Cuando el periodismo no está de lado de los débiles, pero sí al servicio de los poderosos, se transforma en ideología.
Los hechos que provocaron, hace ya casi seis meses, la salida intempestiva de la periodista Vicky Dávila de la conducción del noticiero radial La FM, de RCN, deben de servir de lección a periodistas en formación, a los propios colegas de la periodista vallecaucana y por supuesto, provocar en la reconocida comunicadora una fuerte autocrítica sobre lo acontecido, pero sobre todo, una profunda y seria reflexión alrededor del tipo de periodismo que ejerció durante el tiempo que dirigió el noticiero radial y presentó el noticiero de televisión, Noticias RCN.
No voy a insistir en esta columna sobre el nefasto tratamiento periodístico-noticioso que la periodista dio en su momento a la grabación aquella, que “confirmaría” la existencia de la conocida Comunidad del Anillo [1].
Una vez fuera del aire, la periodista Dávila no solo perdió el empleo, sino que dejó de generar estados de opinión en unas audiencias poco preparadas para confrontar sus acomodaticios y discutibles criterios de noticiabilidad, así como su enorme simpatía y aquiescencia con los que ostentan poder económico y político. Huelga recordar las veces en las que elevó a la condición de Héroes a militares y policías, entre ellos al propio General Palomino.
Ahora que está de regreso, la periodista-periodista [2] parece que entendió, tardíamente, que el tipo de periodismo que ella misma hacía en sus privilegiados espacios noticiosos, daba cuenta de una relación de dominación en la que ella solo era una ficha más en el engranaje político y en la natural relación Medios y Poder. Un periodismo que al servicio de los más poderosos, con el tiempo se convirtió en una poderosa estrategia ideológica para ocultar el ethos mafioso y la mezquindad con la que operan las élites empresariales y la política tradicional.
En su espacio digital [3], a la espera de que alguien le abra nuevamente las puertas para hacer periodismo masivo, la señora Dávila reconoce que detrás de las noticias hay intereses económicos y políticos. Y se lanza a una nueva aventura periodística insistiendo en una verdad a la que llega, dejando entrever algo de ingenuidad, pero también de procacidad si recordamos que como presentadora y periodista sirvió, con lujo de detalles, a la consolidación del unanimismo [4] político e ideológico que medios como RCN [5] coadyuvaron a construir en torno al discurso político de Uribe Vélez.
En la presentación de su espacio, Vicky Dávila se “compromete con la verdad”. La verdad no es un objetivo, es un imperativo ético que la periodista al parecer prefirió obviar, al hacer el periodismo que sus “patrones” le permitían hacer, en los tiempos en los que fungió como directora de La FM.
La periodista-periodista se presenta hoy como una abanderada de la verdad, la misma que ella ayudó a ocultar o a maquillar, especialmente durante el gobierno de Uribe. Quizás la administración sobre la cual el periodismo debió ejercer mayor control, justamente por el oscuro pasado del entonces Gobernador de Antioquia y director de la Aerocivil, a lo que se sumaba su talante autárquico y el carácter mesiánico de quien mandó en Colombia entre 2002 y 2010.
En su presentación, Dávila alude al resultado de una encuesta que señala que las audiencias ya no creen en los medios masivos. Otra tardía constatación que la periodista intenta usar a su favor, porque en su espacio digital, dice, no habrá censura, ni intereses económicos y políticos. Deja entrever en su declaración que muy posiblemente ella misma sufrió censura y que la autocensura siempre estuvo presente gracias a los intereses de los poderosos propietarios de RCN.
Algunos señalan que Vicky Dávila está arrepentida y que por ello, merece una oportunidad. Sin duda, está en todo su derecho de hacer un acto de contrición y continuar con su oficio. Es posible que la periodista-periodista haya revisado sus actuaciones, pero en su presentación insiste en invitar a su espacio digital a políticos, en lugar de abanderarse de la causa de aquellos ciudadanos y comunidades que los grandes medios masivos ignoran, invisibilizan y estigmatizan porque sus reclamos y reivindicaciones justamente tocan los intereses económicos y políticos que Dávila hoy reconoce que existen detrás de las noticias. Quizás el error de la periodista vallecaucana esté en su obcecada confianza en la clase política, la misma que de tiempo atrás ha servido a los intereses de sus antiguos jefes de RCN.
Ojalá que en esta nueva etapa de su vida periodística, entienda que su poder sobre las audiencias ya no es el mismo. Y es así porque ya no está en un medio influyente y respaldada por un gremio económico. Además, esas mismas audiencias recuerdan con claridad meridiana las prácticas periodísticas a las que apeló para guardar y cuidar los intereses de sus patrones.
Si de verdad desea hacer un periodismo distinto, Vicky Dávila debería de tener un principio básico del periodismo: confrontar al poder, en cualquiera de sus manifestaciones. Y ello implica, defender los intereses de los más vulnerables. Insistir en abrir espacios exclusivamente a políticos, para cuestionar una obra de Gobierno, la hará caer en el mismo periodismo que le provocó su salida de La FM.
Adenda: al momento de publicar esta columna, el espacio digital de la periodista Vicky Dávila tiene 67.878 suscriptores, 188,840 visitas o vistas, 19.074 me gusta y 565 no me gusta.
[1] Véase: http://laotratribuna1.blogspot.com.co/2016/02/el-largo-de-la-sirga.html
[2] Así se presentaba ella en las emisiones del noticiero radial. Desconozco porqué lo hacía, pero imagino que era una forma de deslindarse de colegas periodistas, a los que solo les alcanzaba para ser periodistas, así, a secas.
[3] Escuche a la periodista: https://www.youtube.com/watch?v=86g_2u4yxa8
[4] Véase el libro De la democracia radical al unanimismo ideológico. Medios de comunicación y seguridad democrática. UAO, 2006.
[5] Véase: http://laotratribuna1.blogspot.com.co/2008/06/rcn-el-courrier-de-palacio.html
Se nota que el columnista se arropa en su condición de comunicador para entrar en juicios de valor sobre el actuar de la periodista Vicky Davila, es si, evidenciando a través de su comentario lo poco que conoce de su trabajo periodístico y del contexto en que se movió la periodista en tiempos en que dirigió la FM. El mismo hecho que originó la presión del gobierno para su retiro de ese medio de comunicación se deriva justamente de tenacidad de Davila para comunicar por encima de los intereses de sus patrones y del propio gobierno, si eso no es poner como principio fundamental la independencia en su labor, que lo es?
Ruego a su señoría se comporte en forma digna y omita juicios de valor tan bajos, que a oídos de quienes no tengan elementos suficientes de juicio resulten perniciosos.
A ver… a ver… el columnista está en lo cierto. Todos vimos a Vicky y a Claudia Gurisatti «extasiadas» ante el acontecer y proceder del gobierno de Uribe.
Lo que le ocurrió a Vicki es lo que le ocurre a Julito, Darío, etc. etc. , es que cuando uno tiene patrón el que manda es el patrón!
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