demuestra que él sabe mucho sobre nuestro país y nuestra Constitución. Además, que tiene una visión hacía futuro, una visión progresista sin tanto ruido como otros progresistas.
Su alianza con la doctora Clara es muy interesante, ella hizo una labor muy buena en la Alcaldía de Bogotá y en el Ministerio de Trabajo, así que creo que le suma. Y además necesitamos a las mujeres participando en política.
Para mí es el mejor candidato, pero hay algo que no lo deja avanzar y es esa polarización tan acérrima y esa gritería que se ha formado en redes. Si lo que queremos es que se implemente y se corrijan algunos puntos que dejaron los Acuerdos de La Habana él es la mejor opción.
(DV): ¿Cree que es necesaria una coalición entre los sectores alternativos?
(LAM): Sí, hay mucha atomización en el electorado, así que se necesitan unas coaliciones para poder avanzar dentro de esta oportunidad histórica que nos dejaron los Acuerdos. Es necesario establecer un diálogo nacional incluso entre todos los partidos. Si uno revisa las propuestas económicas de Duque y las compara taxonómicamente con las de Petro hay coincidencias, solo que se dicen con tonos y estrategias distintas, por eso ese diálogo es necesario.