Columnista:
Óscar Perdomo Gamboa
Gracias al coronavirus, el 2020 fue un año muy malo para todo el planeta. En Colombia, tuvimos el virus al cuadrado, pues coincidió con el peor presidente de la historia; el más inepto y que más corrupción ha promovido a su alrededor. De milagro, algunos de nosotros llegamos vivos al 2021, no solo por el riesgo del virus, sino porque se multiplicaron las masacres y los asesinatos selectivos. Para celebrar el fin de este nefasto año y dar la bienvenida al nuevo, recordemos algunos de los peores momentos del desgobierno de Iván Duque en las plumas de nueve excelentes caricaturistas.
La Ñeñepolítica
Todos sabemos que Iván Duque es un presidente ilegítimo: consultas con fotocopias, formularios E-14, descaradamente, adulterados y muertos que votan gracias a la Registraduría. Sin embargo, los dineros del testaferro del narcotráfico, ‘Ñeñe’ Hernández, que ingresaron a la campaña presidencial y se usaron para comprar votos, fueron el tope de la corrupción. A pesar de grabaciones, fotos de Duque abrazado con el ‘Ñeñe’ y su invitación a la posesión presidencial, los responsables han evadido la justicia. Los narcos pudieron decir, como cualquier cantante de música de atracadero, «tenemos presidente, hijueputa». De modo lamentable, el resto de los colombianos no tenemos presidente; ‘Leo’ lo afirma en esta caricatura en la que pinta al mandatario como un bebé con dólares tricolores.
Narcogobierno
El ‘Ñeñe’ no fue el único narcotraficante presente en el Gobierno. Aunque el Centro Demoníaco está acostumbrado a reclutar primos e hijas de traquetos, nunca tuvimos vicepresidenta con hermano encarcelado por tráfico de heroína. Narca Lucía Ramírez pagó la fianza de su «tragedia familiar» y ocultó la información al país; sin duda, toda una heroína(!). Para rematar el estigma, al exembajador en Uruguay, Fernando Sanclemente, le encontraron tres laboratorios de cocaína en una finca cercana a Bogotá. Por supuesto, nunca destituciones, aunque sí renunció, lo que confirma que el de Duque es un narcogobierno. Así lo denunció ‘X-Tian’ en esta caricatura; aunque, como lo afirman los periodistas vendidos al régimen, eso no se puede decir.
El virus
El coronavirus cogió al mundo por sorpresa, es cierto. Pero los países con gobiernos responsables tomaron medidas rápidas y eficientes. Como era obvio, Duque brilló por su ineptitud: se demoró eternidades en cerrar aeropuertos, dio millones a los bancos y subsidios a ciudadanos inexistentes, dejó quebrar centenares de pymes por querer refinanciar a Avianca, promovió el día sin IVA y con contagio, compró helicóptero de lujo cuando al personal médico se le deben meses de sueldo y, para acabar de completar, nombró un gerente del COVID-19 que, hoy, todavía no sabemos qué hace salvo cobrar su salario. El títere es, de forma parcial, responsable por las más de cuarenta mil muertes. Eso sucede cuando se pone a gobernar a un púber sin experiencia, como lo dibujó ‘Jhor Manr’.
Duque TV
Duque te ve. Me refiero a que, posiblemente, te tenga perfilado y sus fuerzas militares, que realmente son del ‘Matarife’, te tengan chuzado. Pero eso es otro asunto. Lo que quiero mencionar es el Duque TV, el Aló Presidente colombiano que el títere se inventó para combatir el COVID-19, junto con sus emoticones de cartulina y sus goles narrados. El programa en horario triple A por televisión nacional, quizá tuvo sentido al principio de la pandemia, al menos aparentaba que el subpresidente hacía algo. Hoy nadie lo ve, no sirve para nada y, en cambio, cuesta miles de millones que podrían beneficiar a las muchas familias afectadas, económicamente. Pero a Duque no le da vergüenza gastar dinero del pueblo en su decaída imagen: veinte mil millones de pesos de los fondos de la paz fueron a parar a gastos publicitarios y la nueva temporada de su show costará seis mil millones más. Sin embargo, como lo afirma ‘Yeyo’ en esta caricatura, solo cuatro gatos lo verán tocar guitarra, hacer publicidad a aliados políticos y mentir descaradamente a los colombianos.
