El lugar de la idea en Colombia

La batalla cultural se da en el predominio de las ideas, por eso miles de personas todavía respaldan a Uribe. En su batalla, ha instalado la idea que todo lo que no se asemeje a su manera de ver el mundo merece ser  eliminado. Lo justifica de todas las formas posibles.

- Política

2021-05-24

El lugar de la idea en Colombia

 

Columnista:

Elkin Giraldo Castellanos

 

El 12 de mayo, la senadora que integra el partido del Centro Democrático, María Fernanda Cabal, escribió un tuit, acompañado de una imagen agradeciéndoles de manera infinita a los Escuadrones Móviles Antidisturbios de la Policía Nacional (Esmad), por proteger la vida de los colombianos, «aunque eso signifique poner en riesgo la suya», expresaba la congresista. En la foto, ella está vestida de azul, rodeada de varios funcionarios del Esmad con armas en sus manos y con implementos que los asemejan al hombre que interpretó la película RoboCop, un sujeto con armamento integrado en su cuerpo.

El tuit, más allá de lo desafortunado que es, en momentos en los que se investiga la participación de la Policía por asesinatos, violación de derechos humanos, abusos sexuales da un claro mensaje de apoyo a la institución que ha reprimido a los manifestantes en el paro nacional. Sus ideas violentas expresadas en cada trino calan en gran parte de la sociedad, he ahí el problema.

La influencia de la senadora Cabal perjudica, y establece la idea de que es, a través del uso de armas de fuego que el país puede recuperar la estabilidad. Ella, no le está hablando a la oposición, se está dirigiendo a su núcleo duro, a quienes son afines a su pensamiento y también a los incautos, para quienes sus dichos representan el sentir de una parte de la sociedad.

Tan solo la idea que alguien aliente a causar daño a otro no merece ser tenida en cuenta. Merece todo su rechazo, no su réplica.

Si la senadora fue tendencia y pude ver la foto (no la sigo, estamos en lados opuestos, comparto aquí sus mensajes solo por motivo de análisis.), fue porque sin quererlo y en medio de la indignación, sus «adversarios» ayudaron a que así fuera. Son estos, en definitiva, los que la han puesto a ella, a Uribe, y a sus ideas en medio de la controversia. Inocentemente, los visibilizan, situación que aprovechan para seguir su camino violento como único recurso para sostenerse. Las múltiples reproducciones de sus mensajes se incorporan en una parte de la sociedad, descontextualizada, que ve a los políticos como poseedores de una verdad.

Ya es suficiente con  los aparatos ideológicos del Estado, para que personas que dicen defender la vida, repliquen mensajes de forma repetitiva, como el de la senadora Cabal. No digo que se ignore lo que dice, dada la gravedad,  sino que el trato debe ser más adecuado, con pinzas, no cayendo en la trampa.

Se trata de minimizar el impacto del daño que causa la ideología del uribismo. Y a algunos otros, que saben que es importante contar con el respaldo de sectores para sus fines macabros, hacerles creer que por medio de la violencia se puede encontrar salida. Que hay buenos y malos, y que los malos deben ser castigados hasta la muerte, que eso es justicia y no una barbarie.

La batalla cultural se da en el predominio de las ideas, por eso miles de personas todavía respaldan a Uribe. En su batalla, ha instalado la idea que todo lo que no se asemeje a su manera de ver el mundo merece ser  eliminado. Lo justifica de todas las formas posibles.

Para que en el conjunto de la sociedad predomine la democracia, las ideas que deben instalarse son otras. La vida; el amor; la convivencia; el respeto; la justicia social; la igualdad de derechos; la diversidad del ser; la memoria, pueden ser un principio para hegemonizar una relación distinta con el otro. 

No deberíamos, los que estamos de este lado, seguir replicando las ideas de estas personas que no favorecen a la estabilidad de un país, que negocian con la guerra, hasta el momento su mayor patrimonio. Es hora de refundarlo con ideas emancipadoras.

 

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Elkin Giraldo Castellanos
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