En tiempo de elecciones renacen las clases de candidatos perversos de diversas índoles y lineamientos políticos en busca de comodidad tanto económica, social y cultural. Tal vez, dado por el salario pequeño de los senadores ($29,8 millones de pesos)[1] o el beneficio clientelista y corruptivo que abunda en este. Todos estos con diversas propuestas encaminadas a un “control político de la corrupción y un mejoramiento económico de la nación”.
Al escucharlos hablar se podría decir que son la razón por la cual tenemos en la actualidad una crisis de valores tremenda, expresada en el desprecio a la honradez y premiando al “avispado de la nación”. Tal vez por eso se utiliza tanto en las familias las frases como “Roba pero hace” o “Papaya puesta, papaya partida”. Frase característica del colombiano común con enseñanzas familiares de ser lo mayormente posible avispado y aprovecharse de alguna u otra forma del ingenuo moralista de bien. El llamado “tonto” en esta cultura.
Hoy en día es característico en las redes toparse con diversos enfoques de colombianos molestos por la corrupción de Colombia. Que “Ciro Rodríguez[2] en sus cuatro años de electo no presento ningún proyecto en busca de la mejoría de nuestro Norte de Santander”, que “Manuel Mora[3] tampoco lo ha hecho a pesar de su influencia en Norte de Santander”, que “Corzo supero los veinte años en el Congreso y no ha realizado nada por Norte de Santander”. Comentarios como estos inundan las redes sociales del norte santandereano. No obstante estos candidatos encabezan las listas como próximos vencedores para ocupar el cargo de representantes. ¿En dónde está la moral que se pregona en el Colombiano?
Realmente este artículo no va encaminado a estos políticos. Enfoquemos al ciudadano del común. Algo que se puede notar en la actualidad es que la calle ha dejado de ser un lugar de hacer política tradicional con propuestas y enfoques a ser sustituida por publicidad, estudios de mercado en busca de nostalgia y sentimientos del ciudadano y dinero. Mucho dinero. Tanto así que el estado permite $88.413 millones[4] para las candidaturas de cada senador.
Existe un dicho que “el que paga para ganar llega para robar”. ¿Y si gasto esa cantidad de dinero? Con ganas querré recuperar y cuadruplicar mi inversión con creces. Obvio, tengo que favorecerme del “cuarto de hora”. O eso piensan los políticos de hoy en día que a pesar de recibir un salario magistral utilizan las leyes para generar ganancias a familiar, amigos o empresarios.
Pero ¿porque la crisis moral? En Cúcuta existe un dicho muy famoso por las familias del común, “yo voto por él. Porque me dio trabajo”, olvidando consigo que el Estado debe ser un promotor de la formalización de empleo y que a esto se le conoce como clientelismo, carrusel de contrataciones o tal vez solo influencia de poder. Causa por la cual cada año se agranda la crisis en la ciudad de Cúcuta que a pesar de ser la sexta ciudad más grande del país ocupa los primeros puestos en informalidad y desempleo.
Se habla de, mientras mayor sea la crisis económica de las ciudades mayor será la corrupción de esta. Tal vez el señor gobernador y su amigo de la cárcel se enteraron de esto en el 2000, y deseosos de obtener lucro personal dejaron parte por parte desmoronar la industrialización de la ciudad y del departamento. Tanto así que entre 2008 y 2010, la producción presentó una disminución del 15% en términos reales, mientras que en el país aumentó en 23%, la tasa de desempleo de Norte de Santander subía en 1,6% y en el país disminuía en 1,4%[5]. En dicho tiempo, las empresas como Coca-Cola y la productora de Aguardiente empacaban sus cosas y se movilizaban para Bucaramanga en mejora de su producción. ¿Pero qué tiene que ver una cosa con la otra?
Se habla de igual forma que mientras mayor corrupción menor será la ética del ciudadano. Esto se deja en evidencia en las tasas alta de influencia de poder mostradas por la prima de adhesión y lealtad a grupos políticos tradicionales coaccionada por corrupción, paramilitarismo y clientelismo, etcétera…
“Mientras me beneficie yo no digo nada”, esto se ha dejado claro desde sus inicios en la ética del Norte Santandereano, que en tiempos de elecciones vende su conciencia, como se diría informalmente “su alma al diablo”, por un pan, puestos políticos, becas universitarias y contratos magistrales. Esto se deja claro cuando vez a personas que en los dos años de tranquilidad política sin candidatos, solo electos ladrones. Se manifiestan a puño y sangre ante los procesos llevados por los representantes. Representantes del Norte que ellos mismos eligieron meses o años atrás y que hoy en día vuelven en busca de votos y el ciudadano vuelve a venderse ante él.
Winston Churchill decía “La democracia es la peor forma de gobierno, con excepción de todas las demás”. No obstante en su misma frase deja claro que el sistema democrático a pesar de ser el mejor sistema tiene terrenos de falencias y prácticas que cohíben su verdadero fin. Esto hoy en día se ve en el Norte. Que a pesar de que Corzo, Cristo, Mora, Juan Carlos García (el principal corrupto patrocinado por Ramiro), Ciro, Wilmer no han hecho ni harán algo por nuestro grandioso departamento de Norte de Santander, están encabezando nuevamente las encuestas para su reelección parlamentaria. Con esto solo me queda decir: Elija bien y no coma cuento compañero. Su trabajo dura un mes, el cambio dura toda la vida.
Imagen tomada de ShareAmerica
______________
[1] http://www.elcolombiano.com/colombia/politica/salario-de-los-congresistas-en-colombia-EY6818600
[2] http://www.congresovisible.org/congresistas/perfil/ciro-antonio-rodriguez-pinzon/873/
[3] http://congresovisible.org/congresistas/perfil/manuel-guillermo-mora-jaramillo/59/
Genial, hombre, excelente texto
Tengamos esperanza que alguno de los elegidos este año pueda diferente a ese real panorama que describes.
Excelente radiografía de lo que ocurre en el departamento;ahí, están los mismos con la misma «carreta»de siempre.
Los mismos apellidos y otros que aspiran a reencaucharse cuando no presentaron proyecto alguno que ameritara su presencia.