Los arbitrarios, peligrosos y calumniosos señalamientos que hizo el expresidente y senador del Centro Democrático, Álvaro Uribe, en contra del periodista Daniel Samper Pizano, se dan en el marco de una ya extendida polarización política e ideológica que se inició en 2002 y que, a juzgar por lo acontecido y las reacciones en las redes sociales, tiende a ampliarse, consolidarse y perpetuarse.
En el rifirrafe entre el ganadero-expresidente y el periodista Daniel Samper Ospina aparecen elementos contextuales que vale la pena analizar después del acalorado cruce de opiniones, y respaldos en las redes sociales y medios masivos de información.
En primer lugar, veo una confusión en quienes critican al periodista, incluyendo al mismo difamador, alrededor del ejercicio del periodismo. Los periodistas, bien sea a través del humor o por medio de hechos periodístico-noticiosos, están en la obligación ética de molestar a quienes ostentan algún tipo de poder. La razón de ser del periodismo es esa: pulsar, tocar, molestar e incomodar al poder y a los poderosos.
En esa medida, las columnas, así sean reiterativas, que Samper Ospina haya escrito alrededor de las actuaciones del latifundista de marras, su familia y sus amigos del Centro Democrático (CD), están amparadas en el deber ser del periodismo y respaldadas por principios democráticos.
Que a muchos no les parezca o no les guste el humor del calumniado, no significa que Samper deba dejar de escribir apelando a la sátira e incluso, a la burla.
Cuenta con el privilegio de escribir en un medio influyente como la revista Semana, así sus columnas molesten a poderosos y a los ciudadanos que osen leerlas. Su ejercicio como columnista está amparado en la Constitución y en la ley.
En segundo lugar, en la misiva que colegas de Samper escribieron para apoyarlo y de paso criticar al caballista-senador por sus aseveraciones calumniosas, así como en el comunicado que publicaran el Noticiero Noticias RCN y NTN24, noto varios asuntos que son interesantes. En la epístola que escribieron los periodistas, encuentro un tono fuerte, que no solo es justo, sino digno por cuanto lo sucedido con el colega Samper Ospina amerita una reacción de ese tipo.
Pero llama la atención ese mismo tono si revisamos las actuaciones periodísticas de varios de los firmantes, cuando el senador-latifundista fungió como Presidente de la República entre el 2002 y el 2010. Y digo que el tono de la misiva y su contenido resultan llamativos y engañosos en la medida en que varios de los colegas que se muestran hoy indignados por el oprobioso señalamiento del político antioqueño contra el colega Samper Ospina, fueron finos y fieles aduladores de la figura presidencial y extremadamente lisonjeros a la hora de evaluar sus políticas, en particular su Política de Defensa y Seguridad Democrática[1].
Diría que fueron periodistas amanuenses y estafetas de un régimen que maltrató a los periodistas, al oficio mismo. Hubo presiones indebidas de dicho gobierno y los firmantes de esa misiva, lo saben.
En ese misma línea, llama la atención que la reacción de apoyo al sobrino de Ernesto Samper Pizano no se produjo en el mismo sentido y tono cuando el propietario y ¨líder” del Centro Democrático arremetió en su momento contra los también periodistas Daniel Coronell, Holmann Morris y Julián Martínez del noticiero de televisión, Noticias Uno. ¿Por qué la reacción tan asimétrica, cuando se trata del mismo poderoso y atemorizante expresidente?
En cuanto al comunicado publicado por los noticieros Noticias RCN y NTN24, señalo que me llaman la atención porque durante los 8 años de gobierno de AUV sirvieron de ruedas de transmisión, e hicieron posible la amplificación y consolidación de la ideología conservadora en la que se instala el ganadero-expresidente; además, estos mismos canales informativos coadyuvaron en buena medida a deificar la imagen del político antioqueño, hasta elevarlo al carácter de salvador, redentor y Mesías y, por esa vía, presentarlo como “irremplazable”, hasta posicionar la idea de que sin él vendría la “hecatombe”.
Es posible pensar que el comunicado de los dos noticieros de RCN se produce por dos razones: una, por un genuino respaldo al periodista bogotano y sobrino del expresidente Samper Pizano; o porque las críticas que de tiempo atrás recibe la directora de Noticias RCN por los sesgos con los que orienta el cubrimiento del Proceso de paz de La Habana, y la pérdida de audiencias, preocupan al millonario propietario del Canal RCN.
Baste con recordar el episodio aquel en el que la senadora Claudia López Hernández abandonó el set de Noticias RCN por el sesgo ideológico y político con el que valoraban en ese momento un hecho noticioso en torno al proceso de paz de La Habana.
Con todo lo anterior, aplaudo la reacción de los colegas de Samper Pizano y las asumidas por los señalados noticieros, al rechazar de manera unánime las calumnias que el político conservador profirió en contra de la honra del “youtuber” de 40 (o de 42). De igual manera, celebro la reacción de la FLIP y de muchos ciudadanos en las redes sociales.
Y señalo, además, que las críticas que hoy esa parte del periodismo bogotano hace al ex presidente, llegan tarde, demasiado tarde. Ya el daño está hecho, pues todos sabemos que AUV fue una invención mediática y el cruel experimento de sectores de ultra-derecha que quisieron medir hasta dónde podrían llegar con un gobierno y un gobernante que borró los límites entre lo correcto y lo incorrecto, de lo legal y lo ilegal, e impuso el Todo vale, que incluye, por supuesto, la intimidación, persecución y odio visceral en contra de los periodistas y del noble oficio.
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[1] Véase el libro De la democracia radical al unanimismo ideológico, Medios de comunicación y seguridad democrática. UAO, 2006.