Las masacres
Al momento de escribir este artículo, Iván Duque llevaba 91 masacres, según el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz). Entre los asesinados hay desmovilizados, líderes sociales y ambientales, ciudadanos del común y hasta niños desarmados. Pero la indolencia del gobierno uribista al respecto pasó el cinismo hace rato. Duque dijo, insensiblemente, que no eran masacres, sino «homicidios colectivos»; y su ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, se ha burlado, repetidamente, de las víctimas con su impotable desdén y su apoyo a los militares responsables de crímenes. Esta caricatura de ‘Vladdo’ muestra al subpresidente en su puerilidad e indiferencia absoluta, mientras los colombianos nos preguntamos ¿quién da las órdenes?
Manzana podrida
Quizá la masacre más visible fue la perpetrada por la Policía nacional en Bogotá. Tras el asesinato del abogado Javier Ordóñez por agentes de esa entidad, el pueblo se volcó a protestar en varias partes del país. La Policía disparó contra personas desarmadas, asesinó a trece personas, hirió a un centenar más e hizo alarde de brutalidad. Duque, por supuesto, hizo gala de cinismo, pues se atrevió a salir disfrazado de policía a respaldar a los masacradores. En esta caricatura, ‘Matador’ muestra al uniformado títere rindiendo informe ante su superior inmediato, el expresidiario Uribe, quien por esas épocas estaba encarcelado en su humilde finquita, quizá el único buen momento que nos dejó el 2020.
Visa USA
Acostumbrados a comprar votos y manipular al electorado, el Centro Demoníaco, en cabeza del embajador y siempre genial ‘Pachito’ Santos, se metió de lleno a tratar de influir en las elecciones de Estados Unidos a favor de Donald Trump, el ídolo intelectual de todo uribista. Sin embargo, la intervención no tuvo éxito y Joe Biden ganó la Presidencia, con lo que Colombia no solo hizo el ridículo, sino que quedó como un zapato con el nuevo administrador del continente. Incluso, puede haber repercusiones legales; aunque los uribistas, acostumbrados a la impunidad, no temen a eso. En un predecible acto de hipocresía y servilismo, la plana mayor del uribismo, Duque y el mismo ‘Pachito’ se doblegaron en felicitaciones y elogios a Biden, quien los ignoró por completo. La embarazosa falsedad del títere fue dibujada por ‘Mheo’ en esta caricatura.
Todopoderoso
Álvaro Uribe, reencarnado en Iván Duque, se descaró en su dictadura. No solo ha gobernado en cuerpo ajeno y por decreto, sino que se ha apoderado, paulatinamente, de los organismos de control y los poderes estatales. El innombrable puso sus otras marionetas en la Fiscalía, la Procuraduría, la Contraloría, la Defensoría del Pueblo y hasta en la dirección de Parques Nacionales; esto último para que sus hijitos pudieran construir su hotel en el Tayrona. De chiripa, se le escapó el Banco de la República, en el que pensaba instalar al hampón(!) de Carrasquilla, quien ya nos tiene el aguinaldo de la reforma tributaria. Por supuesto, el polichinela mayor ha sido Duque, a quien Jose dibuja haciendo lo único que sabe: jugar con el país, digo, con un balón.
Las otras tragedias
Sin duda alguna, la peor tragedia que hemos sufrido en los últimos veinte años es el uribismo. Pero, aparte de ese cáncer, también tenemos las tragedias naturales: huracanes, inundaciones, derrumbes, etc. Aunque hay que aclarar que la desidia no es exclusiva de este Gobierno, sí es de señalar que la habitual arrogancia de Duque lo lleve a aparecer en pantalla, prometer ayudas y luego desentenderse cada vez que hay emergencias como las más recientes en Providencia y Chocó. Eso pintó ‘Chócolo’ en esta caricatura en la que un damnificado del Iota le dice al títere que su mejor ayuda es la renuncia.
Desde luego, no son todos los escándalos o ridículos de Duque del 2020, sin mencionar los de sus cómplices del uribismo. Los caricaturistas y sus trabajos tampoco son, necesariamente, los mejores y más representativos; pero las grafías seleccionadas muestran un amplio panorama de la calamidad que vivimos con el títere y el sentido del humor que necesitamos para aguantar tanta corrupción y desfachatez. Agradezco a los artistas que nos alegren la existencia y espero que para este 2021 sus caricaturas tengan otro tinte menos nefasto que el de este Gobierno.
Caricatura de portada: cortesía de Matador.