De paso por los medios de comunicación en Colombia

Los medios, ante un escenario de poca credibilidad, están llamados a estar a la altura de las circunstancias y así poder minimizar, a través de un buen ejercicio periodístico, esos imaginarios colectivos y aquellas críticas justificadas sobre el oficio en cuestión.

Opina - Medios

2019-04-10

De paso por los medios de comunicación en Colombia

Aprovecho el debate de hace unos días por la publicidad de El Espectador en Twitter para la firma del abogado De La Espriella, para hablar de manera general sobre el tema de medios en Colombia. Empiezo por decir que mientras a El Espectador no lo compren igual que a medios tradicionales como Semana, en este país deberíamos comprender la valía en el tiempo de dicho medio (y claro, mirarlo ahora con lupa por aquello de la firma de abogados).

No es lo mismo hablar de El Espectador, El Tiempo o de Semana (bastante gobiernistas los últimos dos) que ahora se le ocurrió graduar a Germán Vargas Lleras de líder de oposición cuando es de público conocimiento que él es el jefe natural de Cambio Radical, un partido que se proclamó como independiente.

No es sano para el debate seguir relacionando a Noticias RCN con lo hecho por RCN Radio; no, no es lo mismo, por más que allá haya llegado un periodista con una alta resistencia dentro del público nacional como Hassan Nassar.

Cuando uno habla de grandes medios tiene la imperiosa necesidad de deletrear ese discurso y mirar cada caso en concreto; por más que Noticias RCN y Noticias Caracol sean un periodismo carroña, no es lo mismo ver en el primero a uribistas opinando sobre el país y en el segundo ver en repetidas ocasiones la transmisión de accidentes en el lugar de la noticia sin ningún contexto, que como lo ha explicado Omar Rincón, ha sido uno de los grandes males que le ha dejado Luis Carlos Vélez al noticiero.

Estamos en presencia de un corporativismo absurdo entre periodistas (que siempre ha existido pero ahora se acentúa más), y en presencia de “tiempos de redes sociales”, donde el panorama no es alentador puesto que ahora la gran mayoría de personas vive en su burbuja de información en la que se dan la pela de leer una noticia solo si confirma su forma de pensar sobre determinado tema. ¿Qué cosa más peligrosa que ésa, no?

Las audiencias en ese sentido no han progresado porque a pesar de que ahora hay más herramientas para adquirir información, la segregación de la misma por parte de esa audiencia es preocupante. Sí, las redes sociales ante este escenario deficitario de medios han sido vitales en cuanto a la generación de información pero dentro de sus complejidades están esta serie de problemáticas.

Sobre el déficit de medios en Colombia ya se ha pronunciado Pedro Vaca, director ejecutivo de la Flip, siendo ese un tema preocupante en un espacio donde es sabido que así como no hay Estado en muchas partes estratégicas del territorio nacional, tampoco hay medios de comunicación que informen en diversas regiones del país.

De aquí surge la importancia de la apertura de medios independientes que lleguen a la vida pública como un contrapeso a esa matriz mediática, coyuntural, con poca profundidad y cero análisis desde gran parte de los medios tradicionales en Colombia.

Esto último para que realmente ejerzan un contrapoder, complementen la labor hecha por medios tradicionales como El Espectador a través de un periodismo local y no sigan con papelones como los del show de Vicky, la diva del “he said, she said” junto a Jairo Lozano, dándole vitrina a gente que realmente no merece un cubrimiento y repitiendo lo que parece ser el argumento central de su forma de ejercer el periodismo: “Espéreme la interrumpo pero es que somos la tendencia número uno”.

Los medios, ante un escenario de poca credibilidad, están llamados a estar a la altura de las circunstancias y así poder minimizar, a través de un buen ejercicio periodístico, esos imaginarios colectivos y aquellas críticas justificadas sobre el oficio en cuestión.

Y esto no es con el ánimo de hacer un llamado a esa quimera de la objetividad y neutralidad, porque tal cuestión es eso, una quimera; lo importante es dejar ese miedo al periodismo militante, que es lo que muchos reclaman así no sean conscientes de ello, porque como lo ha dicho Omar Rincón, esas ínfulas de que en aras de la objetividad todos son corruptos, todos los actos de corrupción tienen la misma magnitud o todos los políticos son iguales, lo que está generando en las audiencias es esa sensación de insatisfacción nacional.

Es necesario que los medios sean sinceros con la audiencia y en lo posible ser conscientes de que estos espacios de crítica son necesarios para el fortalecimiento del ejercicio informativo, si no existen estos momentos de reflexión no habrá posibilidad de cambio en la labor desde los medios de comunicación de Colombia.

Podemos ver ejemplos de una buena labor profesional en casos como el de La Liga Contra El Silencio, el espacio de sátira política de La Mesa de Centro de La Silla Vacía, todo el ejercicio hecho desde la Flip, el trabajo de Cuestión Pública, este espacio de La Oreja Roja o el mejor podcast de crítica de medios, Presunto Podcast; estos escenarios demuestran que sí es posible generar un contenido informativo relevante para el país.

 

 

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Jesús Antonio Córdoba
Abogado, especialista en Derecho Internacional de los Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario, director del blog Metal to the Bone e investigador musical.