¿El día del desquite?

Estos politiqueros desesperados invaden las calles de la ciudad con publicidad, como ‘buitres’ con hambre, son amigos entre ellos, hacen fila para llegar al poder y acechar los dineros del presupuesto público y así finalmente saciar por un momento su apetito voraz.

Opina - Política

2019-10-11

¿El día del desquite?

Autor: Andrés Villamizar serrano

 

El enojo, la indignación y el fastidio contra la política tradicional y la corrupción, pueden percibirse en la opinión cotidiana de algunos colombianos, ¿será esto suficiente para desquitarnos de los politiqueros, que normalmente ganan  las elecciones territoriales, y elegir funcionarios diferentes?

 

Si hay algo claro es que las personas están cansadas de las artimañas politiqueras. En la más reciente medición de Gallup Poll el 82% de los colombianos creen que la corrupción está empeorando, el 75% tienen una imagen negativa del Congreso de la República, al igual que el 79% la poseen de los partidos políticos, así como la opinión del público hacia Álvaro Uribe Vélez y Gustavo Petro, que es desfavorable.

Lo anterior es una prueba del desprestigio y poca credibilidad que la gente tiene sobre los funcionarios y entidades públicas. Pero sin duda, la mayor demostración de rechazo tuvo lugar el 26 de agosto de 2018, cuando 11.5 millones de colombianos votaron la consulta anticorrupción en favor de 7 iniciativas para exigir una política más transparente.

Es cierto, la consulta no alcanzó el umbral para ser de obligatorio cumplimiento en el Congreso de la República, razón por la que hoy está más sepultada que viva; aún así, sin maquinarias ni compra de conciencias de por medio, obtuvo más votos que la elección del Presidente Iván Duque.

Además, en las pasadas elecciones presidenciales, a pesar de todos los miedos contra Petro, este logró la votación más grande de un candidato de izquierda en la historia del país (más de 8 millones de votos).

Los anteriores ejemplos dejan claro que las personas están cansándose de la clase política tradicional, que quieren un cambio, y que son las suficientes para elegir un mandatario.

La pregunta es ¿todo esto va a verse reflejado en los próximos comicios territoriales, y por lo menos, algunos clanes de los que normalmente ganan en cada región serán derrotados en las urnas?

El analista político Julio Acelas cree que todas las elecciones son diferentes, y que si bien esta vez habrán más votos de opinión (voto consciente no motivado por maquinarias políticas) no serán para ocasionar grandes cambios, “no hay que hacerse ilusiones, en las provincias y sectores metropolitanos las maquinarias mueven mucha votación”.

Si a la aseveración de Acelas le sumamos la denuncia de la Procuraduría General de la Nación en la que el 24%, (262) de los municipios del país están en alto riesgo de trashumancia electoral o trasteo de votos, el panorama empieza ponerse complejo.

Y empeora todavía más porque, de acuerdo con un informe de la Fundación Paz y Reconciliación Pares, en el país hay 98 candidatos cuestionados: 53 por corrupción, 38 por parapolítica (o herederos de parapolítica), y 7 por vínculos con grupos al margen de la ley.

Como si fuera poco, según una encuesta de la organización Transparencia Internacional, a 40% de los colombianos encuestados les han ofrecido sobornos o favores especiales a cambio de votos en elecciones regionales o nacionales.

Bastante desalentador, es desconcertante un país que rompe encuestas en indignación contra la corrupción; y sin embargo, sus ciudadanos siguen vendiendo el voto, prestándose para la trashumancia electoral, pidiendo puesticos y apoyando al candidato que más dinero despilfarre en fiesta y comida.

Estos politiqueros desesperados invaden las calles de la ciudad con publicidad, como ‘buitres’ con hambre, son amigos entre ellos, hacen fila para llegar al poder y acechar los dineros del presupuesto público y así finalmente saciar por un momento su apetito voraz, mientras cada municipio sufre endeudamientos y necesidades.

Así lo demuestra un documento de Transparencia por Colombia, en el que evidencian 327 hechos de corrupción reportados en la prensa de 2016 a 2018 que suman $17,9 billones, 69% de esos hechos son de carácter municipal. ¿Pensaron que la fiesta, la comida y la inversión en compra de votos eran gratis?

Una vez en el cargo público estos ‘carroñeros’ tienen que recuperar las millonadas que han invertido en campaña, pagar favores políticos y echarse alguito al bolsillo del mismo dinero que sale de los impuestos de todos los ciudadanos.

Mientras el pueblo siga tolerando la corrupción,  patrocinando este tipo actos y eligiendo el que más favores y plata ofrezca, no habrá ningún desquite. Pero, seguro llegará, y ese día los ‘buitres’ esconderán sus cabezas en la tierra como ‘avestruces’. Por ahora solo se lanzan por firmas, jactándose de una supuesta independencia con partidos tradicionales susurrándoles al oído.

 

 

Foto cortesía de: El Tiempo

 

 

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Andrés Villa
Estudiante de Comunicación Social - Periodismo en la Universidad Pontificia Bolivariana de Bucaramanga. Periodista del Periódico Plataforma (UPB) y productor del programa radial Conectados de la emisora universitaria Estación V.