El Congreso en reposo

Los congresistas son víctimas de la ley colombiana que, por cuestiones burocráticas, impide que se continúen las sesiones en el Congreso.

Infórmate - Política

2020-04-04

El Congreso en reposo

Columnista:

Chrístofer Hidalgo 

 

Lo virtual no vale

Según el artículo 149 de la Constitución Política de Colombia, las reuniones virtuales que pudieran darse tras el parón del Congreso por la contingencia pública actual, no tendrían validez, ya que el escenario propicio para adelantar la agenda legislativa es el Congreso de la República que, por políticas de salubridad, se encuentra clausurado en estos días huraños.

El artículo especifica lo siguiente: “Toda reunión de miembros del Congreso que, con el propósito de ejercer funciones propias de la rama legislativa del poder público, se efectúe fuera de las condiciones constitucionales, carecerá de validez; a los actos que realice no podrá dárseles efecto alguno, y quienes participen en las deliberaciones, serán sancionados conforme a las leyes”. Por lo tanto, carece de sentido para algunos senadores, como Jorge Enrique Robledo, la iniciativa de iniciar sesiones virtuales. Sumado a esto, la Ley 5 de 1992, que para efectos de la situación actual, parece anacrónica, no contempla la posibilidad de un Congreso virtual.

Para el senador del Polo Democrático “El Congreso debe ser citado a sesionar presencialmente, como ordena la ley, y no virtualmente, método descaradamente inconstitucional que facilita un trámite antidemocrático de las leyes”. Robledo ha sido uno de los senadores que se han manifestado en contra de la iniciativa de otros congresistas, como Gustavo Petro, (con quien mantiene discusiones virtuales permanentes) de iniciar sesiones virtuales.

Lidio García, el actual presidente del Senado, ha ganado protagonismo debido a su postura, similar a la de Robledo, de no iniciar sesiones en el Congreso. Quienes lo integran están esperando el 13 de abril, fecha en la que termina la orden presidencial del aislamiento preventivo, para iniciar labores. Mientras llega ese día, las reuniones que se hagan, en teoría, más allá de que el Gobierno aprobara las sesiones virtuales, no tendrían validez jurídica; por lo que, de presentarse, lo que se dirima mientras no se esté físicamente en el recinto, no sería tomado en cuenta.

La agenda que está pendiente

Antes de que se decretara la cuarentena y, aun antes del inicio de la legislatura, algunos temas de relevancia empezaban a tocarse en el Congreso. Las reformas laboral y pensional; las reformas a la justicia y electorales, fueron algunos de los temas que quedaron en vilo. Antes de que la atención nacional cambiara por los efectos de la COVID- 19, se venían tocando con insistencia por parte de la bancada del Gobierno y la oposición.

Alicia Arango había estado al frente de las relaciones en el Congreso, acercando las bancadas y dando declaraciones memorables en los medios de comunicación, que dejaron ver la posición del Gobierno frente a algunos temas, como la reforma laboral y, la hasta ahora fallida, iniciativa de intentar establecer el trabajo por horas.

Alberto Carrasquilla, también se movía para hacer ajustes al sistema económico, que viene debilitado. El desempleo en Colombia se mantenía en dos dígitos y ahora se está a la espera del panorama, cuando los mercados vuelvan a activarse. Seguramente el desempleo seguirá en alza tras las afectaciones que tendrán muchas empresas golpeadas por la pandemia. Ante lo que se avecina, habrá que estar pendientes de las decisiones que tome el Gobierno para mitigar el ya debilitado sistema económico en el país.

Además de lo anterior, al Gobierno se le suma la horda de debates de control político, que se supondría, se llevarán a cabo con relación a la “Ñeñepolítica”. Los líderes más representativos de la oposición se han manifestado sobre ese tema, dejando acusaciones y querellas por doquier, que han cesado momentáneamente. Las pruebas sólidas en las que funcionarios afines al Gobierno quedan en evidencia, serán un insumo para acusar directamente a la figura del presidente, cuya imagen se dilata en lo bajo de la percepción pública.

Seguramente, tras el parón obligatorio que se está presentando, en el Congreso se vivirán tiempos álgidos, cuando en el país se empiece a hacer un análisis de la gestión del Gobierno frente a la pandemia, de las intenciones frente a las reformas que, seguramente, se propondrán, y de su defensa frente a las acusaciones que celosamente saldrán con fuerza para intentar debilitar, todavía más, la imagen del presidente.

 

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Chrístofer Hidalgo
Estudiante.