Dejemos de sembrar cuerpos

En el concierto #MedellínResisteCantando, varios jóvenes dejaron sus cuerpos colgando en síntoma de dolor y de muerte, no física, sino mental, de consciencia y de pensamiento.

Opina - Política

2019-12-23

Dejemos de sembrar cuerpos

Columnista: Hernán Muriel Pérez

 

Colgaban del techo como si fueran muertos. Quienes los veían desde abajo quedaban estupefactos. Todos sabían que, aunque estuvieran vivos, honraban la memoria de todo aquel que ha sucumbido en un país donde no se llora a los pobres.

En sus cuerpos desnudos había sangre, heridas mortales pintadas con detalle. Franjas de tela roja los sostenían a metros de altura. El cielo caliente y brillante hacía gala del acto artístico. El performance, llevado a cabo en un puente sobre San Juan, desarrolló una insigne paradoja que define a Colombia: aquí sembramos cuerpos. Por eso hemos cosechado 60 años de guerra, desigualdad y oligarquías intocables.

 

Artista colgado con tela roja en el puente de San Juan.

 

Los asesinos, si no son idolatrados desde las redes sociales –como sucedió con Popeye–, son votados para que lleguen al Congreso, las alcaldías, e incluso la presidencia.

Hace ya casi dos años venimos gritando: “nos están matando”, pero la repercusión política es supremamente baja. Los jóvenes de un grupo artístico, bajo el marco de la movilización-concierto #MedellínResisteCantando, dejaron sus cuerpos colgando en síntoma de dolor y de muerte, no física, sino mental, de consciencia y de pensamiento.

Quienes cuelgan –y fueron representados en esta intervención artística– en las realidades y contextos desidiosos de las Colombias olvidadas, en muchas ocasiones, no son simplemente aquellos a los que asesinan en multitud, o bajo torturas, o con disparos surgidos de los gatillos del Esmad; quienes cuelgan son también quienes están vivos, pero han sido olvidado y borrados por la indiferencia estatal y común.

¿Cómo es la navidad del Urabá antioqueño bajo el mando y el conflicto de los Caparrapos, el ELN y el Clan del Golfo? ¿Alguien sabe cuántos niños chocoanos no tendrán traído del niño Jesús este año? ¿Cuántas abuelas murieron buscando a sus nietos desaparecidos por grupos armados en épocas de terror e impunidad? ¿Cuántos ancianos murieron a causa de la negligencia médica de un sistema de salud obsoleto?

 

Toma más amplia del performance en Medellín.

 

Esos jóvenes, que suspendieron su cuerpo en el aire —siempre contaminado— de la ciudad de Medellín, encontraron en el arte una forma sagaz y admirable de exigir y de recriminar a la existencia por permitir que Colombia sea lo que es hoy. Desde el arte, de igual forma, tienen ellos, y cada uno de nosotros, la necesidad de transformar esas realidades y dar vida a nuevas formas de pensar.

***

Decenas de víctimas de una informalidad severa que agobia a Colombia corrían por entre las personas vendiendo diferentes productos: cerveza, agua, tinto, arepas de queso, frutas, chicharrones, papas… dinero fluyendo en una economía débil que flaquea. 

Las personas que compraban a los vendedores ambulantes estaban protestando precisamente, entre otras cosas, por las míseras medidas económicas que ha tomado el Gobierno en torno a la tributación y al beneficio de las grandes empresas.

La excusa de ese tipo de reformas es siempre la misma: estimular el crecimiento del empleo. Pero luego de más de 3 décadas aplicando estrategias gubernamentales con la misma esencia desfavorable para el trabajador individual, en el 2019 se alcanzó una cifra de desempleo altísima, que se sumó considerablemente a los argumentos del lado del pueblo para mantener con vida el Paro Nacional.

Sobre el Paro debe existir una exigencia mucho más vehemente ante las irregularidades de planeación económica y ambiental del Gobierno. El #MedellínResisteCantando fue una clara muestra de la informalidad y la desprotección que tienen millones de personas en su laborabilidad.

 

 

Fotografía cortesía de: Brayan Montoya

 

( 4 ) Comentarios

  1. ReplyMarcos Fidel Vega Seña

    ¡Qué maravilla!

  2. ReplyALVARO DIEGO DIAZ HERNANDEZ

    El Arte es puerta de expresiòn de una ciudadanìa que ha sido forzada a ver la muerte como paisaje. Gracias al colectivo artìstico que desarrollò la propuesta «Colombia, un paìs que siembra cuerpos…»

    A mis 50 años me siento contagiado de esta energìa fresca que exige oportunidades que los viejos como yo aprendimos a resignar!

  3. Excelente escrito, seguimos indolentes ante la siembra de cuerpos a diestra y siniestra. Las guerras enriquecen a los poderosos y siembra los cuerpos de los desposeídos. No más güerra viva Colombia en paz.

  4. Hagamos que estas manifestaciones sean constantes y duraderas, no le demos gusto a los asesinos que confian en la mala memoria de nuestro pueblo.

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Hernán Muriel Pérez
Comunicador Social, Periodista Digital, Fundador de Cofradía para el Cambio