El reggaeton no es el problema

Opina - Cultura

2016-12-06

El reggaeton no es el problema

Para mi gusto, el reggaeton tiene una estética (visual y musical) ordinaria, en el que todos sus modelos y cantantes encajan dentro del mismo estereotipo de “belleza” bailando al ritmo de letras que cosifican las mujeres, refuerzan el imaginario de que el “macho alfa” es el que está con más de una mujer a la vez, que las mujeres lo único que buscan en un hombre es dinero y fama, y como música es un insulto a la armonía, sí. Pero el reggaetón no es el problema, es solo uno de los tantos catalizadores del machismo.

Y no sucede sólo en este “género musical” si me permiten llamarlo así; sucede también en el rock.  Por ejemplo, Rammstein: con su “Te quiero puta”, Molotov con “Rastaman-Dita”, Bersuit Vegarabat con “Coger no es Amor” son todas canciones que podrían perfectamente ser letras de un reggaetón de J-Balvín o Maluma con sus letras violentas y mal gusto.

También el pop, cantado incluso por mujeres, refuerza en muchas de sus canciones que somos sólo en relación a los hombres y el sexo ¡y ni qué decir del papel de la mujer en la salsa, el rap y el vallenato! Que es uno de los géneros más machistas del país. Pero también en todos los géneros musicales que acabo de mencionar hay canciones que reivindican a la mujer fuerte, independiente, autónoma; incluyendo al reggaetón (por más que cueste creerlo, sí, hay reggaetón feminista).

El revuelo causado por la columnista del Huff-post que se refiere a Maluma como un misógino machista es entendible, y ella tiene razón, no dijo nada que no fuera cierto. Es una crítica completamente válida, pero considero importante señalar que se pierde el foco en estas críticas de lo que realmente tenemos que desmontar, y no es sólo el reggaetón o las letras machistas de cada género, no, siendo honestas, el reggaetón es el menor de nuestros problemas. El reggaetón es un síntoma, más no la única causa o manifestación del machismo y de la violencia contra la mujer.

Porque sí, entiendan que esas letras son violencia; simbólica, pero violencia.

Desde niños nos separan con temas como la ropa: “las niñas de rosa, los niños de azul”, los juguetes “las niñas no juegan con carritos, los niños no juegan con barbies”; en la adultez hay discriminación salarial, nos violentan con salarios menores por hacer el mismo trabajo que los hombres, estando en ocasiones mejor capacitadas; desdeñan de profesiones o las encasillan por ser “profesiones de mujer” como la enfermería, la docencia infantil o el trabajo social. Y así convivimos en una sociedad donde ser violadas es culpa nuestra por la ropa, y si le pegan “algo hizo para merecer el golpe”.

Lo anterior desde lo social escala a lo institucional, a un sistema donde las mujeres denuncian y les cierran las puertas en la cara como lo hizo la fiscalía conmigo y hace a diario con miles de mujeres. Donde los empalamientos y feminicidios quedan impunes o se declaran culpa de la víctima como en el indignante caso de Rosa Elvira Cely; una sociedad donde violan y matan niñas, pero eso no es una tragedia nacional. Y donde hay violencia de género en lo más cotidiano como el acoso callejero, que los hombres creen que nosotras consideramos un halago siendo una perfecta muestra de machismo que cosifica y pretende controlar nuestra forma de vestir y nuestros cuerpos.

El problema no es el reggaetón, el problema es que no nos educan como sociedad para el respeto, independiente del género, el problema es que el machismo es una estructura difícil de percibir todavía en nuestra sociedad y que soporta cómodamente.

Photo lamusica.com

El problema no es el reggaetón o la música machista, el problema es que no la escuchemos con sentido crítico y que no reflexionemos sobre la violencia para impedirla a toda costa, el problema es que una mujer se dice feminista y de inmediato es increpada por su postura.

Hay que exigir respeto en estos géneros, sí, eso no lo discuto, pero para demandar ese respeto tenemos que empezar a moldear un discurso, crear redes, esparcir consciencia de lo importante de la lucha contra este tipo de violencia en lo cotidiano y en la música. Hay que comenzar a señalar los problemas de fondo para combatir de forma eficaz sus manifestaciones.

Primero hay que entender que no sólo se es mujer si se es madre, heterosexual, “femenina”, delicada, entregada, sumisa, “bella”, para después exigir que se reconfiguren cosas tan básicas como que estas letras violentan y perpetúan la desigualdad entre los géneros.

El reggaetón es el mensajero del machismo, y ya saben lo que dicen: No se enoje con el mensajero, hay que enojarse con el mensaje.

Adenda: Las comillas de belleza y bella para denotar la subjetividad de los conceptos.

( 1 ) Comentario

  1. ReplyGuillermo castro roca

    EL PROBLEMA ES EL SISTEMA CAPITALISTA QUÉ DESTRUYE TODOS LOS VALORES HUMANOS; CON LA MANIPULACIÓN DÉ LA SEXUALIDAD DESVIANDO EL ATRACTIVO HACIA LA COLA INCENTIVANDO LA RELACIÓN ANAL COMO MODA CUESTIÓN QUÉ DAÑA LA PERSONALIDAD DÉ HOMBRES Y MUJERES CREÁNDOSE LA FRIGIDEZ Y LA REPRESIÓN DÉL ORGASMO QUÉ POR ALGÚN LADO TIENE QUÉ ESTALLAR!!

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Andrea Olaya
Escribo por convicción y por placer. Feminista. Politóloga en formación.