Colombia sigue siendo un país privilegiado: ya contamos con dos Premios Nobel de los quince que se han conferido a latinoamericanos. Sin embargo, no hemos sido consecuentes. Muchos países quisieran tener un Premio Nobel de Literatura, como nuestro Gabriel García Márquez, y los colombianos somos de los que menos leemos. Ahora tenemos a un Nobel de Paz, y seguimos divididos, excluyéndonos, absurdamente porque todos anhelamos la paz.
Y no se descarta que dentro de muy poco contemos con otro Nobel: Rodolfo Llinás, uno de los neurocientíficos más importantes del mundo, quien está modificando la estructura molecular del agua, para que nos enfermemos menos y por ende vivamos más…, ¿pero de qué nos servirá si cada vez se le reduce la inversión a la ciencia y la tecnología?
Podríamos revertir la tendencia y hacer más historia
Vivimos tiempos excepcionales: Colombia nos pide que cambiemos, y para bien. La paz -derecho consagrado en la Constitución-, ya es vital para todos los colombianos, de ahí que este Premio Nobel de Paz otorgado a Juan Manuel Santos, devenga en el más oportuno regalo que la vida nos da: idóneo estímulo para la unidad patriótica, abrazándonos para borrar el no del sí, sumando abstencionistas, fundiéndonos todas y todos en un nuevo país.
Es que este Premio Nobel es de los colombianos, a través del presidente Santos, y así lo aseguró el Comité Nobel: “este galardón es un homenaje al pueblo colombiano, que a pesar de todos los abusos sufridos, no ha perdido la esperanza de lograr una paz justa”. Lo ratificó el presidente al decirnos que este premio es de nosotros: “lo recibo, en nombre de todos, especialmente, de las millones de víctimas que ha dejado este conflicto que hemos sufrido”.
En unidad patriótica, en “llave”, muy parceros, unámonos a Santos, acompañándolo junto a todas las fuerzas políticas y sociales del país, para seguir trabajando sin descanso por la paz de los colombianos.
Este premio es muy colombiano: la medalla está hecha con el mejor oro del mundo, colombiano; certificado por Fairmined (Alianza por una Minería Responsable) y refinado por S&P Trading-Gold by Gold de Francia, cumpliendo las exigencias de la Casa de la Moneda de Noruega, la responsable de producir el premio desde 1901.
Del Huila al Nobel
Aunque el Gabo es costeño y Santos cachaco, la Cooperativa Multiactiva Agro-Minera de Íquira, Huila, es la que exporta oro a Francia; diciéndolo más claro: los cooperativistas mineros de Íquira son los que aportan el oro de las medallas de los Premios Nobeles. Lo aseguró el Ministro de Minas y Energía, Germán Arce Zapata. ¡Cómo la ven!
Así somos, bendecidos una vez más, con otro Nobel, y muy colombiano, de todos, para todos, por el bien de todos. Seamos más solidarios, más cooperativos, para materializar la unidad patriótica con la que logremos la mejor Colombia que nos merecemos.
Publicado el: 9 Oct de 2016