¿El fin de la Policía de Tránsito?

Como una de las frases de Cabal, «no tengo pruebas pero me atrevo a decir que» casi, si no todos los conductores han rogado a un agente de tránsito aceptar 50 000 razones para impedir un comparendo.

Opina - Corrupción

2020-10-05

¿El fin de la Policía de Tránsito?

Columnista:

Ronald Ruiz López 

 

Por estos días escuché en las noticas y leí en las redes, que se acercaba el fin de la Policía de Tránsito a lo que mi corazón sinceramente saltó de alegría. Estoy seguro de que el de miles de conductores también, y es que es difícil que en algún momento de nuestras vidas no hayamos tenido un tipo de tropiezo con uno de estos «personajes».

Se han escuchado miles de situaciones en las que los conductores dan con agentes que buscan su «tajada», al punto en que se escuchan frases de burla como «tengo 50 000 razones para que me haga el favor y me colabore». Ante ello, no es difícil a la hora de escoger entre dar 50 000 pesos y poder así librarse fácil del problema o, como otra opción, acudir a los buenos principios y valores y aceptar pagar 438 900 pesos,  que es el valor promedio de un comparendo.

Por otra parte, otro de los escándalos que más marcaron a dicha institución fue cuando rodó un video en el que se hablaba claramente de una cuota de comparendos a cumplir por agente de tránsito a diario. En este, se evidenció la presión con la que vive cada agente de tránsito en su labor. Ahora, sumémosle los corruptos, que además de la cuota están acostumbrados a cuadrar unos pesitos extra para cumplir con una cuota personal que ellos mismos se deben de poner. Pobrecitos ¿verdad?

También, cabe recordar varios reportajes; entre ellos, uno de CityTv cuando destaparon esa parte tan irritante en la que se probó que varios agentes eran propietarios de grúas y, en el caso de los más «avispados», tenían sus grúas a nombre de un familiar o amigo para despistar al enemigo y cuadrar alguito de más.

Y como para no alargar el tema con miles y miles de casos que lograron desacreditar la institución, terminemos resaltando las veces en que como cosa rara, hubo abusos de autoridad por parte de agentes y los asuntos terminaron incluso en golpes y arrestos injustos.

Aprovechando una parte de la última frase de nuestra querida congresista, María Fernanda Cabal: no tengo pruebas pero me atrevo a decir que casi, si no todos los conductores en algún momento se han visto en la situación de tener que rogarle al agente que acepte esas 50 000 razones.

Por otra parte, no es difícil que los policías de tránsito cumplan con su deber, pero debido a la presión de hacer comparendos se ven situaciones en las que puede haber un trancón vehicular en una intersección y a unos pocos metros está el agente con el único objetivo de «cazar a su presa», en vez de cumplir con lo que se supone que es su oficio: mejorar la movilidad de la ciudad.

Pero también aceptemos que al conductor promedio colombiano le hace falta mucha cultura. Siempre es pensando en la ventaja: en pasar primero, no mirar cuando va a cruzar o cambiar de carril, pasar el semáforo en amarillo y rojo, meterse en contravía, y su excusa normal es el afán. Eso, sin contar con los que andan sin los documentos en regla y otras razones que hacen que los comparendos, a veces, sean merecidos. Así pues, no es tan complicado una cuota de comparendos para un agente con un grupo de conductores tan indisciplinados como nosotros.

Entonces, planteemos algunas preguntas, ¿será que la solución es acabar con la institución? ¿Y si se educa y se prepara mejor a los policías de tránsito en el trato hacia los conductores?, ¿si se deja de presionar a los agentes a cumplir con un mínimo de cuotas?, ¿si se pone como castigo destituir a los agentes al comprobar, dentro de una investigación, que hubo abuso de autoridad y el comparendo fue injusto? Habiendo tantas sugerencias formuladas a fin de mejorar la institución, ¿por qué no formar una dependencia que investigue y haga cumplir con las leyes y el respeto a todos los agentes de tránsito?

Aunque, imagino que las opiniones deben de estar divididas entre cambiar la institución y en mejorarla. Es bueno, por lo tanto, hacernos una autoevaluación y a conciencia reflexionar en si la forma en la que conducimos y en que mantenemos nuestros vehículos cumple con lo estipulado por las normas de tránsito.

Sea cual sea el cambio, que no pase lo de hoy en día con la Policía en general; lamentablemente la Policía de Tránsito también tiene muchas «manzanas podridas», como se excusó nuestro ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo con respecto a toda la institución y, es precisamente por ello, que se requiere resolver las preguntas planteadas y una reforma de fondo. 

 

( 1 ) Comentario

  1. No tengo pruebas, pero me atrevo a decir que son abrumadoramente más los policias bandidos que los ciudadanos suplicantes de recibirles el soborno

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Ronald Ruiz López
Un ciudadano del común con ganas de cambiar este país. @ronil022.