El Chivo expiatorio  

Son los jóvenes en situación de vulnerabilidad, contradictores políticos y ahora migrantes de países limítrofes, los que tienden a ser objeto de etiquetamiento, que siempre es el primer paso en la fabricación artificial del delincuente.

Opina - Judicial

2019-01-21

El Chivo expiatorio  

El chivo expiatorio era el ritual de elegir al azar a un macho cabrío al que se le transfería todas las culpas del pueblo. Cuando el grupo necesitaba expiarse, se descargaba en el animal la culpa de los miembros de la comunidad, lo que llevaba a acusar simbólicamente a la inocente criatura, a castigarla y sacrificarla.

Pero el rito mágico de la transferencia de culpas a otro, no se quedó en los áridos desiertos de hace cinco mil años. Según René Girard, desde los primeros teóricos hasta los actuales, han abundado justificaciones adornadas de palabrería dogmática, en la fabricación de enemigos que cumplan no solo el rol de chivos expiatorios, sino también de alimento al populismo punitivo, la droga con la que se dosifica la histeria de las masas. Por ello se ha dicho que cuanto más Derecho Penal se aplica, menos civilizada es una sociedad.

Desafortunada ha sido tradición de nuestra Fiscalía, en prestarse para la fabricación de chivos expiatorios, en aras de mostrar eficientismo con resultados apresurados y así, engrosar estadísticas, construir nuevas cárceles y, de paso, combatir la pobreza. Precisamente son los jóvenes en situación de vulnerabilidad, contradictores políticos y ahora migrantes de países limítrofes, los que tienden a ser objeto de etiquetamiento, que siempre es el primer paso en la fabricación artificial del delincuente. Es en “ellos”, en los “diferentes”, en quienes se canaliza la angustia interna y las carencias de la mayoría.

Nunca falta el alto directivo que también cae en el rol de chivo expiatorio, el más débil en la línea de mando, el sacrificado que justificará ante la masa la supuesta igualdad del sistema punitivo.

Mientras existan chivos expiatorios habremos defensores penalistas. Este es el noble motivo del ejercicio de nuestra profesión: desmontar la teatralización del delito con sus falsas imputaciones y acusaciones.

 

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Juan Trujillo Cabrera
Abogado penalista de la Universidad Externado de Colombia y Magister de la Universidad de Osnabrück (Alemania). Investigador asociado al Instituto Max Planck.