El cambio de tono de Santos

Opina - Política

2016-05-20

El cambio de tono de Santos

Ya en la recta final del proceso de paz de La Habana, el presidente Santos decidió hacer ajustes a su prudente talante con el que venía respondiendo a los ataques, críticas y señalamientos de sus más visibles y enconados detractores: Álvaro Uribe Vélez y Alejandro Ordóñez Maldonado.

Sin duda, los hechos que hicieron posible que Santos le hablara duro al expresidente Uribe y al procurador General de la Nación, Alejandro Ordóñez Maldonado, tienen que ver con la resistencia civil [1] frente al proceso de paz en la que se declaró el senador del Centro Democrático y la carta que le enviara el jefe del Ministerio Público, en un tono desobligante, que no solo expresa los altos y peligrosos niveles de polarización política, sino el giro político-ideológico que Ordóñez le dio a sus funciones, en especial después de haberse hecho reelegir violando la constitución política.

Acostumbrado el país al talante confrontador, altanero, provocador, frentero, retador, violento, profundamente antidemocrático y camorrero de Uribe Vélez, había sectores de la opinión venían exigiéndole al presidente que asumiera una defensa más fuerte y decidida de los diálogos de paz.

En el contexto de una sociedad machista como la colombiana, el carácter de Uribe Vélez sobrevino en una suerte de perfil necesario —obligatorio— para quien ose orientar los destinos del Estado y decida participar de la vida política como funcionario. Es decir, que hablar duro, gritar, irrespetar al otro, desconocer la opinión del contradictor o crítico, no contestar preguntas y ofrecer dar en la cara marica son, para algunos sectores de la sociedad, elementos sustantivos del perfil y del talante que debe tener quien desee gobernar a esta compleja Nación.

Cortesía Quinto Poder

Cortesía Quinto Poder

En su cambio, Santos confrontó con decisión a Uribe Vélez y lo hizo marcando claras y evidentes diferencias entre las dos familias. “En mi gobierno, la familia presidencial —y lo digo con orgullo— no tiene una sola tacha, ni mis hijos ni mis hermanos”. Aludió el Presidente a los señalamientos que recaen sobre los hijos de Uribe y sobre el mismo senador, por su pasado político y sus cercanías con grupos paramilitares y actos de corrupción denunciados, en su momento, por Joseph Contreras en su libro El señor de las sombras, biografía no autorizada de Álvaro Uribe Vélez.

Pero Juan Manuel Santos Calderón no solo apeló a los asuntos familiares para indicar las diferencias de origen con su contradictor político, sino que lo hizo con hechos que evidencian claramente que el ethos mafioso fue el sello con el que el país aprendió, tardíamente, a reconocer lo que sucedió en los ocho largos y tenebrosos años en los que Uribe mandó sin mayor resistencia política, por cuanto el DAS [2] le sirvió como su policía política.

Santos señaló: “Hay quienes no pueden resistir este avance –dijo–. Hay quienes están desesperados porque se les va a acabar su oxígeno, que es el miedo, que es la guerra. Y han acudido a todo tipo de ataques, inclusive llamando a la resistencia civil, esa misma que antes proponía Carlos Castaño (jefe de las Auc)”. A renglón seguido, el primer Mandatario le recordó a Uribe que por asuntos relacionados con su reelección, no hay en su Gobierno funcionario alguno investigado, procesado o preso. Contrario a lo que sucedió con la reelección presidencial inmediata que benefició a Uribe, de la que hoy el país sabe que se dio gracias a la compra del voto de la congresista Yidis Medina y que varios funcionarios de Uribe fueron investigados y sancionados.

Después vendría la respuesta al procurador Ordóñez, por la amenaza [3] que profirió el jefe del Ministerio Público a los funcionarios que de manera decidida promuevan lo acordado en La Habana, podrían ser investigados por indebida participación política.

Quizás en la respuesta a Ordóñez, Santos recoja la molestia que le causó la desobligante carta que le envió el procurador General de la Nación en días pasados, a raíz del contenido del Comunicado Conjunto Número 69.

Así recogió la revista Semana la respuesta del presidente: “Un día después del controvertido concepto de la Procuraduría, en el que le pidió a la Corte Constitucional no aprobar el plebiscito por la paz, y calificar como participación indebida en política las alusiones de los funcionarios al proceso de paz, el presidente Juan Manuel Santos respondió con dureza y hasta en tono desafiante. Durante la posesión de Clara Luz Roldán como nueva directora de Coldeportes, celebrada en Cali, Santos aseguró que los funcionarios sí pueden participar en la campaña por la paz. ‘De manera, señor procurador, que usted no les va a prohibir a los funcionarios lo que la ley ya les permite en forma explícita’, manifestó el presidente Santos, quien invitó ‘a todos los funcionarios a que trabajemos como un ejército para sacar esta paz adelante’. Santos, afirmó que los funcionarios pueden hacer campaña por la paz, ya que así lo señala expresamente la ley, y le advirtió al procurador general de la Nación, Alejandro Ordóñez, que no está por encima de esa normativa» [4].

Sin duda alguna, estamos ante un evidente cambio en la forma como Santos venía hablando, explicando y defendiendo el Proceso de Paz. Bienvenido ese cambio. Eso sí, la firmeza que hoy exhibe Santos no puede llevarlo a ese lenguaje incitador, violento y desobligante al que han apelado Uribe y Ordóñez de tiempo atrás y con el que han buscado incitar a la violencia y la división del país.

 

 

[1] Véase: http://laotratribuna1.blogspot.com.co/2016/05/la-resistencia-civil-de-uribe.html

http://conlaorejaroja.com/la-resistencia-civil-de-uribe/

http://viva.org.co/cajavirtual/svc0494/articulo03.html

[2] Véase: http://laotratribuna1.blogspot.com.co/2009/02/con-el-das-nos-acercamos-al-estado.html

[3] Véase: http://www.wradio.com.co/noticias/actualidad/funcionarios-que-promuevan-los-acuerdos-de-paz-estarian-participando-en-politica/20160517/nota/3135510.aspx

[4] Véase: http://www.semana.com/nacion/articulo/santos-desafia-a-ordonez-llama-a-funcionarios-a-ser-un-ejercito-para-la-paz/474045

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Germán Ayala Osorio
Docente Universitario. Comunicador Social y Politólogo. Doctor en Regiones Sostenibles de la Universidad Autónoma de Occidente.