El mundo de Maluma

Que las letras de las canciones de Maluma generen polémica por su contendido no es algo que sea novedoso a estas alturas de la vida cuando el Trap, con sus letras que hablan de calle, drogas, sexo y violencia, sin censuras ni tapujos, se han apoderado de las noches de baile y las emisoras juveniles. Pero el asunto es llevado a un nuevo nivel en el reciente video/»Film» de tres canciones ‘X’.

En la micro novela protagonizada por el mismo Maluma, o Juan Luis, dice hablarle a sus ‘enemigos’, vive una historia de ¿amor? con Camila, la niña linda del barrio. Allí, Maluma pasa de chico malo del barrio a cantante famoso y adinerado dueño de mansiones y cuyo pasatiempo son las orgías posconcierto; dejando de lado a su nueva novia que no ve otra opción que dedicarse al baile erótico, por suponer que no es la prostitución.

Parece ser que las letras cargadas de contenido sexual y agresivo contra la mujer no fueran suficientes y ahora es necesario ponerlas en los escenarios más denigrantes, porque, a excepción de las fans que gritan desaforadamente en los conciertos, todas las mujeres del video son presentadas en papeles sexuales y con muy poca o nada de ropa.

Y sí, muchos dirán que finalmente es un video y es ficción, pero, cuántas niñas y adolescentes, seguidoras del cantante, habrán quedado con la idea que para conocerlo deben ser iguales a las mujeres del video, cuántas querrán participar en un orgía con el cantante porque eso parece que hiciera cuando termina un concierto o cuántas irían en bikini a una fiesta en su mansión porque parece ser la única vestimenta posible.

Si vamos más allá, el video no solo atenta contra la igualdad sexual de la mujer, sino que fomenta un trato absolutamente machista por parte de los hombres, representados no solo por el cantante sino por su grupo de amigos, a los que les parece muy chistoso referirse a una mujer de «culito» por el que no vale la pena estar sufriendo, porque de esos abundan disponibles. El mensaje es tenebrosamente obvio y directo para los hombres que miran el video.

Y como si fuera poco la cereza del pastel se lo lleva la protagonista, quien al verse abandonada y traicionada se deja llevar por los malos pasos y termina de bailarina exótica (como quien dice, no hay otra vida posible después de salir con Maluma), donde espera a ser finalmente rescatada por su príncipe azul. Sí, el mismo que la abandonó, la traicionó y el que jamás le da una disculpa, pero al que no duda perdonar al instante, porque la pobre parece no tener conciencia de su feminidad u dignidad.

En el mundo de Maluma, de sexo, dinero y fiestas, los hombres obtienen todo lo que quieren, manipulan a su antojo y tratan como sus súbditas a las mujeres que les rodean. Y las mujeres no solo lo permiten, sino que enfilan su vida a complacer a estos amos con cuerpos esculturalmente operados y bikinis.

En un mundo donde las cifras de violencia contra la mujer son cada vez más absurdas (porque no hay otra palabra para describirlo), que el video lleve más de 11 millones y medio de reproducciones no es ilógico, pero sí triste.

Este es un mundo que se les está mostrando a las nuevas generaciones, a miles de mujeres y hombres jóvenes que repiten sin pensar estribillos, pero a los que en la mente se les queda que esa es la vida que deben llevar.

En el mundo de Maluma, donde unos se lo maman y otros lo difaman, como reza su profunda letra, la fama y el dinero derivan del mal trato a la mujer. De su superioridad sexual como hombre, de su posición privilegiada frente al género femenino y su capacidad de manipulación. En su mundo, Maluma es un ser reconocido, aclamado, casi endiosado. Es el héroe, el rey, el todopoderoso. En este mundo, que finalmente es el mundo real donde vivimos, que un cantante masculino saque un video como este, es motivo de celebración. Ya quisiera yo ver las opiniones si fuera una mujer la que se atreviera a interpretar esa posición.

En nuestra realidad los hombres han asumido estos papeles en su trato con las mujeres intimidándolas en la calle, violándolas, robándolas y matándolas, mientras el resto calla bajo los aplausos y los gritos en los conciertos de estos personajes; convirtiendo cada vez más este mundo en un mundo de Malumas.