Columnista:
Daniel Fernando Rincón
Hace algunos días, el senador Gustavo Bolívar, elevando la voz por todas aquellas personas que pensamos y decimos lo mismo, pero que ni nos prestan atención, denunció, casi que proféticamente, el abuso que de los diezmos hacen los pastores carismáticos colombianos, en especial, los esposos Arrazola en Cartagena, quienes ante la crisis social de la cuarentena nacional por la COVID-19, primaron el factor económico sobre el bienestar mental de los feligreses que les siguen, y en redes sociales pidieron a aquellos que no dejen de diezmar, a pesar de no poder congregarse.
Este nuevo episodio se suma al debate que en Colombia se tiene sobre las finanzas de las iglesias cristianas de prácticas neopentecostales/carismáticas, dada la lujosa vida que llevan los pastores que las lideran y, que a todas luces, se constituye en el retorno de una vieja práctica de control ideológico de la población, como en la Colonia lo hiciese la Iglesia Católica.
Es tremendamente patético que trescientos años después, los tátara-tataranietos de aquellos que lucharon contra la extorsión y la acumulación de bienes y herencias por parte del clero católico español y criollo, llevados por la misma avaricia, el mismo deseo de poder y de dominación, se hayan convertido en lo que sus mayores más odiaban, se hayan convertido en el obispado parásito que exigía a campesinos, indígenas y criollos el 10 % de las ganancias anuales para “erigir” parroquias en el país y mantener la obra de la Iglesia y, de paso, su principesca vida.
Y es que utilizando el texto bíblico, los pastores de las llamadas megaiglesias neopentecostales han encontrado la manera de dominar la mente de aquellos que atormentados por sus conciencias, buscan refugio en dichas congregaciones, llegando al punto de que aquellos sometidos defiendan a capa y espada el acto judío del diezmar, llegando a afirmar que “cada quien hace con su dinero lo que quiere”.
La cuestión judía del diezmo fue bien manejada por el propio Jesús en un fuerte debate que tuvo con la secta judía de los fariseos: “¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejas lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello”, (Evangelio según Mateo capítulo 23 versículo 23).
Jesús de Nazaret al ser un judío practicante, por supuesto que habría diezmado en su vida, dado que dentro de la cosmovisión de dicho pueblo de tribus, el diezmo constituía la manutención de la tribu sacerdotal, ya que esta por ley, no tenía ni tierras, ni bienes, por lo que a ellos se les había “dado por heredad los diezmos de los hijos de Israel”, (Libro de Números capítulo 18, versículo 24), sin embargo, en sus días, el abuso del ritual del diezmo llegaba al punto de la exigencia de tributos y de señalar de pecadores a quienes no lo pagaban, olvidando que la intención de la Ley de Moisés no era el dinero, sino hacer que la fe, que el amor hacia Dios, se manifestara en misericordia y justicia, en amor al prójimo.
Y es allí donde se constituye la estafa de la que habla el senador Bolívar, ya que estos líderes religiosos, pretendiendo ser esa tribu sacerdotal, en una abierta contradicción (casi que herética) a la enseñanza cristiana del sacerdocio universal de las y los cristianos, piden dinero para su manutención a cambio de nada, ya que sus obras sociales no existen y su quehacer solo se circunscribe a las liturgias dominicales que realizan, a sus servicios religiosos multitudinarios que apelan a la sensualidad y la emoción de los asistentes.
En medio de esta crisis generalizada de la sociedad, en que el consumo se ha anulado, en que de sopetón se nos puso delante del hambre, de la pobreza, de la precariedad, es necesario reflexionar sobre el papel de ese pastorado neopentecostal, que como clero parásito ha desvelado su verdadero “liderazgo”: uno basado en el dinero y en la mentira de la teología de la prosperidad que monetiza la relación entre el pueblo y la Divinidad, extorsionándolo al punto de la inanición.
¿Resistirá ese clero el embate de la pobreza de su feligresía, ante la recesión mundial que vivimos? ¿Seguirá indiferente ante la situación de hambre y pobreza de su feligresía? ¿Seguirá la embaucada feligresía diezmando para mantener al clero, a pesar de no tener ingresos?
Excelente radiografía de los mercaderes de la fé y hablo de TODAS LAS RELIGIONES.
Hola! Gracias por la lectura, falta revisar ese tema en el mundo musulmán, el cuál desconozco ejeje.
Saludos
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ESTAS GENTES QUE SE DICEN DEFENSORES DE LOS CREYENTES SON BIEN HIPÓCRITAS.
CALCULADORAMENTE HABLANDO BIEN CUANDO TIENEN A LAS OVEJITAS A LA MANO POR UN LADO, PERO AHORA DESCONFIANDO SIN PIEDAD DE SU «CREADOR», DEL QUE DICEN QUE ES UN TODOPODEROSO.
PIDIENDO AL ILEGÍTIMO GOBIERNO COMO PORDIOSEROS PARA SU GREY, QUERIENDO TODO REGALADO (léase supuestos pastores, lo contrario de cómo JESUS MANDÓ).
¿EN QUÉ QUEDAMOS, CREEMOS O DESCREEMOS?
VERGÜENZA DEBERÍA DE DARLES AL HACER QUEDAR MAL AL DIOS DE COLOMBIA, DELANTE DE TODO EL MUNDO, EL ÚNICO PAÍS DEL ORBE EN EL QUE ÉSTE DIOS NO HACE ESOS MILAGROS.
ME ESTÁ FALLANDO EL ENTENDIMIENTO.
Es una realidad lo que se ve con estas mega iglesias y con pastores como estos que familiarmente manejan una iglesia como su empresa privada. Es importante repetir la idea de MARTIN LUTERO, cuando su rebelión fue precisamente por el interés de la iglesia de mantener en la ignorancia a sus adeptos, de ahí nació la denominación PROTESTANTE. Si en algo puedo ser util aqui estoy.
Desde los tiempos de la biblia, se ha venido cultivando la costumbre de pagar diezmos para sos-
tener económicamente a una partida de araganes,
que solo les interesa el aspecto monetario.
En el texto que se cita es muy importante saber que Cristo le hablaba a los judíos que según la ley tenía que diezmara. No le hablaba a los cristianos. La vida en Cristo es libre de diezmos porque dice la escritura, en Mateo 10:8 «Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de GRACIA. es una obligación para el cristiano hacer esto y NO COBRAR.
El diezmo es del antiguo pacto, y estamos en un NUEVO pacto, que según San Pablo es el Pacto de la Gracia
Cierto!
Algo que no se ha entendido con suficiencia y en lo que pecan los pentecostales es en eso, en creer que el Pacto Antiguo se enmascaró en el Nuevo
Excelente artículo, al memos la iglesia católica ha hecho actos de constricción frente a sus pecados de la edad media y hoy en día, viven de sus empresas muy ricas construidas eso sí con la feligresía.
Los pastores de las iglesias cristianas protestantes son unos extorsionistas de la fé